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Editorial - 4 julio, 2019

Felicitamos al Son de Paz

El proceso de paz en Colombia pasa por momentos difíciles. Parece crecer la incertidumbre debido a golpes de opinión dados por personajes de un lado y de otro.

El proceso de paz en Colombia pasa por momentos difíciles. Parece crecer la incertidumbre debido a golpes de opinión dados por personajes de un lado y de otro. Eso se profetizó gracias a que para el desarrollo de los diálogos en La Habana, antes, durante y después, nunca faltaron referencias a otros procesos en el mundo que tardaron más años, sus posconflictos fueron más críticos y por momentos sintieron desfallecer, casi que regresar a las armas.

Pero hoy es imposible no contemplar esas otras manifestaciones menos mediáticas e igualmente significativas, esperanzadoras, como el proyecto Son de Paz que hoy inicia jornadas de socialización en Valledupar.
Son de Paz es un proyecto que congrega a excombatientes y a comunidad en torno a la música, la fotografía, danza, teatro, comunicación digital, cine club, entre otras actividades, que han servido para unir a ciudadanos que alguna vez estuvieron alejados por el fragor del conflicto armado con la comunidad que alguna vez les temió.

El panorama de hoy es distinto, productivo, prometedor, y para esto han contado con el acompañamiento de organizaciones como la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, garante del proceso desde sus inicios y que acertadamente se ha quedado más tiempo en nuestro país, y el Programa de Desarrollo y Paz del Cesar.

En la construcción de procesos culturales, de manera conjunta, los seres humanos alcanzamos el desarrollo social. “Desearía que se desarrollara en todos los pueblos un consciente sentido de paz y el sentimiento de solidaridad humana, que puedan abrir nuevas relaciones de respeto e igualdad para el próximo milenio, que deberá ser de fraternidad y no de conflictos cruentos”, expresó desde su corazón la nobel de Paz, Rigoberta Menchú.

Le damos un espaldarazo a esta iniciativa que tendrá como protagonistas estos días a los líderes de la Fundación Construyendo Sueños Hacia la Paz, al Colectivo de Comunicación La Rotativa, a la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, a la Comisión de la Verdad, a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia y al músico, compositor y gestor de paz, Cesar López.

Bienvenido el Son de Paz, una nota que suena tan bien entre notas disonantes. Una actividad más que oportuna en estos momentos. Rogamos su continuidad y su llegada a buen puerto. En las manos, miradas y gestos de reconciliación de sus participantes está el rasgo más importante de la paz que se busca y que ha sido tan difícil de sostener.

Editorial
4 julio, 2019

Felicitamos al Son de Paz

El proceso de paz en Colombia pasa por momentos difíciles. Parece crecer la incertidumbre debido a golpes de opinión dados por personajes de un lado y de otro.


El proceso de paz en Colombia pasa por momentos difíciles. Parece crecer la incertidumbre debido a golpes de opinión dados por personajes de un lado y de otro. Eso se profetizó gracias a que para el desarrollo de los diálogos en La Habana, antes, durante y después, nunca faltaron referencias a otros procesos en el mundo que tardaron más años, sus posconflictos fueron más críticos y por momentos sintieron desfallecer, casi que regresar a las armas.

Pero hoy es imposible no contemplar esas otras manifestaciones menos mediáticas e igualmente significativas, esperanzadoras, como el proyecto Son de Paz que hoy inicia jornadas de socialización en Valledupar.
Son de Paz es un proyecto que congrega a excombatientes y a comunidad en torno a la música, la fotografía, danza, teatro, comunicación digital, cine club, entre otras actividades, que han servido para unir a ciudadanos que alguna vez estuvieron alejados por el fragor del conflicto armado con la comunidad que alguna vez les temió.

El panorama de hoy es distinto, productivo, prometedor, y para esto han contado con el acompañamiento de organizaciones como la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, garante del proceso desde sus inicios y que acertadamente se ha quedado más tiempo en nuestro país, y el Programa de Desarrollo y Paz del Cesar.

En la construcción de procesos culturales, de manera conjunta, los seres humanos alcanzamos el desarrollo social. “Desearía que se desarrollara en todos los pueblos un consciente sentido de paz y el sentimiento de solidaridad humana, que puedan abrir nuevas relaciones de respeto e igualdad para el próximo milenio, que deberá ser de fraternidad y no de conflictos cruentos”, expresó desde su corazón la nobel de Paz, Rigoberta Menchú.

Le damos un espaldarazo a esta iniciativa que tendrá como protagonistas estos días a los líderes de la Fundación Construyendo Sueños Hacia la Paz, al Colectivo de Comunicación La Rotativa, a la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, a la Comisión de la Verdad, a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia y al músico, compositor y gestor de paz, Cesar López.

Bienvenido el Son de Paz, una nota que suena tan bien entre notas disonantes. Una actividad más que oportuna en estos momentos. Rogamos su continuidad y su llegada a buen puerto. En las manos, miradas y gestos de reconciliación de sus participantes está el rasgo más importante de la paz que se busca y que ha sido tan difícil de sostener.