Por: Andrés Quintero Olmos Esta semana ando contentísimo: el desempleo en Valledupar avecina los 10.4%. Excelente porcentaje que, aunque tome el periodo anual más ventajoso para la ciudad y se ajuste al promedio nacional, me brinda felicidad. ¿Y saben qué? No me importa que la mitad de los empleados en mi ciudad sean informales. Ese […]
Por: Andrés Quintero Olmos
Esta semana ando contentísimo: el desempleo en Valledupar avecina los 10.4%. Excelente porcentaje que, aunque tome el periodo anual más ventajoso para la ciudad y se ajuste al promedio nacional, me brinda felicidad. ¿Y saben qué? No me importa que la mitad de los empleados en mi ciudad sean informales. Ese pequeño detalle como que no me preocupa mucho, la verdad.
Igualmente, ando feliz porque parece que el sol no está azotando demasiado a mi tierra y que el fenómeno del niño no llegará por acá este año. ¿Efectos del calentamiento global? Como que aquí no hay.
Además, ando más que dichoso porque en Valledupar están reparando los acueductos y están mejorando la calidad del agua y, para eso, andan cortando el agua, sobre todo el agua de los barrios más humildes, para que las damas del Novalito no sientan tanta molestia de estar viviendo en un país de pobres.
Estoy que me compro una botella de Old Parr ¡nojoda! Sí, de esa botella que se toman los ricos y cultos catadores de Whisky de mi región y que también se toman los no tan ricos de mi región, para no aparentar que son incultos como los ricos sabios y versados de buen licor. Es que no se logran ni imaginar que es lo me provoca tanta alegría innata. Pues imagínense, compatriotas – sí, para que vean que es un momento tan especial como para meterle patria al asunto- que me voy a comprar esa botella fina porque estoy festejando el logro inconmensurable de los políticos de mi región. Para que destaquen que aquí no es sólo la cuna del acordeón sino también de la representación.
Por un lado, tres de los cinco congresistas cesarenses votaron a favor de la reforma a la justicia. ¡Qué belleza! A esos tres quiero individualmente reconocerles su excelentísima decisión de voto que, muy seguramente, ayudará a desarrollar aún más nuestra región y a nuestro país, enmarcándose dentro de sus respectivas labores políticas desde antaño: a los Representantes, Juan Manuel Campo, José Alfredo Gnecco y Fernando de la Peña, muchas gracias nuevamente por ese regalito que nos dieron y por su ayuda constructiva frente a la institucionalidad del país.
Quiero destacar aquí que el Representante a la Cámara, el honorable Pedro Muvdi, que tanto admiro, al parecer, no alcanzó a asistir al evento social (sesión parlamentaria). ¿Quizás el evento se desarrolló durante su siesta y por eso se abstuvo subliminalmente? Si es así, seguramente despertará de su siesta en 2014 a la hora de buscar su reelección. Esto no lo digo gratuitamente, sino porque lo mismo ocurrió en el 2010.
En cambio, al Senador Félix Varela, ese sí que no lo felicito porque votó en contra de la tal reforma: por favor señor Varela dejé de actuar con cabeza y ética que eso aquí no pega.
Por otro lado, ¡imagínense! los dos más grandes políticos de mi región, es decir, el Alcalde de Valledupar y el Gobernador del Cesar, hacen parte del grupo selecto de los diez Alcaldes y Gobernadores con mayor favorabilidad en el país, según las encuestas. No pero que alegría saber eso a sabiendas que tras 7 meses de gobierno de ambos todavía no se ve el primer logro. Pero bueno, hay que darle tiempo al tiempo, como dicen en mi ciudad, y, pues, hay que dejarlos trabajar tranquilamente y sin sospechas como hicimos con sus antecesores que tantos logros dejaron. ¡Mándese la botellita compatriota que esto pinta bueno!
Por: Andrés Quintero Olmos Esta semana ando contentísimo: el desempleo en Valledupar avecina los 10.4%. Excelente porcentaje que, aunque tome el periodo anual más ventajoso para la ciudad y se ajuste al promedio nacional, me brinda felicidad. ¿Y saben qué? No me importa que la mitad de los empleados en mi ciudad sean informales. Ese […]
Por: Andrés Quintero Olmos
Esta semana ando contentísimo: el desempleo en Valledupar avecina los 10.4%. Excelente porcentaje que, aunque tome el periodo anual más ventajoso para la ciudad y se ajuste al promedio nacional, me brinda felicidad. ¿Y saben qué? No me importa que la mitad de los empleados en mi ciudad sean informales. Ese pequeño detalle como que no me preocupa mucho, la verdad.
Igualmente, ando feliz porque parece que el sol no está azotando demasiado a mi tierra y que el fenómeno del niño no llegará por acá este año. ¿Efectos del calentamiento global? Como que aquí no hay.
Además, ando más que dichoso porque en Valledupar están reparando los acueductos y están mejorando la calidad del agua y, para eso, andan cortando el agua, sobre todo el agua de los barrios más humildes, para que las damas del Novalito no sientan tanta molestia de estar viviendo en un país de pobres.
Estoy que me compro una botella de Old Parr ¡nojoda! Sí, de esa botella que se toman los ricos y cultos catadores de Whisky de mi región y que también se toman los no tan ricos de mi región, para no aparentar que son incultos como los ricos sabios y versados de buen licor. Es que no se logran ni imaginar que es lo me provoca tanta alegría innata. Pues imagínense, compatriotas – sí, para que vean que es un momento tan especial como para meterle patria al asunto- que me voy a comprar esa botella fina porque estoy festejando el logro inconmensurable de los políticos de mi región. Para que destaquen que aquí no es sólo la cuna del acordeón sino también de la representación.
Por un lado, tres de los cinco congresistas cesarenses votaron a favor de la reforma a la justicia. ¡Qué belleza! A esos tres quiero individualmente reconocerles su excelentísima decisión de voto que, muy seguramente, ayudará a desarrollar aún más nuestra región y a nuestro país, enmarcándose dentro de sus respectivas labores políticas desde antaño: a los Representantes, Juan Manuel Campo, José Alfredo Gnecco y Fernando de la Peña, muchas gracias nuevamente por ese regalito que nos dieron y por su ayuda constructiva frente a la institucionalidad del país.
Quiero destacar aquí que el Representante a la Cámara, el honorable Pedro Muvdi, que tanto admiro, al parecer, no alcanzó a asistir al evento social (sesión parlamentaria). ¿Quizás el evento se desarrolló durante su siesta y por eso se abstuvo subliminalmente? Si es así, seguramente despertará de su siesta en 2014 a la hora de buscar su reelección. Esto no lo digo gratuitamente, sino porque lo mismo ocurrió en el 2010.
En cambio, al Senador Félix Varela, ese sí que no lo felicito porque votó en contra de la tal reforma: por favor señor Varela dejé de actuar con cabeza y ética que eso aquí no pega.
Por otro lado, ¡imagínense! los dos más grandes políticos de mi región, es decir, el Alcalde de Valledupar y el Gobernador del Cesar, hacen parte del grupo selecto de los diez Alcaldes y Gobernadores con mayor favorabilidad en el país, según las encuestas. No pero que alegría saber eso a sabiendas que tras 7 meses de gobierno de ambos todavía no se ve el primer logro. Pero bueno, hay que darle tiempo al tiempo, como dicen en mi ciudad, y, pues, hay que dejarlos trabajar tranquilamente y sin sospechas como hicimos con sus antecesores que tantos logros dejaron. ¡Mándese la botellita compatriota que esto pinta bueno!