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Cultura - 24 enero, 2022

Evocación de ‘Los Viajes del Viento’, una alegoría al fin de los juglares

Ciro Guerra, director y cineasta cesarense, que impregnó la historia de la región Caribe en un formato cinematográfico de nivel internacional.

Marciano Martinez, quien interpreta a ‘Ignacio Carrillo’ en ‘Los Viajes del Viento’.
Marciano Martinez, quien interpreta a ‘Ignacio Carrillo’ en ‘Los Viajes del Viento’.

En el año 2009 el cineasta y director Ciro Guerra estrenó la película ‘Los Viajes del Viento’, un filme que recoge la historia del viejo pacto de un músico vallenato con el diablo.

La historia relató un compromiso que lo llevó a generar una virtuosidad extrema, pero que le generó innumerables consecuencias. Una de ellas, la maldición de la soledad.

EL FILME

Ambientada en los años sesenta, exactamente en 1968 año en el que se inauguró el Festival de la Leyenda Vallenata, recrea la historia de un viejo y famoso juglar vallenato ‘Ignacio Carrillo’, quien decide emprender su último viaje para devolver el acordeón a su dueño, el ‘maestro Guerra’.

En el camino se encuentra a ‘Fermín’, un joven que anhela convertirse en juglar y desea aprender a tocar el acordeón, sin embargo, acostumbrado a la soledad, ‘Ignacio’ lo rechaza, pero es tanta la persistencia del joven que termina aceptando su compañía.

Tras el transcurso por la Alta Guajira, Carrillo y Fermín se topan con diversos territorios, culturas y costumbres locales, totalmente diversas las unas de las otras.

Cuando la historia va pasando, en una escena se puede observar la disputa entre dos hombres que pelean a muerte, vista y autorizada por el pueblo, sin embargo, no se explica cuál es el motivo de tan infortunada acción.

En el filme cinematográfico se pueden apreciar las historias sobre personajes mágicos, donde la brujería y creencias guían a cada provinciano.

Tanto es así que en una escena donde ‘Ignacio’ y ‘Fermín se encuentran con un grupo de vaqueros, les ofrecen de comer y les cuentan sobre la piquería que se hace en honor al día de la Candelaria, es entonces que en la ‘Fiesta de los Acordeones en Becerril’, el protagonista se enfrenta a un duelo con otro acordeonero que le dice: “Aquí lo que se respira es pura brujería”. 

Con un talismán mágico colgado en su cuello no puede hacer nada ante la magia del acordeón de ‘Ignacio’ así que decide ‘apuñalarlo’ lo que provoca que el acordeón se parta en dos.

Luego, en uno de los descansos que hacen ‘Fermín’ e ‘Ignacio’ para localizar el único hombre capaz de reparar el acordeón, llegan a donde ‘Nini’, hermano de Ignacio. 

En una conversación con ‘Fermín’, le cuenta que ‘Guerra’, el maestro de ‘Ignacio’, se lo ganó al diablo en una piquería y que a forma de venganza el diablo le puso una maldición a todo aquel que lo tocase.

En el desarrollo de la película se puede evidenciar una inspiración hacía Francisco el Hombre, una leyenda juglar que venció al diablo tocando el acordeón y que dio paso a una historia de tradición y cultura.

‘Los Viajes del Viento’ fue la primera película colombiana que introdujo la riqueza cultural de los muchos idiomas (Wayú, palenquero, Arhuaco) que se hablan en el país.

En una escena, que muestra un rito de iniciación con sangre de lagartija por parte de los palenqueros, ‘Fermín’ es aprobado como músico, Es allí donde no solo se ve una tradición impregnada de misticismo y religión sino también de diversos idiomas que engrandecen aún más la película.

Yull Nuñez como ‘Fermín Morales’.

UN REPARTO CARIBE

La película es protagonizada por Marciano Martínez Acosta como ‘Ignacio Carrillo’, músico colombiano, compositor y acordeonero de música vallenata, y que nació en San Juan del Cesar, La Guajira.

Yull Núñez es ‘Fermín’. Nació en Valledupar en el año 1990. Es actor, bailarín, cantante e intérprete de varios instrumentos.

Asimismo la mayoría de sus actores provienen de la región Caribe, sus costumbres y tradiciones culturales diversificadas permitieron darles una identidad a sus personajes.

UNA ALEGORÍA

Al ver la película se vuelve indispensable pensar en ‘Cien años de soledad’, un libro que como lo dijo García Márquez es “un vallenato de 350 páginas”.

Una historia que vale la pena leer y que sintetiza junto al largometraje una historia fantástica que es la muestra de historias ancestrales, leyendas y cuentos con el descubrimiento de la diversidad cultural caribe.

Esa es la Colombia que retrató Ciro Guerra y que terminó siendo una alegoría al fin de los juglares y el comienzo de una etapa comercial y academizada.

Cabe resaltar además y como lo expresó Ana Cecilia Calle en su reseña para Austin Film Society: “La película destaca la manera en que la música conectó a la gente y los territorios en el norte del país a finales de la década de 1960. La búsqueda de la película de devolver el acordeón es un homenaje a esas comunidades”.

Hasta hoy ‘Los Viajes del Viento’ ha sido una producción que trascendió fronteras y que sigue equiparando la atención del público conocedor y crítico a través de premios han enmarcado el folclore vallenato como muestra representativa y cultural de Colombia.

Cultura
24 enero, 2022

Evocación de ‘Los Viajes del Viento’, una alegoría al fin de los juglares

Ciro Guerra, director y cineasta cesarense, que impregnó la historia de la región Caribe en un formato cinematográfico de nivel internacional.


Marciano Martinez, quien interpreta a ‘Ignacio Carrillo’ en ‘Los Viajes del Viento’.
Marciano Martinez, quien interpreta a ‘Ignacio Carrillo’ en ‘Los Viajes del Viento’.

En el año 2009 el cineasta y director Ciro Guerra estrenó la película ‘Los Viajes del Viento’, un filme que recoge la historia del viejo pacto de un músico vallenato con el diablo.

La historia relató un compromiso que lo llevó a generar una virtuosidad extrema, pero que le generó innumerables consecuencias. Una de ellas, la maldición de la soledad.

EL FILME

Ambientada en los años sesenta, exactamente en 1968 año en el que se inauguró el Festival de la Leyenda Vallenata, recrea la historia de un viejo y famoso juglar vallenato ‘Ignacio Carrillo’, quien decide emprender su último viaje para devolver el acordeón a su dueño, el ‘maestro Guerra’.

En el camino se encuentra a ‘Fermín’, un joven que anhela convertirse en juglar y desea aprender a tocar el acordeón, sin embargo, acostumbrado a la soledad, ‘Ignacio’ lo rechaza, pero es tanta la persistencia del joven que termina aceptando su compañía.

Tras el transcurso por la Alta Guajira, Carrillo y Fermín se topan con diversos territorios, culturas y costumbres locales, totalmente diversas las unas de las otras.

Cuando la historia va pasando, en una escena se puede observar la disputa entre dos hombres que pelean a muerte, vista y autorizada por el pueblo, sin embargo, no se explica cuál es el motivo de tan infortunada acción.

En el filme cinematográfico se pueden apreciar las historias sobre personajes mágicos, donde la brujería y creencias guían a cada provinciano.

Tanto es así que en una escena donde ‘Ignacio’ y ‘Fermín se encuentran con un grupo de vaqueros, les ofrecen de comer y les cuentan sobre la piquería que se hace en honor al día de la Candelaria, es entonces que en la ‘Fiesta de los Acordeones en Becerril’, el protagonista se enfrenta a un duelo con otro acordeonero que le dice: “Aquí lo que se respira es pura brujería”. 

Con un talismán mágico colgado en su cuello no puede hacer nada ante la magia del acordeón de ‘Ignacio’ así que decide ‘apuñalarlo’ lo que provoca que el acordeón se parta en dos.

Luego, en uno de los descansos que hacen ‘Fermín’ e ‘Ignacio’ para localizar el único hombre capaz de reparar el acordeón, llegan a donde ‘Nini’, hermano de Ignacio. 

En una conversación con ‘Fermín’, le cuenta que ‘Guerra’, el maestro de ‘Ignacio’, se lo ganó al diablo en una piquería y que a forma de venganza el diablo le puso una maldición a todo aquel que lo tocase.

En el desarrollo de la película se puede evidenciar una inspiración hacía Francisco el Hombre, una leyenda juglar que venció al diablo tocando el acordeón y que dio paso a una historia de tradición y cultura.

‘Los Viajes del Viento’ fue la primera película colombiana que introdujo la riqueza cultural de los muchos idiomas (Wayú, palenquero, Arhuaco) que se hablan en el país.

En una escena, que muestra un rito de iniciación con sangre de lagartija por parte de los palenqueros, ‘Fermín’ es aprobado como músico, Es allí donde no solo se ve una tradición impregnada de misticismo y religión sino también de diversos idiomas que engrandecen aún más la película.

Yull Nuñez como ‘Fermín Morales’.

UN REPARTO CARIBE

La película es protagonizada por Marciano Martínez Acosta como ‘Ignacio Carrillo’, músico colombiano, compositor y acordeonero de música vallenata, y que nació en San Juan del Cesar, La Guajira.

Yull Núñez es ‘Fermín’. Nació en Valledupar en el año 1990. Es actor, bailarín, cantante e intérprete de varios instrumentos.

Asimismo la mayoría de sus actores provienen de la región Caribe, sus costumbres y tradiciones culturales diversificadas permitieron darles una identidad a sus personajes.

UNA ALEGORÍA

Al ver la película se vuelve indispensable pensar en ‘Cien años de soledad’, un libro que como lo dijo García Márquez es “un vallenato de 350 páginas”.

Una historia que vale la pena leer y que sintetiza junto al largometraje una historia fantástica que es la muestra de historias ancestrales, leyendas y cuentos con el descubrimiento de la diversidad cultural caribe.

Esa es la Colombia que retrató Ciro Guerra y que terminó siendo una alegoría al fin de los juglares y el comienzo de una etapa comercial y academizada.

Cabe resaltar además y como lo expresó Ana Cecilia Calle en su reseña para Austin Film Society: “La película destaca la manera en que la música conectó a la gente y los territorios en el norte del país a finales de la década de 1960. La búsqueda de la película de devolver el acordeón es un homenaje a esas comunidades”.

Hasta hoy ‘Los Viajes del Viento’ ha sido una producción que trascendió fronteras y que sigue equiparando la atención del público conocedor y crítico a través de premios han enmarcado el folclore vallenato como muestra representativa y cultural de Colombia.