Nosotros los seres humanos antes de esta pandemia casi que no le dimos importancia a los servicios ecosistémicos, pues ahora después de la pandemia o postpandemia no podemos seguir con una “economía” que arrasa los ecosistemas; o sea, que vamos a tener que entrar por la línea de este tema de crucial importancia para la vida en la tierra, ya que estos servicios son importantes en la planificación del desarrollo.
Lo anterior, para no ir tan lejos, es que tenemos que ser conscientes de la degradación de los ecosistemas los cuales son importantes para el desarrollo humano. Por un lado, es evidente que la transformación de la base de recursos naturales contribuyó con aumentar sustancialmente en términos netos el bienestar de las personas y el desarrollo económico al menos a corto plazo.
Sin embargo, al mismo tiempo, esto ha provocado pérdidas económicas cuantiosas algunas de las cuales tienen impactos de amplio alcance. En tal sentido, es prioritario decir que los daños en los ecosistemas naturales han socavado la capacidad de los mismos de proporcionar bienes y servicios vitales, de considerables consecuencias económicas y sociales. Muchos de los costos relacionados con la degradación de los ecosistemas son evidentes, considerando que los servicios ecosistémicos pueden ser definidos como “los beneficios que la gente obtiene de los ecosistemas”.
Todos los ecosistemas naturales producen servicios económicamente valiosos, ejemplo de ellos son, entre muchos otros, la producción de alimentos y medicamentos, la regulación del clima y de las enfermedades, la provisión de suelos productivos y agua limpia, la protección contra desastres naturales, oportunidades de recreación, el mantenimiento del patrimonio cultural y beneficios espirituales.
Entonces podemos decir, que los servicios ecosistémicos son esenciales para la supervivencia humana y para el desarrollo social y económico, son pocos los grupos o sectores que no dependen de alguna manera de dichos servicios, individuos y familias, empresas e industrias dependen de los servicios ecosistémicos para su bienestar y crecimiento, y serán susceptibles de sufrir costos y perdidas considerables si se los sigue degradando como están y como ejemplo palmario miremos en la zona hacia la ciénaga de Zapatosa, abonando a este problema que los más afectados por estos efectos nocivos de manera proporcional, son los sectores sociales más pobres, siendo los que menos pueden acceder a costear alternativas cuando se pierden los servicios ecosistémicos. Decir también que la degradación de los ecosistemas está contribuyendo con las crecientes desigualdades y disparidades entre los grupos sociales y, a veces, es el principal factor causante de pobreza y los conflictos sociales.
Por todo lo anotado, hay que expresar o recomendar que es de crucial importancia asegurar la inclusión de los servicios ecosistémicos en la planificación para el desarrollo, teniendo en cuenta que son esenciales para el crecimiento y desarrollo equitativo sostenible.