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Columnista - 27 junio, 2025

Israel, Trump, Irán y Occidente

Lo que viene sucediendo en Oriente Medio es increíble. Irán, Israel, Trump, son nombres que tienen reventados los titulares de la prensa mundial. El mundo ha presenciado operaciones militares increíbles, surrealistas, que muestran el poder militar de los Estados Unidos, el ingenio de Israel y, a su vez, la ingenuidad de Irán.

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Lo que viene sucediendo en Oriente Medio es increíble. Irán, Israel, Trump, son nombres que tienen reventados los titulares de la prensa mundial. El mundo ha presenciado operaciones militares increíbles, surrealistas, que muestran el poder militar de los Estados Unidos, el ingenio de Israel y, a su vez, la ingenuidad de Irán.

Israel inició una potente ofensiva contra Irán con el objetivo de destruir instalaciones en las que vienen trabajando en procesos de enriquecimiento de uranio para la creación de armas nucleares. Ese país, cuyo nombre oficial es República Islámica de Irán, es el enemigo número uno de Occidente. No aboga por convivir con otros credos, con personas como nosotros, pretende la exterminación de todo aquello que no sea musulmán. Por su parte Israel, que ha estado pendiente de varios frentes simultáneamente -para protegerse y atacar a las guerrillas de Hezbolá y Hamas- bombardeó bases militares iraníes y su batería antiaérea sin dejar pestañear al régimen. Luego, Donad Trump declaró que le daba 15 días a Irán para desescalar el conflicto; Irán pensó que así compraba tiempo valioso y bajó los brazos, pero lo que hizo el presidente de los EE. UU., fue poner en marcha una operación militar para destruir la infraestructura subterránea destinada al proyecto nuclear iraní; y así Irán, sin tener cómo responder, vio impotente cómo entraron a su espacio aéreo y fumigaron a militares, científicos y estructuras bajo tierra que lo dejaron noqueado. Impecable, me les quito el sombrero. 

Gobernado por ayatolás desde la temida Revolución Islámica de 1979 que terminó con 7 décadas de monarquía constitucional de los Shas, la apuesta de Irán fue la de someter el Estado a la religión, en su manifestación más pura y radical, para oprimir a un pueblo que evolutivamente se devolvió varios siglos. Las mujeres allí tienen una vida compleja, hiper controlada, los hombres son quienes toman las decisiones y ellas no tienen más opción que aceptar esa realidad y someterse. Fuera de la tranquilidad que nos da saber que Irán ya no tiene opciones en el corto y mediano plazo de contar con armas nucleares, esperamos que el pueblo aproveche esta coyuntura que tiene mal parado al octogenario ayatola Jamenei, y proceda a tumbar el régimen. El pueblo de Irán tiene cómo hacerlo, debe salir a las calles, paralizar el país y presionar un cambio político, debe aprovechar que el sistema vigente está apocado, que sus máximos líderes están escondidos en búnkeres o huyendo “con el rabo entre las patas”.

Se unieron Trump y Netanyahu para proteger Occidente, para proteger la vida que tenemos. ¡Pues gracias a ambos por eso! Obviamente, esto amenaza a la izquierda progresista que nos gobierna, ya que Irán ahora puede respirar libertades y, esperemos, democracia. Petro se siente cómodo con los regímenes chino, ruso, venezolano, nicaragüense y, por supuesto, con el iraní. Esperemos que pronto, con el nuevo gobierno, Colombia cambie, que se reestablezcan las relaciones diplomáticas con Israel, y que nuestro amigo Gali Dagan pueda regresar a ocupar su cargo como embajador de Israel en Colombia.

Israel merece existir, los palestinos también; la paz entre ellos es alcanzable. Pero Hamás, Hezbolá y el fundamentalismo deben desaparecer por el bien de todos; el orden, la libertad, la democracia, deben ser la regla en el planeta. Por eso estamos en contra de Petro y de todo aquello que representa: fascismo, opresión, pobreza, miseria…

Mientras tanto, Miguel Uribe Turbay sigue luchando por su vida y muestra pequeñas mejorías que nos devuelven la esperanza de poder votar por él en mayo del 2026, para elegirlo presidente de Colombia. El hecho de que Miguel esté vivo ya es un milagro de por sí. Sus heridas, letales, no lograron destruirlo y un país entero se ha unido en oración y afectos para con él y su familia. Hombre valioso, brillante, merece vivir para dar la lucha por reconstruir el país que nos quitó el Castrochavismo, el mismo país que ahora lo tiene postrado en una cama en la Fundación Santa Fé. ¡Fuerza Miguel! ¡Estamos contigo!

Por: Jorge Eduardo Ávila.

Columnista
27 junio, 2025

Israel, Trump, Irán y Occidente

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Eduardo Ávila

Lo que viene sucediendo en Oriente Medio es increíble. Irán, Israel, Trump, son nombres que tienen reventados los titulares de la prensa mundial. El mundo ha presenciado operaciones militares increíbles, surrealistas, que muestran el poder militar de los Estados Unidos, el ingenio de Israel y, a su vez, la ingenuidad de Irán.


Lo que viene sucediendo en Oriente Medio es increíble. Irán, Israel, Trump, son nombres que tienen reventados los titulares de la prensa mundial. El mundo ha presenciado operaciones militares increíbles, surrealistas, que muestran el poder militar de los Estados Unidos, el ingenio de Israel y, a su vez, la ingenuidad de Irán.

Israel inició una potente ofensiva contra Irán con el objetivo de destruir instalaciones en las que vienen trabajando en procesos de enriquecimiento de uranio para la creación de armas nucleares. Ese país, cuyo nombre oficial es República Islámica de Irán, es el enemigo número uno de Occidente. No aboga por convivir con otros credos, con personas como nosotros, pretende la exterminación de todo aquello que no sea musulmán. Por su parte Israel, que ha estado pendiente de varios frentes simultáneamente -para protegerse y atacar a las guerrillas de Hezbolá y Hamas- bombardeó bases militares iraníes y su batería antiaérea sin dejar pestañear al régimen. Luego, Donad Trump declaró que le daba 15 días a Irán para desescalar el conflicto; Irán pensó que así compraba tiempo valioso y bajó los brazos, pero lo que hizo el presidente de los EE. UU., fue poner en marcha una operación militar para destruir la infraestructura subterránea destinada al proyecto nuclear iraní; y así Irán, sin tener cómo responder, vio impotente cómo entraron a su espacio aéreo y fumigaron a militares, científicos y estructuras bajo tierra que lo dejaron noqueado. Impecable, me les quito el sombrero. 

Gobernado por ayatolás desde la temida Revolución Islámica de 1979 que terminó con 7 décadas de monarquía constitucional de los Shas, la apuesta de Irán fue la de someter el Estado a la religión, en su manifestación más pura y radical, para oprimir a un pueblo que evolutivamente se devolvió varios siglos. Las mujeres allí tienen una vida compleja, hiper controlada, los hombres son quienes toman las decisiones y ellas no tienen más opción que aceptar esa realidad y someterse. Fuera de la tranquilidad que nos da saber que Irán ya no tiene opciones en el corto y mediano plazo de contar con armas nucleares, esperamos que el pueblo aproveche esta coyuntura que tiene mal parado al octogenario ayatola Jamenei, y proceda a tumbar el régimen. El pueblo de Irán tiene cómo hacerlo, debe salir a las calles, paralizar el país y presionar un cambio político, debe aprovechar que el sistema vigente está apocado, que sus máximos líderes están escondidos en búnkeres o huyendo “con el rabo entre las patas”.

Se unieron Trump y Netanyahu para proteger Occidente, para proteger la vida que tenemos. ¡Pues gracias a ambos por eso! Obviamente, esto amenaza a la izquierda progresista que nos gobierna, ya que Irán ahora puede respirar libertades y, esperemos, democracia. Petro se siente cómodo con los regímenes chino, ruso, venezolano, nicaragüense y, por supuesto, con el iraní. Esperemos que pronto, con el nuevo gobierno, Colombia cambie, que se reestablezcan las relaciones diplomáticas con Israel, y que nuestro amigo Gali Dagan pueda regresar a ocupar su cargo como embajador de Israel en Colombia.

Israel merece existir, los palestinos también; la paz entre ellos es alcanzable. Pero Hamás, Hezbolá y el fundamentalismo deben desaparecer por el bien de todos; el orden, la libertad, la democracia, deben ser la regla en el planeta. Por eso estamos en contra de Petro y de todo aquello que representa: fascismo, opresión, pobreza, miseria…

Mientras tanto, Miguel Uribe Turbay sigue luchando por su vida y muestra pequeñas mejorías que nos devuelven la esperanza de poder votar por él en mayo del 2026, para elegirlo presidente de Colombia. El hecho de que Miguel esté vivo ya es un milagro de por sí. Sus heridas, letales, no lograron destruirlo y un país entero se ha unido en oración y afectos para con él y su familia. Hombre valioso, brillante, merece vivir para dar la lucha por reconstruir el país que nos quitó el Castrochavismo, el mismo país que ahora lo tiene postrado en una cama en la Fundación Santa Fé. ¡Fuerza Miguel! ¡Estamos contigo!

Por: Jorge Eduardo Ávila.