Por: Rodrigo López Barros
Partes de la cuartilla que voy a transcribir, no se entienda de carácter parroquial, las considero ante todo de naturaleza social, de pedagogía pública, y esto justifica su publicación en El Pilón.
La transcripción contrasta la generosidad de un hombre científico, ya octogenario, servidor de Colombia como ingeniero agrónomo, en el tratamiento de la fitopatología de las plantas de café y cacao, con la abulia y la desidia de un grupo humano al que aún se empeña en servirle, cuya conducta se extrapola en general.
“…las observaciones que me hiciste con relación a la fundación, cuyos estatutos ya conoces, me hicieron pensar de manera diferente a lo que yo había programado ejecutar.
“…a mi regreso a Envigado, leí varias veces los estatutos; y, esa lectura, me hizo retroceder a la época cuando trabajaba en el ICA, y debía viajar a Bogotá, una vez cada semana, durante un trimestre, a dictar clases sobre el cultivo del cacao, en la Escuela de Graduados del ICA.
“…Te cuento esto, porque para elaborar la forma de funcionamiento de la “Fundación Urumita”, una vez reactivada, he querido tomar como fundamentos tres aspectos que me han parecido básicos: 1) Los seres humanos somos por naturaleza esencialmente sociales. Con este razonamiento, solo quiero significar, que nos gusta juntarnos para hacer cosas en común. Pero también somos seres inteligentes y además, podemos actuar con la libertad que nos confiere el libre albedrío. Por lo tanto, estamos obligados a llegar a mutuo consenso cuando queremos juntarnos para ejecutar una actividad cualquiera. 2) Los atributos que distinguen al ente humano del resto de los seres vivos: como son la inteligencia, la capacidad de razonar y el libre albedrío, son cualidades que nos hacen pensar que somos superiores en la escala de los otros seres vivos, pero también sirven para crear ideas contradictorias y producir rivalidades que nos hacen mucho daño. 3) La palabra, que es el medio que usamos para manifestar nuestras ideas, no siempre es captada con la suficiente precisión, y puede ser interpretada en forma diferente de la idea verdadera. Esto nos puede llevar a crear un caos, similar al de la Torre de Babel; lo que podría causar auto destrucción de la especie.
“Te escribo de esta manera, porque me parece lamentable, que después de trabajar tan duramente y con tanto entusiasmo, como lo he hecho durante todo este año; y, a pesar de mis estado de salud, que me ha obligado a solicitar la asistencia médica permanente de un internista, un cardiólogo, un otorrinolaringólogo, un urólogo, un oftalmólogo y un bioenergético; ahora me han dicho algunos urumiteros, que la asamblea para reactivar la Fundación Urumita, que tenía programada para realizar en el mes de noviembre que acaba de pasar, la debo aplazar porque la gente de Urumita no está pensando sino en las elecciones del próximo año.
“Me da tristeza constatar que las pasiones en la gente, obnubile su inteligencia y su libre albedrío, de tal manera, que se olviden hasta de trabajar por el bienestar propio y el de su familia.
“Repasando un poco y a grandes rasgos la historia de la humanidad, me ha nacido la idea de que todo lo que queremos hacer debe ser simple; pues en nuestro lenguaje no captamos con la misma claridad el significado de la palabra mesa, que el de la palabra pensamiento. Hay una enorme diferencia en el esfuerzo intelectual que se tiene que hacer, para poder comprender y entender claramente las dos palabras en su total dimensión. De ahí que te propongo volver a la idea original de mi papá, de trabajar por el bienestar de todos, pero en especial de la clase menos favorecida.
“Nuestra familia Barros-Baquero, es un bello ejemplo de unidad, porque a pesar de lo que ha sucedido en ella o hubiese podido suceder, ha permanecido siempre en la unidad; y podemos continuar su ejemplo. Me siento seguro que en ella, encontraremos toda la inspiración para avanzar unos pasos más, en desarrollo de la idea original de mi padre, naturalmente si tu respuesta es favorable”. Ovidio Barros Nieves.
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