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Columnista - 2 febrero, 2023

Emdupar, del estrangulamiento a la venta

EMDUPAR S.A. E.S.P. nació como la joya de los vallenatos, quizás, el primer intento empresarial del municipio.

EMDUPAR S.A. E.S.P. nació como la joya de los vallenatos, quizás, el primer intento empresarial del municipio. En sus primeros años, cuando los alcaldes tenían valores cívicos, esta empresa era un diamante, sus proyecciones retaban al país; fue creada en 1974 con el nombre de ACUADUPAR. Desde entonces, mucha agua ha pasado por sus tubos y el manoseo que ha recibido la ha dejado con muchas contusiones. 

Hoy es una empresa mixta cuyo principal accionista es el municipio de Valledupar, sujeta a la ambición y discrecionalidad de los alcaldes; su junta directiva es de pacotilla y está integrada por convidados de piedra; entre los años 1996/97 hice parte de esas directivas en mi calidad de secretario de Planeación Municipal, por eso sé cómo funciona.

Esta empresa no tiene competencia, su materia prima es ilimitada y nada debe pagar a la naturaleza por su suministro; la calidad de las aguas que recibe es casi pura y es poco lo que se debe hacer para vender su producto que es el agua domiciliaria. Sus instalaciones básicas son de larga duración y solo necesita invertir en la estructura que demanda el crecimiento urbano, cuyos rendimientos en el tiempo están garantizados. 

El negocio visto así es rentable. Emdupar no incurre en los gastos que tiene Barranquilla purificando y bombeando el agua del río Magdalena, la mayor cloaca del país; sin embargo, allá el negocio es rentable. No obstante, nuestra empresa no sale de sus afugias financieras. La estrategia privatizadora de los neoliberales es convencer a la sociedad de que las empresas del Estado son ineficientes más, los contraejemplos son muchos: EPM, ECOPETROL, ISA e ISAGEN que, sin embargo, algunas de ellas han sido vendidas parcial o totalmente.

Con métodos torticeros las van quebrando para justificar su venta; una forma es convertirlas en feudos de cuotas burocráticas y sin funciones dentro de la empresa, sin importar su suerte financiera; otra forma es desmembrarlas, mutilando su misión. 

El primer desmembramiento consistió en concesionar el buen negocio de las basuras mediante una concesión leonina; después, por pereza administrativa, cedieron el cobro de la facturación entregándole el 35% de la misma a un particular. Hoy la cartera morosa se acerca a los $90.000 millones. Se sospecha que cada vez que se venda un activo público, detrás hay una coima. Es absurdo creer que una empresa inviable para el Estado sea rentable para los privados. 

Colombia ha tenido muchas empresas rentables a nivel nacional, regional y local, la mayoría prestadoras de servicios, y casi todas han sido vendidas a los mercaderes internacionales. El rumor sobre la venta de Emdupar ha sido permanente; muchos de sus gerentes, amanuenses del alcalde, han sido escogidos para que faciliten esa tarea, pero los alcaldes siempre lo han negado pese a que el sindicalismo lo ha denunciado; no puede ser mentira. El proceso de maduración para su venta ya se dio, su iliquidez forzada está a la vista. 

Un estudio situacional mostró trece problemas básicos de los cuales destacaremos cuatro: flujo de caja negativo, bajo nivel de inversiones, inestabilidad e incompetencia en los cargos de dirección y alto volumen de cuentas por pagar. A diciembre de 2021, las deudas de Emdupar superaban los $32.000 millones de pesos; hoy, el déficit financiero es el principal problema cuya principal causa reposa en la estructura administrativa, según el estudio.

Una empresa que facture más de $5.000 millones de pesos/mes y recaude alrededor del 80%, que se debe mejorar, no debería estar en venta. El intento de enajenar esta empresa, patrimonio de los vallenatos, debe ser una alerta para toda la ciudadanía; detrás de su privatización viene escondida la del río Guatapurí que es innegociable; la estrategia de las multinacionales es quedarse con toda el agua del planeta, sobre la cual descansaría la próxima guerra mundial, según los entendidos en globalización.  La Super debería intervenir esta empresa.

Por Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
2 febrero, 2023

Emdupar, del estrangulamiento a la venta

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

EMDUPAR S.A. E.S.P. nació como la joya de los vallenatos, quizás, el primer intento empresarial del municipio.


EMDUPAR S.A. E.S.P. nació como la joya de los vallenatos, quizás, el primer intento empresarial del municipio. En sus primeros años, cuando los alcaldes tenían valores cívicos, esta empresa era un diamante, sus proyecciones retaban al país; fue creada en 1974 con el nombre de ACUADUPAR. Desde entonces, mucha agua ha pasado por sus tubos y el manoseo que ha recibido la ha dejado con muchas contusiones. 

Hoy es una empresa mixta cuyo principal accionista es el municipio de Valledupar, sujeta a la ambición y discrecionalidad de los alcaldes; su junta directiva es de pacotilla y está integrada por convidados de piedra; entre los años 1996/97 hice parte de esas directivas en mi calidad de secretario de Planeación Municipal, por eso sé cómo funciona.

Esta empresa no tiene competencia, su materia prima es ilimitada y nada debe pagar a la naturaleza por su suministro; la calidad de las aguas que recibe es casi pura y es poco lo que se debe hacer para vender su producto que es el agua domiciliaria. Sus instalaciones básicas son de larga duración y solo necesita invertir en la estructura que demanda el crecimiento urbano, cuyos rendimientos en el tiempo están garantizados. 

El negocio visto así es rentable. Emdupar no incurre en los gastos que tiene Barranquilla purificando y bombeando el agua del río Magdalena, la mayor cloaca del país; sin embargo, allá el negocio es rentable. No obstante, nuestra empresa no sale de sus afugias financieras. La estrategia privatizadora de los neoliberales es convencer a la sociedad de que las empresas del Estado son ineficientes más, los contraejemplos son muchos: EPM, ECOPETROL, ISA e ISAGEN que, sin embargo, algunas de ellas han sido vendidas parcial o totalmente.

Con métodos torticeros las van quebrando para justificar su venta; una forma es convertirlas en feudos de cuotas burocráticas y sin funciones dentro de la empresa, sin importar su suerte financiera; otra forma es desmembrarlas, mutilando su misión. 

El primer desmembramiento consistió en concesionar el buen negocio de las basuras mediante una concesión leonina; después, por pereza administrativa, cedieron el cobro de la facturación entregándole el 35% de la misma a un particular. Hoy la cartera morosa se acerca a los $90.000 millones. Se sospecha que cada vez que se venda un activo público, detrás hay una coima. Es absurdo creer que una empresa inviable para el Estado sea rentable para los privados. 

Colombia ha tenido muchas empresas rentables a nivel nacional, regional y local, la mayoría prestadoras de servicios, y casi todas han sido vendidas a los mercaderes internacionales. El rumor sobre la venta de Emdupar ha sido permanente; muchos de sus gerentes, amanuenses del alcalde, han sido escogidos para que faciliten esa tarea, pero los alcaldes siempre lo han negado pese a que el sindicalismo lo ha denunciado; no puede ser mentira. El proceso de maduración para su venta ya se dio, su iliquidez forzada está a la vista. 

Un estudio situacional mostró trece problemas básicos de los cuales destacaremos cuatro: flujo de caja negativo, bajo nivel de inversiones, inestabilidad e incompetencia en los cargos de dirección y alto volumen de cuentas por pagar. A diciembre de 2021, las deudas de Emdupar superaban los $32.000 millones de pesos; hoy, el déficit financiero es el principal problema cuya principal causa reposa en la estructura administrativa, según el estudio.

Una empresa que facture más de $5.000 millones de pesos/mes y recaude alrededor del 80%, que se debe mejorar, no debería estar en venta. El intento de enajenar esta empresa, patrimonio de los vallenatos, debe ser una alerta para toda la ciudadanía; detrás de su privatización viene escondida la del río Guatapurí que es innegociable; la estrategia de las multinacionales es quedarse con toda el agua del planeta, sobre la cual descansaría la próxima guerra mundial, según los entendidos en globalización.  La Super debería intervenir esta empresa.

Por Luis Napoleón de Armas P.