En entrevista con EL PILÓN, Oñate Martínez se refirió a su amor al arte y ha labor educativa que ha dejado huella en varias generaciones.
En el marco de la celebración de sus 30 años, el periódico EL PILÓN exaltó el trabajo de gestores culturales, compositores, docentes y personalidades de la región que han sido pieza clave en el progreso de la región por medio del apoyo que han brindado a las comunidades y el fortalecimiento de la cultura.
Uno de ellos fue Julio Oñate Martínez, investigador y periodista, por el aporte que le ha brindado a través de la promoción y preservación del vallenato. Su dedicación como gestor cultural ha sido fundamental en el robustecimiento de nuestra identidad, y ha trabajado incansablemente para que las tradiciones vallenatas perduren en el tiempo.
Desde sus primeros proyectos hasta sus más recientes iniciativas, ha aportado a la creación de espacios y actividades que valoran y dignifican la riqueza cultural de nuestra tierra.
En entrevista con EL PILÓN, Oñate Martínez se refirió a su amor al arte y ha labor educativa que ha dejado huella en varias generaciones. También habló sobre los cantantes modernos y por supuesto, su empeño en prevalecer el vallenato.
¿Cómo recibe este reconocimiento que le hace EL PILÓN en sus 30 años?
Tengo un sentimiento de gratitud profundo por tener el privilegio de hacer parte de esta familia. Es admirable la historia de EL PILÓN, la forma en la que comenzó y en la medida que los años han pasado, la forma como ha ido creciendo con un espacio mayor, más importante y logrando orientar el pensamiento y direccionar nuestra cultura. Vale la pena pertenecer a un equipo como lo es EL PILÓN.
Usted siempre ha contribuido con sus columnas y artículos en las publicaciones de EL PILÓN ¿Qué lo motivó a ser colaborador de este medio de comunicación?
La labor del investigador musical es infinita y no termina. Siempre hay algo por escarbar en la memoria de los tiempos y después de una labor de muchos años de haber investigado sobre nuestra cultura el compromiso era compartir, informar y tener la oportunidad de ir mucho más allá de donde uno había pensado porque pertenecer a un órgano como EL PILÓN le da a uno oportunidad de crecer también y es de nunca terminar. Me vinculé al periódico y espero tener todavía mucho tiempo por delante para seguir escribiendo.
¿EL PILÓN cumple 30 años, cuánto tiempo tiene usted escribiendo en el periódico?
Tengo cerca de 15 años escribiendo en EL PILÓN. En la edición del 27 de noviembre de 2024 publiqué un artículo sobre la forma cómo nació la radio en el caribe colombiano y coincidió con el aniversario de EL PILÓN, algo muy importante.
Su reconocimiento es por ser una figura clave en la promoción y preservación del folclor vallenato, ¿por qué es valioso trabajar para la conservación de este género musical?
En este momento el sentir musical de Colombia está representado en el vallenato. El vallenato es la cara amable que tiene Colombia para mostrarle al mundo que en época pretéritas la verdad es que era en cierta forma salir del país, la forma en la que nos recibían, la forma atropelladora, pues a mí me tocó en algún momento, y hoy en día la palabra vallenato es sinónimo de admiración, de cariño, de respeto y hacen que de muchos distantes en la geografía del mundo latino miren hacia Valledupar y quieran venir aquí para enterarse de nuestra cultura que cautiva y que encanta porque es poesía, literatura, historia, crónica, el vallenato tiene todo para encantar y sostener las bases de una verdadera cultura como es la nuestra.
¿Cómo ve el vallenato actual y qué piensa sobre esa transformación que le están haciendo a este género musical?
Yo soy de una línea ortodoxa en el vallenato, pero siempre he visto con buenos ojos las innovaciones y los cambios que se dan creyendo que quiénes son protagonistas en este momento lo hacen de buena fe, pero por desinformación de los medios, de los programadores de radio se les presenta a la gente el movimiento que está ocurriendo de una nueva ola musical, porque no es una nueva ola del vallenato, sino musical y eso que están haciendo ellos deja algo completamente diferente. Afortunadamente nosotros por la creación del Festival Vallenato, las escuelas de música y esa telaraña sonora que invade a nuestro país tenemos asegurado el futuro, hay otros ritmos de la música popular que hoy están viviendo de las glorias del ayer, como ha sido el tango, la ranchera, el bolero, pero nosotros afortunadamente tenemos un futuro despejado y yo creo que las generaciones venideras tendrán oportunidades de seguir disfrutando nuestra música.
¿Qué concepto tiene de los artistas del vallenato moderno?
Ojalá que lo que vayan a hacer lo hagan de una manera original, que les de identidad y que tengan conciencia de que el sentido de pertenencia es algo que debemos esgrimir y edificar para que nuestra tierra sea cada vez más grande.
¿De esos artistas que están actualmente en el vallenato cuáles son los que más le gustan?
En una apreciación de esas llega a uno a ser excluyente y creo que todos están haciendo las cosas bien hechas, merecen admiración, cariño y respeto.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.
En entrevista con EL PILÓN, Oñate Martínez se refirió a su amor al arte y ha labor educativa que ha dejado huella en varias generaciones.
En el marco de la celebración de sus 30 años, el periódico EL PILÓN exaltó el trabajo de gestores culturales, compositores, docentes y personalidades de la región que han sido pieza clave en el progreso de la región por medio del apoyo que han brindado a las comunidades y el fortalecimiento de la cultura.
Uno de ellos fue Julio Oñate Martínez, investigador y periodista, por el aporte que le ha brindado a través de la promoción y preservación del vallenato. Su dedicación como gestor cultural ha sido fundamental en el robustecimiento de nuestra identidad, y ha trabajado incansablemente para que las tradiciones vallenatas perduren en el tiempo.
Desde sus primeros proyectos hasta sus más recientes iniciativas, ha aportado a la creación de espacios y actividades que valoran y dignifican la riqueza cultural de nuestra tierra.
En entrevista con EL PILÓN, Oñate Martínez se refirió a su amor al arte y ha labor educativa que ha dejado huella en varias generaciones. También habló sobre los cantantes modernos y por supuesto, su empeño en prevalecer el vallenato.
¿Cómo recibe este reconocimiento que le hace EL PILÓN en sus 30 años?
Tengo un sentimiento de gratitud profundo por tener el privilegio de hacer parte de esta familia. Es admirable la historia de EL PILÓN, la forma en la que comenzó y en la medida que los años han pasado, la forma como ha ido creciendo con un espacio mayor, más importante y logrando orientar el pensamiento y direccionar nuestra cultura. Vale la pena pertenecer a un equipo como lo es EL PILÓN.
Usted siempre ha contribuido con sus columnas y artículos en las publicaciones de EL PILÓN ¿Qué lo motivó a ser colaborador de este medio de comunicación?
La labor del investigador musical es infinita y no termina. Siempre hay algo por escarbar en la memoria de los tiempos y después de una labor de muchos años de haber investigado sobre nuestra cultura el compromiso era compartir, informar y tener la oportunidad de ir mucho más allá de donde uno había pensado porque pertenecer a un órgano como EL PILÓN le da a uno oportunidad de crecer también y es de nunca terminar. Me vinculé al periódico y espero tener todavía mucho tiempo por delante para seguir escribiendo.
¿EL PILÓN cumple 30 años, cuánto tiempo tiene usted escribiendo en el periódico?
Tengo cerca de 15 años escribiendo en EL PILÓN. En la edición del 27 de noviembre de 2024 publiqué un artículo sobre la forma cómo nació la radio en el caribe colombiano y coincidió con el aniversario de EL PILÓN, algo muy importante.
Su reconocimiento es por ser una figura clave en la promoción y preservación del folclor vallenato, ¿por qué es valioso trabajar para la conservación de este género musical?
En este momento el sentir musical de Colombia está representado en el vallenato. El vallenato es la cara amable que tiene Colombia para mostrarle al mundo que en época pretéritas la verdad es que era en cierta forma salir del país, la forma en la que nos recibían, la forma atropelladora, pues a mí me tocó en algún momento, y hoy en día la palabra vallenato es sinónimo de admiración, de cariño, de respeto y hacen que de muchos distantes en la geografía del mundo latino miren hacia Valledupar y quieran venir aquí para enterarse de nuestra cultura que cautiva y que encanta porque es poesía, literatura, historia, crónica, el vallenato tiene todo para encantar y sostener las bases de una verdadera cultura como es la nuestra.
¿Cómo ve el vallenato actual y qué piensa sobre esa transformación que le están haciendo a este género musical?
Yo soy de una línea ortodoxa en el vallenato, pero siempre he visto con buenos ojos las innovaciones y los cambios que se dan creyendo que quiénes son protagonistas en este momento lo hacen de buena fe, pero por desinformación de los medios, de los programadores de radio se les presenta a la gente el movimiento que está ocurriendo de una nueva ola musical, porque no es una nueva ola del vallenato, sino musical y eso que están haciendo ellos deja algo completamente diferente. Afortunadamente nosotros por la creación del Festival Vallenato, las escuelas de música y esa telaraña sonora que invade a nuestro país tenemos asegurado el futuro, hay otros ritmos de la música popular que hoy están viviendo de las glorias del ayer, como ha sido el tango, la ranchera, el bolero, pero nosotros afortunadamente tenemos un futuro despejado y yo creo que las generaciones venideras tendrán oportunidades de seguir disfrutando nuestra música.
¿Qué concepto tiene de los artistas del vallenato moderno?
Ojalá que lo que vayan a hacer lo hagan de una manera original, que les de identidad y que tengan conciencia de que el sentido de pertenencia es algo que debemos esgrimir y edificar para que nuestra tierra sea cada vez más grande.
¿De esos artistas que están actualmente en el vallenato cuáles son los que más le gustan?
En una apreciación de esas llega a uno a ser excluyente y creo que todos están haciendo las cosas bien hechas, merecen admiración, cariño y respeto.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.