El cierre de este análisis voy a dedicarlo a Mello Castro, actual gobernante de Valledupar, el novel burgomaestre en foto finish recibió el testigo de los ciudadanos, con la encomienda de dirigir los destinos de una ciudad con múltiples problemáticas. Poner Orden es su slogan, ese atributo proselitista tuvo recepción en el elector agobiado por la inseguridad, materializar esa arenga se constituye en un imperativo, que no solo requiere pie de fuerza ni comandancia de Policía Metropolitana, además, necesita tratamiento particularizado debido a la connotación multicausal de la inseguridad.

Debe saber el alcalde Mello Castro que las últimas dos décadas y media en materia gubernamental han sido insatisfactorias para Valledupar. La planificación urbana convertida en sorpresa regional, fue arrinconada por la sofisticación de los esguinces que produce la desorganización y por el hálito de corrupción. Exgobernantes de la ciudad no fueron capaces de advertir que vivimos en un mundo que está cambiando con rapidez, en el que aumentan las situaciones de fragilidad, los flujos migratorios, las presiones sobre los recursos y las necesidades de servicios más complejos. Desecharon “la Visión de largo plazo en la planificación urbana y la continuidad de las políticas de planificación”.

El alcalde de Valledupar carga en sus hombros el pesado piano del desempleo (tocó techo) y la correlación entre economía y violencia, semejanza que propone complejidades por las razones multicausales inherentes a la inseguridad. Así mismo, la obsolescencia del sistema vial y del transporte público y las dificultades en materia de movilidad, proponen un fuerte problema, que comparte sitial con la deficiencia en la continuidad de la prestación de los servicios básicos, agua y energía. Adicionalmente, la pandemia propuesta por el covid-19, ha ocupado todo en el espacio en la agenda en lo que va corrido de su gobierno. 

Las tesis de las ciudades del futuro combinan el propósito del uso de la tecnología en un entorno habitable con estrategias de sostenibilidad ambiental. Ese reto aun es incomprendido en Valledupar; alcalde Mello Castro es momento de hacer lo que parece imposible: virar los intereses hacia la ciudad.

He osado en proponer un Plan Estratégico de largo plazo, (20 o 30 años), Valledupar es un sistema en constante evolución, alcalde lo invito a discernir esta idea, atraiga a la clase política, ciudadanía, gremios, cámara de comercio, universidades y tanques de pensamiento radicados en la ciudad. No se quede encerrado en la burbuja del poder, rompa ese hechizo, ejecute su plan de desarrollo, sin desatender el liderazgo de la idea, está todo por hacer y abierto el listado de los exalcaldes intranscendentes y sus consecuencias.