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Editorial - 20 diciembre, 2024

Fechas solidarias

Por estos días de ambiente decembrino la gente se vuelve más susceptible frente a todo aquello que le toque las fibras humanas, eso está muy bien y habla de manera positiva del sentimiento de una persona, pero sería mucho mejor que esa emotividad no se quedara solo en el círculo de sus seres queridos, sino que trascendiera las esferas de sus hogares y sitios de trabajo.

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Por estos días de ambiente decembrino la gente se vuelve más susceptible frente a todo aquello que le toque las fibras humanas, eso está muy bien y habla de manera positiva del sentimiento de una persona, pero sería mucho mejor que esa emotividad no se quedara solo en el círculo de sus seres queridos, sino que trascendiera las esferas de sus hogares y sitios de trabajo.

Justo en este 20 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Solidaridad, fecha propicia para que, desde todos los ámbitos, se exploren acciones que permitan llegar con ayuda y con cualquier clase de estímulos navideños a muchas poblaciones consideradas vulnerables o en condiciones de precariedad económica, y de toda índole.

Solo basta trasladarse a los barrios subnormales de Valledupar y de otras regiones, lo mismo que hacia algunas zonas rurales, para palpar en su justa dimensión la otra cara de la Navidad que viven miles de niños, de esos hogares en los que por lo general reina la escasez de todo.

En ese contexto, en una zona rural muy retirada de Valledupar, pudimos presenciar una escena que se repite en muchos casos: una familia conformada por una pareja de campesinos, padres de seis niños y una joven adolescente, las edades de los menores van desde los 3 hasta los 12 años, solo el padre recibe ingresos, entre otras cosas inferiores al sueldo mínimo. La madre hace de ama de casa, se pudo notar que no pasan hambre, pero, como es obvio, adolecen de la satisfacción del resto de necesidades. Estaban allí sin zapatos, sin camisas tratando de entretenerse con particulares juegos que les brinda la naturaleza.

Como lo acabamos de decir, esa es la escena que protagonizan miles de familias de nuestro territorio, es allí donde realmente se necesitan significativos gestos de solidaridad para hacer posible que esos niños que, aunque se vean tranquilos en su entorno natural, necesitan del aporte que sus humildes padres no le pueden brindar para pasar una Navidad feliz.
Nuestra invitación es a que, en estas navidades y fin de año, con acciones solidarias permitamos que miles de niños de esas poblaciones vulnerables puedan sonreír y al mismo tiempo sentir que ni ellos ni sus padres están solos, que aquí está una comunidad dispuesta a darles la mano.

Sabemos que por estas épocas son muchas las personas, organizaciones y entidades que adelantan acciones muy humanas para ayudar a los niños de Valledupar, pero de igual manera se requiere que ese espíritu solidario aumente y se masifique aún más.

Desde aquí pedimos que sea completo e integral ese conjunto constituido por el espíritu de las festividades decembrinas, donde además de las luces, alegría, cenas navideñas, encuentros familiares, no falte ese profundo sentido de solidaridad alrededor de los niños y hogares de escasos recursos econímcos.

Las familias afectadas por la pobreza, el desempleo o los desastres naturales esperan más que palabras; necesitan acciones concretas que les devuelvan la esperanza.

Son múltiples las formas de ser solidarios. Desde la donación de alimentos, ropa o juguetes a las familias vulnerables, hasta la organización de cenas comunitarias para quienes no tienen la posibilidad de celebrarlas en casa.

Pero la solidaridad no solo debe ser material. Escuchar, acompañar y brindar apoyo emocional son gestos que, aunque no visibles, tienen un impacto profundo. Muchas personas enfrentan estas fechas en soledad, con el peso de la tristeza por la pérdida de un ser querido. Un acto tan sencillo como compartir tiempo con un vecino o visitar un hogar de ancianos puede ser el regalo más valioso.

Invitemos a nuestras familias, amigos y colegas a ser parte de este propósito. Que esta Navidad y Año Nuevo no sean solo momentos de celebración, sino de acciones.

Editorial
20 diciembre, 2024

Fechas solidarias

Por estos días de ambiente decembrino la gente se vuelve más susceptible frente a todo aquello que le toque las fibras humanas, eso está muy bien y habla de manera positiva del sentimiento de una persona, pero sería mucho mejor que esa emotividad no se quedara solo en el círculo de sus seres queridos, sino que trascendiera las esferas de sus hogares y sitios de trabajo.


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Por estos días de ambiente decembrino la gente se vuelve más susceptible frente a todo aquello que le toque las fibras humanas, eso está muy bien y habla de manera positiva del sentimiento de una persona, pero sería mucho mejor que esa emotividad no se quedara solo en el círculo de sus seres queridos, sino que trascendiera las esferas de sus hogares y sitios de trabajo.

Justo en este 20 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Solidaridad, fecha propicia para que, desde todos los ámbitos, se exploren acciones que permitan llegar con ayuda y con cualquier clase de estímulos navideños a muchas poblaciones consideradas vulnerables o en condiciones de precariedad económica, y de toda índole.

Solo basta trasladarse a los barrios subnormales de Valledupar y de otras regiones, lo mismo que hacia algunas zonas rurales, para palpar en su justa dimensión la otra cara de la Navidad que viven miles de niños, de esos hogares en los que por lo general reina la escasez de todo.

En ese contexto, en una zona rural muy retirada de Valledupar, pudimos presenciar una escena que se repite en muchos casos: una familia conformada por una pareja de campesinos, padres de seis niños y una joven adolescente, las edades de los menores van desde los 3 hasta los 12 años, solo el padre recibe ingresos, entre otras cosas inferiores al sueldo mínimo. La madre hace de ama de casa, se pudo notar que no pasan hambre, pero, como es obvio, adolecen de la satisfacción del resto de necesidades. Estaban allí sin zapatos, sin camisas tratando de entretenerse con particulares juegos que les brinda la naturaleza.

Como lo acabamos de decir, esa es la escena que protagonizan miles de familias de nuestro territorio, es allí donde realmente se necesitan significativos gestos de solidaridad para hacer posible que esos niños que, aunque se vean tranquilos en su entorno natural, necesitan del aporte que sus humildes padres no le pueden brindar para pasar una Navidad feliz.
Nuestra invitación es a que, en estas navidades y fin de año, con acciones solidarias permitamos que miles de niños de esas poblaciones vulnerables puedan sonreír y al mismo tiempo sentir que ni ellos ni sus padres están solos, que aquí está una comunidad dispuesta a darles la mano.

Sabemos que por estas épocas son muchas las personas, organizaciones y entidades que adelantan acciones muy humanas para ayudar a los niños de Valledupar, pero de igual manera se requiere que ese espíritu solidario aumente y se masifique aún más.

Desde aquí pedimos que sea completo e integral ese conjunto constituido por el espíritu de las festividades decembrinas, donde además de las luces, alegría, cenas navideñas, encuentros familiares, no falte ese profundo sentido de solidaridad alrededor de los niños y hogares de escasos recursos econímcos.

Las familias afectadas por la pobreza, el desempleo o los desastres naturales esperan más que palabras; necesitan acciones concretas que les devuelvan la esperanza.

Son múltiples las formas de ser solidarios. Desde la donación de alimentos, ropa o juguetes a las familias vulnerables, hasta la organización de cenas comunitarias para quienes no tienen la posibilidad de celebrarlas en casa.

Pero la solidaridad no solo debe ser material. Escuchar, acompañar y brindar apoyo emocional son gestos que, aunque no visibles, tienen un impacto profundo. Muchas personas enfrentan estas fechas en soledad, con el peso de la tristeza por la pérdida de un ser querido. Un acto tan sencillo como compartir tiempo con un vecino o visitar un hogar de ancianos puede ser el regalo más valioso.

Invitemos a nuestras familias, amigos y colegas a ser parte de este propósito. Que esta Navidad y Año Nuevo no sean solo momentos de celebración, sino de acciones.