Emergencia vial
A raíz de la fuerte inundación ocasionada por el río Magdalena, a punto de desaparecer del mapa colombiano se encuentra la vía que de Tamalameque conduce a El Banco, Magdalena.
Ayer en la mañana, por segunda vez, dos mil personas que se encuentran damnificadas desde hace 15 días en las poblaciones de Cuatro Bocas, La Oreja y demás veredas de Tamalameque, situadas al margen del caudaloso río, exigieron la pronta intervención de la Corporación Autónoma del Río Grande de la Magdalena, en la solución de uno de los problemas que en la actualidad se ha convertido en un “león rugiente” que no deja tranquilos a los habitantes de la región ribereña.
Según los damnificados, es tan fuerte la amenaza del río Magdalena que en los últimos meses ha arrasado con un sinnúmero de viviendas, y desaparecido las mejores calles de la parte frontal de los corregimientos de la zona ribereña, al tiempo que mantiene en vilo a los productores de palma de aceite, maíz y sorgo, al igual que a los ganaderos de la región.
“Si el río, por cambiar de curso rompe por donde amenaza con meterse, la destrucción sería total; muchas familias quedarían sin sus casas y el sector agropecuario quedaría en las fauces del Magdalena”, señaló un labriego de Tamalameque.
Por su parte, los productores agropecuarios, en entrevista con EL PILÓN, dijeron que de acuerdo con el censo del ICA, en la zona rural de Tamalameque y El Banco existen 49 mil reses, sin incluir las crías recientes.
Lo anterior explica que Tamalameque y sus corregimientos cuenten con el mayor número de semovientes de toda el área del sur de Cesar, razón por la cual se necesita con urgencia la presencia del estado para que todo este potencial agropecuario no desaparezca por causa de las arremetidas del río Magdalena.
Indicó que en años anteriores, la guerrilla, con el constante abigeato, alcanzó a debilitar la economía ganadera, pero ahora es la misma naturaleza la que mantiene alarmados a los ganaderos, porque día a día carcome los pastizales, erosionando las tierras más fértiles.
De igual forma, los habitantes del corregimiento de La Oreja también dejaron claro que las 12 mil hectáreas de palma de aceite que se encuentran plantadas en la región, y las cuatro mil de maíz y sorgo, también se encuentran a punto de ser devoradas por el río Magdalena, afluente hídrico que en menos de dos meses se ha llevado doscientos metros de tierra.
Frente a todas estas situaciones, las comunidades afectadas afirmaron que las autoridades municipales han buscado afanosamente la colaboración de la Corporación Regional del Río Grande de la Magdalena, pero pese a la magnitud del problema, aún no se ha recibido ninguna respuesta.
“En muchas ocasiones, el Estado hace presencia después de ocurridas las tragedias. A tiempo hemos informado y no se nos atiende, y ante tanta negativa, responsabilizamos al gobierno nacional de lo que ocurra entre los municipios de Tamalameque en el Cesar y El Banco en el Magdalena”, señalaron los agricultores y transportadores.
Los más de cuatro mil habitantes de la región afectada, ruegan a Dios para que el río Magdalena no los desaparezca, mientras que 49 mil cabezas de ganado, 12 mil hectáreas de palma, y cuatro mil de sorgo y maíz, podrían ser devoradas por la fuerte erosión del Magdalena, caudaloso río que en su historia ha hecho desaparecer del mapa a siete grandes poblaciones de los departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar y Santander.