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Columnista - 19 marzo, 2011

Inseguridad rampante

Por: Es increíble la ola  de inseguridad que presenta por estos días Valledupar que, sin temor a equivocarme, los índices deben estar muy por encima de la media nacional, que en nuestra ciudad nunca bajan, y por el contrario se acentuaron con la desmovilización de los paramilitares y la consecuente aparición de las bacrim, lo […]

Por:
Es increíble la ola  de inseguridad que presenta por estos días Valledupar que, sin temor a equivocarme, los índices deben estar muy por encima de la media nacional, que en nuestra ciudad nunca bajan, y por el contrario se acentuaron con la desmovilización de los paramilitares y la consecuente aparición de las bacrim, lo que se ha robustecido con la llegada de cientos de mototaxistas de otras regiones que ven en nuestra ciudad, un paraíso para el desarrollo de su actividad de trasporte ilegal, que a su vez va de la mano de las diferentes actividades ilícitas que se ejecutan desde ese medio de trasporte.
La desmovilización paramilitar en gran parte fue una farsa, como se ha venido destapando en estos últimos días, a nivel nacional; pero que en nuestra región parece que fue un verdadero fiasco, el más grande de todos.
No es más que recordar que aun sin haber concluido el proceso de Ralito, en el Cesar, ya se hablaba de la famosa negociación del jefe paramilitar Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, con el grupo de los mellizos, en la cual supuestamente el citado jefe había vendido nuestro departamento para seguir con el cobro de extorsiones a los comerciantes, ganaderos y contratistas del Estado. Dicen, que  por una suma en millones de dólares inimaginable para cualquiera de nosotros, y así mantener el accionar criminal e intimidador sobre la ciudadanía.
Se suma a lo anterior el problema mayúsculo del mototaxismo que, muy por el contrario, en vez de ir decreciendo con el tiempo ha aumentado de una manera exagerada, sin control alguno por parte de las autoridades de tránsito del municipio, que brillan por su ausencia.
Acabaron con el trasporte formal, y amenaza seriamente el proyecto de Ciudades Amables de Sistema Estratégico de Trasporte que, sin querer ave de mal agüero, puede terminar en el fracaso también.
Estos mototaxistas han llegado en cantidades impensables con sus motos, desde Barranquilla y otras ciudades de la Costa, en  donde sus gobernantes han asumido posiciones de gobierno decididas para corregir el problema, sin tener en cuenta el costo político que esto implicaba, y los han controlado y desterrado a estas latitudes laxas, en las que reina el desgobierno y la anarquía.
Valledupar esta invivible. El problema de inseguridad es el pan de cada día. Atracos, hurtos, extorsión, muertes selectivas y homicidios. Y, es que a todos nos ha tocado de una u otra manera y vemos que las autoridades muy al estilo balombiano, se tiran el balón unos a otros y ninguno responde por la situación caótica en que nos encontramos.
Todos los días, sin excepción hay hechos violentos en nuestra ciudad. El accionar de las ahora nombradas BACRIM, no ha dado tregua desde la desmovilización, extorsionan más que antes, ejecutan personas de la misma manera, y lo peor es que son los mismos desmovilizados y otros que se quedaron en la clandestinidad delinquiendo, y que están plenamente identificados por las autoridades.
Los atracadores en las motos, que se camuflan como mototaxista o que lo son, no sabemos, violentan y balean a todo el que esté mal parado en cualquier calle de la ciudad. No respetan a las autoridades, porque éstas, pareciera, lo permiten, sospechando que lo hacen, muchas veces, en contubernio con los malechores.
Los supuestos planes para combatir el crimen organizado no dan resultados, ni siquiera las famosas cámaras que se instalaron en la ciudad para ayudar a combatir la delincuencia sirven, no más hace dos días ladrones allanaron mi hogar y perpetraron un robo, pero más que el susto, acudí, como es mi deber a las autoridades y les recordé que si veían los videos de una de esas cámaras que está instalada al frente de mi residencia podían tener claro quiénes son los delincuentes que tienen azotado el sector, pero la respuesta fue desconsoladora: no sirven las cámaras, no están funcionando. Qué tristeza, ese proyecto que costó no sé cuantos miles de millones de pesos, no sirve para nada. ¿Qué Nules habrán hecho el papelón de colocar los postes y de inaugurar unas cámaras que nunca han servido?
Qué resultados más inseguros para mostrar, y el compromiso parece de todos menos de nuestros gobernantes que no tienen legado que dejar. ¿Dónde están las autoridades?. Que aparezcan por favor, pedimos “todos a una” como en Fuenteovejuna del gran Lope De Vega. Solo la politiquería de los últimos tiempos es la que permanece impúdicamente, y  que nos atropellan con una ineptitud pavorosa.

Columnista
19 marzo, 2011

Inseguridad rampante

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gonzalo Arzuza

Por: Es increíble la ola  de inseguridad que presenta por estos días Valledupar que, sin temor a equivocarme, los índices deben estar muy por encima de la media nacional, que en nuestra ciudad nunca bajan, y por el contrario se acentuaron con la desmovilización de los paramilitares y la consecuente aparición de las bacrim, lo […]


Por:
Es increíble la ola  de inseguridad que presenta por estos días Valledupar que, sin temor a equivocarme, los índices deben estar muy por encima de la media nacional, que en nuestra ciudad nunca bajan, y por el contrario se acentuaron con la desmovilización de los paramilitares y la consecuente aparición de las bacrim, lo que se ha robustecido con la llegada de cientos de mototaxistas de otras regiones que ven en nuestra ciudad, un paraíso para el desarrollo de su actividad de trasporte ilegal, que a su vez va de la mano de las diferentes actividades ilícitas que se ejecutan desde ese medio de trasporte.
La desmovilización paramilitar en gran parte fue una farsa, como se ha venido destapando en estos últimos días, a nivel nacional; pero que en nuestra región parece que fue un verdadero fiasco, el más grande de todos.
No es más que recordar que aun sin haber concluido el proceso de Ralito, en el Cesar, ya se hablaba de la famosa negociación del jefe paramilitar Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, con el grupo de los mellizos, en la cual supuestamente el citado jefe había vendido nuestro departamento para seguir con el cobro de extorsiones a los comerciantes, ganaderos y contratistas del Estado. Dicen, que  por una suma en millones de dólares inimaginable para cualquiera de nosotros, y así mantener el accionar criminal e intimidador sobre la ciudadanía.
Se suma a lo anterior el problema mayúsculo del mototaxismo que, muy por el contrario, en vez de ir decreciendo con el tiempo ha aumentado de una manera exagerada, sin control alguno por parte de las autoridades de tránsito del municipio, que brillan por su ausencia.
Acabaron con el trasporte formal, y amenaza seriamente el proyecto de Ciudades Amables de Sistema Estratégico de Trasporte que, sin querer ave de mal agüero, puede terminar en el fracaso también.
Estos mototaxistas han llegado en cantidades impensables con sus motos, desde Barranquilla y otras ciudades de la Costa, en  donde sus gobernantes han asumido posiciones de gobierno decididas para corregir el problema, sin tener en cuenta el costo político que esto implicaba, y los han controlado y desterrado a estas latitudes laxas, en las que reina el desgobierno y la anarquía.
Valledupar esta invivible. El problema de inseguridad es el pan de cada día. Atracos, hurtos, extorsión, muertes selectivas y homicidios. Y, es que a todos nos ha tocado de una u otra manera y vemos que las autoridades muy al estilo balombiano, se tiran el balón unos a otros y ninguno responde por la situación caótica en que nos encontramos.
Todos los días, sin excepción hay hechos violentos en nuestra ciudad. El accionar de las ahora nombradas BACRIM, no ha dado tregua desde la desmovilización, extorsionan más que antes, ejecutan personas de la misma manera, y lo peor es que son los mismos desmovilizados y otros que se quedaron en la clandestinidad delinquiendo, y que están plenamente identificados por las autoridades.
Los atracadores en las motos, que se camuflan como mototaxista o que lo son, no sabemos, violentan y balean a todo el que esté mal parado en cualquier calle de la ciudad. No respetan a las autoridades, porque éstas, pareciera, lo permiten, sospechando que lo hacen, muchas veces, en contubernio con los malechores.
Los supuestos planes para combatir el crimen organizado no dan resultados, ni siquiera las famosas cámaras que se instalaron en la ciudad para ayudar a combatir la delincuencia sirven, no más hace dos días ladrones allanaron mi hogar y perpetraron un robo, pero más que el susto, acudí, como es mi deber a las autoridades y les recordé que si veían los videos de una de esas cámaras que está instalada al frente de mi residencia podían tener claro quiénes son los delincuentes que tienen azotado el sector, pero la respuesta fue desconsoladora: no sirven las cámaras, no están funcionando. Qué tristeza, ese proyecto que costó no sé cuantos miles de millones de pesos, no sirve para nada. ¿Qué Nules habrán hecho el papelón de colocar los postes y de inaugurar unas cámaras que nunca han servido?
Qué resultados más inseguros para mostrar, y el compromiso parece de todos menos de nuestros gobernantes que no tienen legado que dejar. ¿Dónde están las autoridades?. Que aparezcan por favor, pedimos “todos a una” como en Fuenteovejuna del gran Lope De Vega. Solo la politiquería de los últimos tiempos es la que permanece impúdicamente, y  que nos atropellan con una ineptitud pavorosa.