Son enfermedades relacionadas con factores genéticos y ambientales que todavía no tienen tratamientos curativos. En sus evoluciones producen alteraciones en varias actividades y funciones del cuerpo humano por el deterioro y muerte de neuronas en algunas partes del sistema nervioso. Quienes padecen estas enfermedades terminan con marcado menoscabo de la calidad de vida, cuya supervivencia depende principalmente de los cuidados paliativos recibidos.
Entre las cuales tenemos el mal de Alzheimer, parkinsonismo, demencia vascular, corea de Huntington, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ataxia de Friedreich, la degeneración lobular frontotemporal, distrofia muscular y otras más raras. La realidad es que cualquiera de estas enfermedades genera enormes sufrimiento en las familias, cuando la padece alguno de sus miembros más cercanos.
Ahora estas enfermedades son más frecuentes, debido al aumento poblacional y por el incremento de la esperanza de vida, gracias al continuo avance científico, además la gente tiene mayor riesgo de sufrir tales enfermedades por el sedentarismo, mala alimentación, pérdida de sueño, adicción a sustancias psicoactivas, tanto estrés, especialmente la violencia y el secuestro, que a cualquier edad afectan el cerebro dejando secuelas permanentes.
Los primeros síntomas de algunas de las enfermedades neurodegenerativas son el olvido transitorio, dificultad en realizar manualidades finas, lentitud en el pensamiento y otras fallas habitualmente menospreciadas. Si se vuelven repetitivas o se acentúan, se debe buscar atención profesional lo más pronto posible, con el propósito de lograr el diagnóstico que permita corregir sus factores de riesgo, evitar sus complicaciones con lo cual se retarda la muerte con mejor calidad de vida.
En estadios avanzados estas enfermedades producen múltiples deficiencias corporales, entre las cuales sobresalen los trastornos del comportamiento, de la movilidad y la estabilidad, del habla, de la visión, de la deglución y del apetito, que llevan a la muerte antes de la expectativa del tiempo esperado.
Aunque el deterioro cerebral sobreviene con la vejez, la investigación científica ha demostrado que se puede prolongar la lucidez mental, para lo cual es indispensable mantener el cerebro activo, realizando ejercicio físico, mejor si se hace a la intemperie, charlando, leyendo, escribiendo, resolviendo pasatiempos, participando en juegos de mesa, mejor con la familia, ya que fortalece la autoestima y el ánimo de seguir viviendo, para lo cual es esencial la alimentación con dieta equilibrada y apropiada según las enfermedades que nunca faltan en los ancianos, dormir entre seis y ocho horas diarias, no beber licor en exceso, cero hábito de tabaco y narcóticos.
PD: mis más sentidas condolencias a la tan estimada familia Murgas Arzuaga por el sensible fallecimiento del economista, ganadero, político y ex congresista Luis Mariano Murgas Arzuaga, también conocido como ‘El líder’. Este destacado personaje murió en Valledupar hace pocos días a la edad de 71 años, después de padecer enfermedad neurodegenerativa por más de cinco años. Paz en su tumba. Amén.