Con ocasión de nuestro aniversario, queremos compartir esta entrevista hecha al director del periódico británico The Guardian, que recientemente dejó su cargo, quien asegura que ve un gran periodismo tanto en los medios digitales como impresos. Hay que dejar de debatir si uno es mejor que otro’. La entrevista la realizaron los periodistas Ione Saizar y Carlos Fresneda.
¿Es éste el peor o el mejor de los momentos para ser periodista?
Estamos en un momento excitante para ser periodista. Pienso que si sabemos interpretar por dónde van los tiros, y si intentamos incorporarnos a las tendencias, en vez de combatirlas, entonces es un gran privilegio estar donde estamos… Ahora bien, no quiero pecar de optimista. Sé que hay mucha gente que se ha quedado sin trabajo y compañías que lo están pasando mal, porque el dinero no está ahí, el modelo de negocio sigue haciendo aguas y no hay alternativa visible. Pero en el fondo pienso que es un momento fantástico, de gran experimentación, en el que hará falta reinventar la profesión.
¿No estamos acaso perdiendo la esencia del periodismo en la transición digital?
Creo que depende de para quien trabajes… Me consta que en algunos lugares los periodistas están cada vez más explotados y frustrados con su profesión. Lo que necesitamos son empresarios que destinen el tiempo y las inversiones a descubrir lo que realmente es este nuevo medio. Veo gran periodismo tanto en los medios digitales como en medios impresos, y creo que lo que debemos hacer es dejar de debatir si un medio es mejor que otro. Las dos son grandes formas de periodismo. Estoy convencido de que la nueva era del periodismo digital será enriquecedora y poderosa. Pero no es lo mismo sentarse a leer un periódico que deslizar el dedo por la pantalla del móvil cuando se camina por la acera…
Son dos medios distintos. Las nuevas generaciones son más visuales y la gente joven apenas lee periódicos. Si más del 40% del tráfico en internet te llega por el móvil, y la gente entra hasta más de 10 veces al día, lo último que puedes hacer es lamentarte. Nuestra misión es adaptarnos a la audiencia.
¿Y la información relevante que se pierde en la “adaptación” de un soporte a otro?
Nosotros nos dimos cuenta en 1997 de que internet es un medio totalmente diferente. Hay cosas que se van a perder inevitablemente: yo mismo soy un enamorado de la versión impresa. Pero hay que buscar un equilibrio y se puede encontrar. Muchos periodistas siguen manteniendo una relación obsesiva con el texto. Y el texto es primordial, pero también hay otras formas: se puede contar en vídeo, o ‘en vivo’, o usando las redes sociales.
¿El periodismo abierto es el futuro? Muchos le han criticado por impulsar la transición digital demasiado rápido, sin calibrar las consecuencias y matando su propia versión impresa…
Creo que el periodismo abierto tiene que ser el camino. Algunos están intentando dar marcha atrás al reloj y replicar el mismo modelo económico de la prensa tradicional, que todo el mundo tenga que pagar para ver lo que hay en tu portal de internet. Pero así no es cómo se comporta la gente en esta cosa increíble que se llama internet. Lo que tenemos que hacer es ir donde está la audiencia y aprender con ellos, ver cómo crean, comparten, distribuyen o incorporan contenidos. De alguna manera tenemos que ser como los comerciantes que salen al encuentro de lo que la gente demanda… Creo que estamos sólo en el principio de ese viaje, pero el periodismo tiene que ser abierto.
‘No Hay Fórmula Mágica’
Pero los números mandan, y The Guardian pierde millones como todos…
Tenemos la suerte de apoyarnos en el Scott Trust y no tener que rendir resultados a unos accionistas. Entiendo que los grandes medios tengan la presión para conseguir ingresos y que experimenten con fórmulas híbridas. Es el momento de la gran experimentación, pero nadie ha descubierto aún la fórmula mágica… A nosotros nos ha ido bien por nuestro peculiar modelo. El año pasado, de hecho, llegamos a los 80 millones de libras (unos 100 millones de euros) de publicidad digital. Pero es cierto que tenemos la garantía del trust, con dinero suficiente (procedentes de la venta de la compañías Auto Trader y Apax Partner) para mantener The Guardian durante unos años más…?
¿Se arrepiente de algo en estos últimos 20 años?
En todo caso, de no haber hecho ciertas cosas más rápidamente… o más lentamente. Pero en general me voy satisfecho y con la sensación del deber cumplido. Sobre todo después de estos trepidantes tres últimos años, desde que destapamos el escándalo de las escuchas ilegales a las revelaciones del caso Snowden.
¿Su despedida de The Guardian con la campaña sobre el cambio climático, Keep it in the Ground, tiene algo de desquite personal?
No exactamente, pero es cierto que no quería marcharme con la sensación de no haber hecho lo suficiente. Estamos ante el mayor reto al que se enfrenta la humanidad en los próximos años y los medios no hemos sabido cómo contarlo. Se nos ha ido la fuerza con el debate científico, que creo que ya está suficientemente claro. Ha llegado la hora de poner sobre la mesa la cuestión económica y de reclamar la acción política. Habrá quien piense que hacer campaña por la «desinversión en petróleo» es demasiado radical. Pero si creemos en lo que nos dice la ciencia, vamos a tener que dejar gran parte de nuestras reservas bajo tierra si no queremos que se disparen las temperaturas.