Considero que uno de los defectos reprochables de la humanidad es la incoherencia; es decir, la falta de coherencia. Ahora, muy evidente con el manejo de la pandemia producida por un nuevo e implacable coronavirus, que lo han denominado SARS-CoV-2, cuyo origen ha generado feroz controversia, ya que hay quienes alegan que es natural y otros arguyen que es artificial, sobre esta segunda posibilidad, algunos manifiestan que su propagación fue intencional por los gobernantes de la China con el propósito de sacar beneficio económico y otros, que fueron los mandamás de Estados Unidos, mangoneados por el prepotente Donald Trump para frenar el auge de la sorprendente imitación o plagio de los chinos.
Además de otras artimañas, como la de provocar la tan anunciada apocalíptica tercera guerra mundial. Los más prudentes sustentan que, de ser por modificación genética, el esparcimiento del letal virus sería accidental.
La realidad, es que la pandemia del mortífero coronavirus ha suscitado pánico colectivo, debido más que todo a que la mayoría de los contagiados son asintomáticos, entre los cuales quedan muchos sin diagnóstico, quienes son los principales difusores del nuevo coronavirus. Sin duda alguna, en esto consiste, la innegable amenaza de la covid-19, porque causa mayor mortalidad a la gente que tiene poca defensa inmunológica y la que padece patologías injuriantes (nocivas) del endotelio vascular, condición propensa a desencadenar trombosis sistémica, entre estas patologías están la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, tabaquismo, arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares.
Este virus asesino, también ataca con mayor virulencia a las otras personas con enfermedades crónicas como el asma bronquial y demás enfermedades pulmonares obstructivas, nefropatías, a los pacientes con VIH-Sida y otras infecciones; en fin, es extensa, por no decir ilimitada, la lista de enfermedades que predisponen a mayor riesgo de morir en la actual pandemia viral, que sorprendió a todos los países del mundo sin preparación para combatirlo mejor, a pesar de que la venían anunciando fuentes verosímiles, con base en epidemias como H1N1, H5N1, SARS, MERS, Ébola y otras, también por la depredación de la fauna y la flora de la naturaleza y demás determinantes del cambio climático, que los líderes mundiales nunca le han dado la importancia que merece el cuidado del medio ambiente que, tanto pregonan los expertos, como Hernán Maestre Martínez, especialista en Gestión Ambiental y respetable columnista del periódico EL PILÓN.
Por la falta de coherencia en la humanidad, el desespero para prevenir, o como cura de covid-19, en Irán la gente ingirió alcohol industrial (metanol), pues un médico del Ministerio de Sanidad iraní, Husein Hasanian, reportó a la agencia Associated Press que dicha ingesta produjo más de 480 muertos y 2.850 intoxicados. Asimismo, en EE.UU., cientos de personas ingirieron productos de limpieza con cloro con la consiguiente intoxicación, por la supuesta insinuación del presidente Trump, sobre quien no cabe duda ha sido lo peorcito como presidente de tan poderoso país que ya la China lo ha superado.
En nuestro país la incoherencia ha sido enorme, la más censurada ha sido la de la alcaldesa Claudia López y su pareja sentimental Angélica Lozano, juntas haciendo mercado, lo cual como mínimo les toca pagar el comparendo. En Valledupar, la Policía en plena cuarentena hizo una caravana para recordar la celebración del Festival vallenato, crasa violación de orden superior.