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Columnista - 1 febrero, 2020

Hacerlo mejor y la sombra de lo inconcluso

Del gobernador, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, tengo referencias de un hombre trabajador, dinámico y ambicioso. Estas cualidades importantes, sobresalen ante sus debilidades en expresión oral y bambalina ejercida por su mamá, la señora Cielo Gnecco. En esos juicios pueblerinos no quiero detenerme, pues los considero intranscendentales e impropios de mi interés como ciudadano, que procuro […]

Del gobernador, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, tengo referencias de un hombre trabajador, dinámico y ambicioso. Estas cualidades importantes, sobresalen ante sus debilidades en expresión oral y bambalina ejercida por su mamá, la señora Cielo Gnecco.

En esos juicios pueblerinos no quiero detenerme, pues los considero intranscendentales e impropios de mi interés como ciudadano, que procuro analizar y velar por la transparencia en la ejecución de los recursos del resorte departamental, los cuales deben cumplir con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestro territorio.

Por esta época el equipo del gobierno departamental viene realizando mesas de trabajo, para la estructuración del Plan de Desarrollo, que tiene como principal objetivo, hacerlo mejor. El propósito de hacerlo mejor significa aprender de los errores, para no repetir los casos de las obras inconclusas del primer gobierno, en las que resalta la cuantiosa inversión del estadio de futbol de Valledupar, Armando Maestre Pavajeau. Curiosamente, una de las primeras impresiones del gobernador Monsalvo estuvieron dirigidas a algunas obras de su predecesor, Franco Ovalle, “calificándolas como faltas de visión”

Es por ello, señor gobernador, que el sueño de los cesarenses mantiene puestas sus esperanzas en los resultados de sus ejecutorias. Recordemos que según el Censo del 2018 del Dane, en el Cesar, en sus 25 municipios conviven alrededor de 1.098.577 habitantes. De esos, para el 2018 el 42,9 % vivía en la pobreza cifra preocupante que perturba en todos los análisis económicos, especialmente, porque no es proporcional con los billones de recursos que recibe el departamento.

A propósito, cabe destacar que el comportamiento del mercado del Carbón, vislumbra expectativas hacia el desuso, debido a la etapa energética global que examina varios interrogantes de carácter social y económico, los cuales no deben ser inobservados en el Departamento del Cesar. El carbón tiene amenazas como los acuerdos ambientales donde se limita su consumo y tiene sustitutos más sostenibles como el gas.

No obstante, el consumo se mantiene en Asia, donde exportar el carbón colombiano es más costoso. Hace diez años la mitad de la energía se generaba a partir del carbón, actualmente es solo el 26 %, lo que ha llevado a una caída de precios de 100 dólares promedio a casi 50. Aunque se prevén altibajos es factible que su participación en la canasta energética tienda a disminuir.

Recientemente la diputada Claudia Zuleta y el diputado “Quintín” Quintero, se han mostrado renuentes al proyecto de ordenanzas que facultaría al gobierno departamental, para un eventual empréstito por 13 mil millones de pesos, para la compra de un nuevo Banco de Maquinarias. Considero oportuno el debate dado por los diputados, no obstante, de los buenos resultados obtenidos por el Departamento en el índice departamental de competitividad 2019, en el subpilar de infraestructura vial, que analiza la red vial primaria, dejando un boquete para la discusión en torno a las vías terciarias del departamento y, por lo tanto, a la evaluación, focalización de la inversión (Ley 715 de 2001, en el artículo 94, y la Ley 1176 de 2007, en el artículo 24) y beneficiarios del primer banco de maquinarias.

Hacerlo mejor es una apuesta incuestionable, en la que debe valorarse la caída de la industria carbonífera, la eficiencia y probidad en la inversión de los recursos, (proceso que no debe permitirse obras inconclusas) y concretarse las estrategias para enfrentar la etapa post-carbón, mediante el aprovechamiento de las ventajas comparativas que posee el departamento en los términos del largo plazo.

Columnista
1 febrero, 2020

Hacerlo mejor y la sombra de lo inconcluso

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Del gobernador, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, tengo referencias de un hombre trabajador, dinámico y ambicioso. Estas cualidades importantes, sobresalen ante sus debilidades en expresión oral y bambalina ejercida por su mamá, la señora Cielo Gnecco. En esos juicios pueblerinos no quiero detenerme, pues los considero intranscendentales e impropios de mi interés como ciudadano, que procuro […]


Del gobernador, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, tengo referencias de un hombre trabajador, dinámico y ambicioso. Estas cualidades importantes, sobresalen ante sus debilidades en expresión oral y bambalina ejercida por su mamá, la señora Cielo Gnecco.

En esos juicios pueblerinos no quiero detenerme, pues los considero intranscendentales e impropios de mi interés como ciudadano, que procuro analizar y velar por la transparencia en la ejecución de los recursos del resorte departamental, los cuales deben cumplir con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestro territorio.

Por esta época el equipo del gobierno departamental viene realizando mesas de trabajo, para la estructuración del Plan de Desarrollo, que tiene como principal objetivo, hacerlo mejor. El propósito de hacerlo mejor significa aprender de los errores, para no repetir los casos de las obras inconclusas del primer gobierno, en las que resalta la cuantiosa inversión del estadio de futbol de Valledupar, Armando Maestre Pavajeau. Curiosamente, una de las primeras impresiones del gobernador Monsalvo estuvieron dirigidas a algunas obras de su predecesor, Franco Ovalle, “calificándolas como faltas de visión”

Es por ello, señor gobernador, que el sueño de los cesarenses mantiene puestas sus esperanzas en los resultados de sus ejecutorias. Recordemos que según el Censo del 2018 del Dane, en el Cesar, en sus 25 municipios conviven alrededor de 1.098.577 habitantes. De esos, para el 2018 el 42,9 % vivía en la pobreza cifra preocupante que perturba en todos los análisis económicos, especialmente, porque no es proporcional con los billones de recursos que recibe el departamento.

A propósito, cabe destacar que el comportamiento del mercado del Carbón, vislumbra expectativas hacia el desuso, debido a la etapa energética global que examina varios interrogantes de carácter social y económico, los cuales no deben ser inobservados en el Departamento del Cesar. El carbón tiene amenazas como los acuerdos ambientales donde se limita su consumo y tiene sustitutos más sostenibles como el gas.

No obstante, el consumo se mantiene en Asia, donde exportar el carbón colombiano es más costoso. Hace diez años la mitad de la energía se generaba a partir del carbón, actualmente es solo el 26 %, lo que ha llevado a una caída de precios de 100 dólares promedio a casi 50. Aunque se prevén altibajos es factible que su participación en la canasta energética tienda a disminuir.

Recientemente la diputada Claudia Zuleta y el diputado “Quintín” Quintero, se han mostrado renuentes al proyecto de ordenanzas que facultaría al gobierno departamental, para un eventual empréstito por 13 mil millones de pesos, para la compra de un nuevo Banco de Maquinarias. Considero oportuno el debate dado por los diputados, no obstante, de los buenos resultados obtenidos por el Departamento en el índice departamental de competitividad 2019, en el subpilar de infraestructura vial, que analiza la red vial primaria, dejando un boquete para la discusión en torno a las vías terciarias del departamento y, por lo tanto, a la evaluación, focalización de la inversión (Ley 715 de 2001, en el artículo 94, y la Ley 1176 de 2007, en el artículo 24) y beneficiarios del primer banco de maquinarias.

Hacerlo mejor es una apuesta incuestionable, en la que debe valorarse la caída de la industria carbonífera, la eficiencia y probidad en la inversión de los recursos, (proceso que no debe permitirse obras inconclusas) y concretarse las estrategias para enfrentar la etapa post-carbón, mediante el aprovechamiento de las ventajas comparativas que posee el departamento en los términos del largo plazo.