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Columnista - 10 diciembre, 2019

¿Hablamos de la UPC y nos tomamos un café?

Coincidí  con un amigo en el centro comercial, que al verme me indagó  sobre la Universidad Popular  del Cesar, nuestra querida UPC. ¿Nos tomamos un café? Me preguntó,  y de una nos pusimos en la tarea a la que nos convidó. El delicioso aroma que envolvió el ambiente y que nos permitió abordar la situación […]

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Coincidí  con un amigo en el centro comercial, que al verme me indagó  sobre la Universidad Popular  del Cesar, nuestra querida UPC. ¿Nos tomamos un café? Me preguntó,  y de una nos pusimos en la tarea a la que nos convidó.

El delicioso aroma que envolvió el ambiente y que nos permitió abordar la situación que hoy agobia el alma mater. Hablar sobre este tema, que tiene tanto de largo como de ancho es bastante complejo y es difícil; pero guardar silencio también hace daño.  ¿Desde cuándo se debe pedir permiso para llegar a tu propia casa?  Pregunta mi amigo  y es suya la respuesta.

“La Upc es la casa de todos los Cesarence; especialmente de los congresistas y altas personalidades de la región. Pero resulta que son ellos los que menos ayudan a defenderla para que los recursos sean equitativos, comparados con otras universidades, o que ayuden a mejorar los ingresos para que el costo del semestre sea más asequible; y permitan que haya más cobertura y un mejor nivel académico. Un poco exaltado mi amigo exclama: “la institución es de todos pero solo se ven por allá en época de política buscando el apoyo de los diferentes estamentos, a la mejor usanza politiquera, para hacer elegir a sus comodines y de esta manera tener la facilidad de poner rector a su antojo y conveniencia”.

¿Tú que dices al respecto? Trato de soslayar la pregunta, pero de inmediato me increpa. –Sabes perfectamente como es la cosa por estos lados. Y si, pienso sin decir una palabra. El colmo que a la universidad la tengan, los políticos corruptos, enferma y en el fondo de su peor crisis. Son muchos los que salen a criticar y a destruir, cada uno con sus propios intereses. Cuestionan todo y a todos  aquellos que luchan por sacar adelante la institución a través de los tres pilares sobre los cuales debe levantarse la universidad: academia, investigación y la extensión.

Es fácil hablar desde las barreras y ver lo que los “maquiavélicos” pretende que se vea. Dos frustradas elecciones con todos los inconvenientes que a la luz pública dejan mal parado los estamentos de la universidad. Y ahí vemos a los candidatos que se enfunden la camiseta del oportunismo y falsedad. Recordé y le comenté a mi amigo, que a través de los medios se promocionó las dos fresitas, que le faltaban al pastel. Por un lado la denuncia de amenaza a un candidato, se deja ver que hay manos siniestras que con golpes bajos quieren desestabilizar la funcionalidad de la institución.

Por otro lado ¿Quién entiende a los señores candidatos? Nueve son los inscritos y la consulta es para escoger cinco elegibles a través del Consejo Superior; para evitar más desgastes y deponer la mala fe de muchos, se decidió elegir entre los nueve inscritos, de manera directa sin elecciones. Sin embargo eso parece que tampoco le cae bien a los candidatos, justo aquellos que ni votos ni apoyo tienen, increíble. Palo porque si y palo porque no.

Sería bueno que la comunidad académica y la sociedad en general conocieran su opinión al respecto. Por último, la pregunta infaltable la hace mi amigo ¿y la rectora encargada qué? Pues la doctora, Alexis Vidal, sigue en la lucha, nadando entre las aguas del bien y del mal. No le aceptaron la renuncia y se mantiene en su labor; algunos pensaron que desde ella, iban a dirigir en cuerpo ajeno y se equivocaron. Dios ilumine a la Universidad Popular del Cesar. Sólo Eso.

Columnista
10 diciembre, 2019

¿Hablamos de la UPC y nos tomamos un café?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Coincidí  con un amigo en el centro comercial, que al verme me indagó  sobre la Universidad Popular  del Cesar, nuestra querida UPC. ¿Nos tomamos un café? Me preguntó,  y de una nos pusimos en la tarea a la que nos convidó. El delicioso aroma que envolvió el ambiente y que nos permitió abordar la situación […]


Coincidí  con un amigo en el centro comercial, que al verme me indagó  sobre la Universidad Popular  del Cesar, nuestra querida UPC. ¿Nos tomamos un café? Me preguntó,  y de una nos pusimos en la tarea a la que nos convidó.

El delicioso aroma que envolvió el ambiente y que nos permitió abordar la situación que hoy agobia el alma mater. Hablar sobre este tema, que tiene tanto de largo como de ancho es bastante complejo y es difícil; pero guardar silencio también hace daño.  ¿Desde cuándo se debe pedir permiso para llegar a tu propia casa?  Pregunta mi amigo  y es suya la respuesta.

“La Upc es la casa de todos los Cesarence; especialmente de los congresistas y altas personalidades de la región. Pero resulta que son ellos los que menos ayudan a defenderla para que los recursos sean equitativos, comparados con otras universidades, o que ayuden a mejorar los ingresos para que el costo del semestre sea más asequible; y permitan que haya más cobertura y un mejor nivel académico. Un poco exaltado mi amigo exclama: “la institución es de todos pero solo se ven por allá en época de política buscando el apoyo de los diferentes estamentos, a la mejor usanza politiquera, para hacer elegir a sus comodines y de esta manera tener la facilidad de poner rector a su antojo y conveniencia”.

¿Tú que dices al respecto? Trato de soslayar la pregunta, pero de inmediato me increpa. –Sabes perfectamente como es la cosa por estos lados. Y si, pienso sin decir una palabra. El colmo que a la universidad la tengan, los políticos corruptos, enferma y en el fondo de su peor crisis. Son muchos los que salen a criticar y a destruir, cada uno con sus propios intereses. Cuestionan todo y a todos  aquellos que luchan por sacar adelante la institución a través de los tres pilares sobre los cuales debe levantarse la universidad: academia, investigación y la extensión.

Es fácil hablar desde las barreras y ver lo que los “maquiavélicos” pretende que se vea. Dos frustradas elecciones con todos los inconvenientes que a la luz pública dejan mal parado los estamentos de la universidad. Y ahí vemos a los candidatos que se enfunden la camiseta del oportunismo y falsedad. Recordé y le comenté a mi amigo, que a través de los medios se promocionó las dos fresitas, que le faltaban al pastel. Por un lado la denuncia de amenaza a un candidato, se deja ver que hay manos siniestras que con golpes bajos quieren desestabilizar la funcionalidad de la institución.

Por otro lado ¿Quién entiende a los señores candidatos? Nueve son los inscritos y la consulta es para escoger cinco elegibles a través del Consejo Superior; para evitar más desgastes y deponer la mala fe de muchos, se decidió elegir entre los nueve inscritos, de manera directa sin elecciones. Sin embargo eso parece que tampoco le cae bien a los candidatos, justo aquellos que ni votos ni apoyo tienen, increíble. Palo porque si y palo porque no.

Sería bueno que la comunidad académica y la sociedad en general conocieran su opinión al respecto. Por último, la pregunta infaltable la hace mi amigo ¿y la rectora encargada qué? Pues la doctora, Alexis Vidal, sigue en la lucha, nadando entre las aguas del bien y del mal. No le aceptaron la renuncia y se mantiene en su labor; algunos pensaron que desde ella, iban a dirigir en cuerpo ajeno y se equivocaron. Dios ilumine a la Universidad Popular del Cesar. Sólo Eso.