“Me siento muy bien, ya no puedo jugar fútbol; soy seguidor de Nelson y cuando me enteré que veía quise verlo cantar”, relató el road manager de Nelson Velásquez, Manuel Polo, sobre la presencia de Salvador Cabañas en un concierto vallenato en Paraguay.

Salvador Cabañas, figura del fútbol paraguayo, sufrió un atentado en México que le dejó una bala alojada en la cabeza y, desde entonces, vive en Paraguay, donde ahora se levanta a las cuatro de la mañana para repartir pan en una camioneta. El exídolo del América de México y de la selección paraguaya, ayuda a sus padres en la panadería de la familia para sobrevivir.
Cabañas vive en una población llamada Itauguá, a pocos kilómetros de Asunción. El espectáculo de música vallenata que reunió a artistas como Nelson Velásquez, Hebert Vargas y el Binomio de Oro de América se realizó en el estadio de fútbol ‘Fernando de La Mora’ de Asunción.

Velásquez al percatarse de la presencia de Cabañas, de inmediato lo saludó y lo invitó a tarima. “Cuando Salvador tomó el micrófono y habló el público gritaba y gritaba, es un ídolo para el pueblo paraguayo; Nelson le preguntó cuál canción quería escuchar y Salvador dijo que cualquiera, porque todas le gustaban, y que era su seguidor”, afirmó Manuel Polo en conversación telefónica con EL PILÓN desde la capital de Paraguay.

Entonces Nelson Velásquez interpretó la canción ‘Mi dulce amor’ y Cabañas levantó su mano izquierda al público, mientras que la derecha la llevó a su corazón para hacer gestos de agradecimientos con el artista vallenato y los 15.000 espectadores que coreaban su nombre.

Además de esta canción, el artista romántico del género vallenato lo homenajeó con temas como ‘Volver’, ‘Por querer olvidarte’, ‘Lucero espiritual’, ‘Suave brisa’, ‘Regalame una noche’, ‘Ven y dime’, ‘Buscaré otro amor’, ‘Dos locos’, entre otros, por más de dos horas que tardó la presentación de Nelson con el acordeón de José Fernando ‘el Morre’ Romero.
Cabe resaltar que Cabañas alcanzó a sobrevivir del atentado perpetrado el 25 de enero de 2010, tras una larga terapia de rehabilitación. Desde entonces, su tenaz recuperación le permitió volver a jugar al fútbol en 12 de Octubre y el General Caballero, equipos de categorías inferiores de Paraguay.

Según medios paraguayos, ahora Salvador se dedica a repartir pan en una camioneta a los clientes de su padre, Dionisio, y su madre, Basilia Cabañas, por Itaguá, Ypacarai y San Bernardino. Este exjugador de fútbol ostentó el récord de goleador de la Copa Libertadores de América por dos años consecutivos y se encontraba a seis meses del mundial de Sudáfrica 2010, pero el hecho que por poco le quita la vida le cerró la posibilidad de la cita orbital más importante del planeta.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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