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Editorial - 7 octubre, 2021

En defensa de los Juegos Bolivarianos de Valledupar

Estamos celebrando 200 años de la firma de la constitución de la Gran Colombia en Cúcuta, esa República de hermanas naciones que hizo honor al mayor de los sueños de integración, solidaridad y progreso de la región. Seguimos ayer los actos conmemorativos con júbilo bolivariano, ese del que queremos inspirarnos hoy para decir que el […]

Estamos celebrando 200 años de la firma de la constitución de la Gran Colombia en Cúcuta, esa República de hermanas naciones que hizo honor al mayor de los sueños de integración, solidaridad y progreso de la región. Seguimos ayer los actos conmemorativos con júbilo bolivariano, ese del que queremos inspirarnos hoy para decir que el deporte une corazones, pueblos, da ejemplo y contribuye al bienestar y la felicidad.

Hoy salimos en defensa  de la realización de los juegos por el desarrollo deportivo y económico de Valledupar y del Cesar; de Colombia y de las naciones bolivarianas y latinoamericanas.

Trascendió precisamente ayer un disgusto del recién nombrado ministro de Deportes, Guillermo Herrera. Queremos creer que en el fondo está motivado porque Colombia haga unos juegos ejemplares, y no entenderíamos de dónde pueda estar pensando que Valledupar y el Cesar puedan ser inferiores al reto.  Si está pensando mal, su responsabilidad del cargo, que impone consultar, orientar y recoger el sentimiento de los gobernados, debe llevar a que su individual voluntad no se pueda imponer sobre la colectiva de un pueblo, una región, y el compromiso del presidente Iván Duque con la realización en este lugar de los Juegos Bolivarianos.

Valledupar es una ciudad de 470 años, que se mantuvo como una población aislada, con sus costumbres de estirpe español, que al cumplir en 1950 sus 400 años, por su producción agropecuaria, el ascenso económico de la vecina Venezuela, el descubrimiento de los primeros cantos, y una generación de liderazgo  que creó un departamento y desarrolló una infraestructura moderna, hoy tiene más de medio millón de habitantes, de gente de todos los orígenes regionales. 

Para lograr un buen certamen se ha contado con el profesionalismo del equipo local cesarense, en cabeza de un  director local pero con conocimiento de las instituciones y eventos deportivos.  Cuenta con más de 950 voluntarios inscritos y gran parte de ellos apoyando desde ahora a la organización, que tiene habilitadas sus oficinas y logística. Porque el evento es de Valledupar y hecho también por Valledupar. Sin desconocer la contribución del Comité Olímpico, del Gobierno nacional, el respaldo unánime de los congresistas, diputados y concejales y de los gremios y estamentos sociales de la región del Cesar, Guajira y sur del Magdalena.

El avance de la infraestructura deportiva se aproxima al 85 %. De 36 escenarios ya se cuenta con 30, y gran parte han sido por el esfuerzo presupuestal del departamento y el municipio, con una participación del fisco nacional inferior al gasto en otros eventos similares en el país. Además, se ha concitado el concurso del sector privado y se ve en obras en desarrollo como la Villa Bolivariana. Se inaugurarán otras obras, como el transporte de buses modernos, para la ocasión.

Ya se cuenta con 4/5 partes de los recursos totales de los juegos. Recursos que, a su vez,  generarán un impacto equivalente al 5 % del PIB anual de Valledupar.

Porque no solo grandes eventos y escenarios culturales sabemos hacer. Y por muchas razones.  Ni un paso atrás, vamos a hacer unidos los juegos.

Editorial
7 octubre, 2021

En defensa de los Juegos Bolivarianos de Valledupar

Estamos celebrando 200 años de la firma de la constitución de la Gran Colombia en Cúcuta, esa República de hermanas naciones que hizo honor al mayor de los sueños de integración, solidaridad y progreso de la región. Seguimos ayer los actos conmemorativos con júbilo bolivariano, ese del que queremos inspirarnos hoy para decir que el […]


Estamos celebrando 200 años de la firma de la constitución de la Gran Colombia en Cúcuta, esa República de hermanas naciones que hizo honor al mayor de los sueños de integración, solidaridad y progreso de la región. Seguimos ayer los actos conmemorativos con júbilo bolivariano, ese del que queremos inspirarnos hoy para decir que el deporte une corazones, pueblos, da ejemplo y contribuye al bienestar y la felicidad.

Hoy salimos en defensa  de la realización de los juegos por el desarrollo deportivo y económico de Valledupar y del Cesar; de Colombia y de las naciones bolivarianas y latinoamericanas.

Trascendió precisamente ayer un disgusto del recién nombrado ministro de Deportes, Guillermo Herrera. Queremos creer que en el fondo está motivado porque Colombia haga unos juegos ejemplares, y no entenderíamos de dónde pueda estar pensando que Valledupar y el Cesar puedan ser inferiores al reto.  Si está pensando mal, su responsabilidad del cargo, que impone consultar, orientar y recoger el sentimiento de los gobernados, debe llevar a que su individual voluntad no se pueda imponer sobre la colectiva de un pueblo, una región, y el compromiso del presidente Iván Duque con la realización en este lugar de los Juegos Bolivarianos.

Valledupar es una ciudad de 470 años, que se mantuvo como una población aislada, con sus costumbres de estirpe español, que al cumplir en 1950 sus 400 años, por su producción agropecuaria, el ascenso económico de la vecina Venezuela, el descubrimiento de los primeros cantos, y una generación de liderazgo  que creó un departamento y desarrolló una infraestructura moderna, hoy tiene más de medio millón de habitantes, de gente de todos los orígenes regionales. 

Para lograr un buen certamen se ha contado con el profesionalismo del equipo local cesarense, en cabeza de un  director local pero con conocimiento de las instituciones y eventos deportivos.  Cuenta con más de 950 voluntarios inscritos y gran parte de ellos apoyando desde ahora a la organización, que tiene habilitadas sus oficinas y logística. Porque el evento es de Valledupar y hecho también por Valledupar. Sin desconocer la contribución del Comité Olímpico, del Gobierno nacional, el respaldo unánime de los congresistas, diputados y concejales y de los gremios y estamentos sociales de la región del Cesar, Guajira y sur del Magdalena.

El avance de la infraestructura deportiva se aproxima al 85 %. De 36 escenarios ya se cuenta con 30, y gran parte han sido por el esfuerzo presupuestal del departamento y el municipio, con una participación del fisco nacional inferior al gasto en otros eventos similares en el país. Además, se ha concitado el concurso del sector privado y se ve en obras en desarrollo como la Villa Bolivariana. Se inaugurarán otras obras, como el transporte de buses modernos, para la ocasión.

Ya se cuenta con 4/5 partes de los recursos totales de los juegos. Recursos que, a su vez,  generarán un impacto equivalente al 5 % del PIB anual de Valledupar.

Porque no solo grandes eventos y escenarios culturales sabemos hacer. Y por muchas razones.  Ni un paso atrás, vamos a hacer unidos los juegos.