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Hagamos frente común

Por: Jorge Naim Ruiz

En días pasados escribimos un artículo resaltando la tarea que vienen desarrollando un puñado de hombres y mujeres en pro de obtener una salvaguardia para nuestro tesoro cultural, llamado folclor vallenato, el cual en sus raíces y originalidad, sin duda alguna, se ve amenazado por los embates de la comercialización.

Pero no es esta la única amenaza a la que tenemos que hacer frente los que de una u otra manera promovemos, difundimos y defendemos al vallenato; hoy debemos reconocer que no nos encontramos en el mejor momento de la historia de nuestro folclor; si bien nuestra música aún se escucha en todos los rincones de la Patria, el fervor popular e ímpetu con que se venía incrementando su difusión y acogida por los Colombianos ha disminuido ostensiblemente en la última década.

Hasta los años 90 del siglo pasado iniciativas privadas llevaron a crear festivales vallenatos en varias poblaciones del interior del País, entre otras: Bucaramanga, Barrancabermeja, Nobsa-Boyacá, Madrid-Cundinamarca, e incluso en la misma Bogotá realizamos durante cinco años consecutivos un Festival Vallenato, algunos de estos hoy han desaparecido especialmente por falta de apoyo estatal y privado.

No me cabe la menor duda de que no solo por los medios masivos de comunicación se puede difundir y promover nuestra música, sino que, impulsando y generándoles espacios donde los nuevos compositores e intérpretes, puedan mostrar sus aptitudes. Estamos fortaleciendo las dos misiones importantes: de un lado preservar las raíces y la autenticidad del vallenato y de otro masificar el conocimiento y gusto por este género musical nuestro.

El título de esta columna obedece a que he leído con especial atención un escrito de mi gran amigo y exitoso acordeonero Juan Mario de la Espriella, quien nos convoca a “pellizcarnos” porque observa que de manera paulatina nos hemos dejado quitar espacios y hoy la difusión, promoción y venta de nuestra música va de capa caída, mientras muchos estamos enfrascados en discusiones bizantinas, otros géneros foráneos nos desplazan imperceptiblemente; Juan Mario en su reciente  escrito manifiesta:

“Si bien durante los aproximados 40 años o más que lleva reinando el vallenato en Colombia, en la cual se ha distinguido por ser el folclor representativo del país a nivel nacional e internacional, incluso desplazando la cumbia, se ha visto amenazado por ritmos extranjeros que se quieren imponer, situaciones en las cuales el vallenato ha salido adelante manteniendo su lugar; la diferencia que yo veo en este caso, es la falta de sentido de pertenencia de las cadenas radiales y de los medios de comunicación colombianos, que cada vez le quitan más espacio y relegan la música vallenata para sonar otros ritmos; ejemplo de esto es que en Bogotá actualmente no hay una sola emisora que suene vallenato las 24 horas, donde hace 4 o 5 años existían 2 o 3 dedicadas a la difusión de este ritmo por completo; en Barranquilla queda una.

Lo curioso de esto es que cuando estas emisoras buscan hacer espectáculos masivos necesariamente acuden a buscar artistas vallenatos para garantizar el lleno de sus eventos, qué ironía, no?, cuando difícilmente suenan un vallenato al día.”

Le asiste toda la razón al artista, cuando reclama como mínimo algo de reciprocidad por parte de aquellas empresas que durante años han amasado fortunas gracias a la difusión de nuestra música; incluso, me atrevo a decir que muchos directores y locutores se han enriquecido gracias a todo tipo de “payola” entre ellas espectáculos masivos a costa de nuestros artistas, que tocan gratis a cambio de que les pongan su música y por lo que manifiesta Juan Mario les hacen “conejo”.

Entonces hagamos un frente común, no para protestar porque las emisoras han disminuido la divulgación de nuestra música, sino para crear estrategias que conduzcan a que retomemos el camino que llevaba la masificación en Colombia e internacionalización del folclor vallenato.

Para cumplir con este propósito, llamo a la unidad en la diferencia; tanto a aquellos que propugnan por la defensa y salvaguardia del vallenato clásico, como los que se han alejado de su autenticidad; estoy convencido de que si nos unimos, quienes pensamos que es urgente e indispensable hacer algo en bien de continuar como veníamos, por el sendero del éxito, como dice el slogan de un amigo político “Entre todos podemos”.

COLOFÓN: Bien merecido que tiene Wilfran Castillo el homenaje que le tributará la organización del Festival de Compositores de San Juan del Cesar-Guajira en su versión35 a realizarse entre el 7 y 9 de Diciembre, Wilfran: es el compositor vallenato actual con mayores pergaminos y reconocimientos nacionales e internacionales.
jorgenainruiz@gmail.com

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