Ayer, en entrevista con este diario, la gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, Katrizza Morelli, al ser cuestionada sobre por qué la demora para implementar el sistema de transporte, manifestó: “Muchos señalaron al SIVA, pero esto es la garantía y la tranquilidad que hicimos las cosas correctamente. Primero, no suicidé al municipio con una responsabilidad que no iba a poder cubrir. Con esta inversión del SIVA, la tarifa técnica que estaba en $5.000 se reduce a $3.200. Si el SETP arranca con un pasaje de $2.000, lo cual es viable, sigue habiendo un déficit porque lo que da el equilibrio financiero es que aumente la demanda.
Con la inversión del SIVA el déficit sería más o menos de $10.000 millones al año, con tendencia decreciente. Estamos trabajando para que la Gobernación del Cesar aporte el 60 % y el municipio el 40 %.
Nosotros esperamos, después de 3 años de iniciada la operación, lograr el punto de equilibrio. Yo siento que puede ser antes porque las personas optan por la ilegalidad porque no hay oferta legal. La demanda despertará cuando haya un bus nuevo, pasando cada cinco minutos”.
Probado es que un sistema de transporte es sostenible si tiene suficientes usuarios que paguen sus tarifas. Las reglas de los mercados definen los precios y estos van orientando las cantidades de oferta y demanda. Se debe considerar también, aunque no fue abordado en la entrevista, que los precios no son solo una función de lo que se gasta en la producción del servicio, para cubrir sus costos a una tarifa razonable, sino que deben tener en cuenta los precios de los productos sustitutos.
En Valledupar el gran sustituto y competidor del bus es la motocicleta, con sus bondades, como un precio asequible, que puede oscilar entre $2.000 y $3.000, según distancia, y que garantiza que desde todo punto de la ciudad ser trasladado a cualquier destino de ella. Es una característica que estamos compartiendo con Sincelejo, pero más acentuada porque los transportadores tradicionales de buses de la ciudad ya hace tiempo tiraron la toalla.
Pero además de sus beneficios, la moto es peligrosa por la tasa de accidentes, por la exposición a la inseguridad, por el clima… Si se ofrece un modelo de bus climatizado la cosa será a otro precio. Pero no será suficiente, deberá concederse un subsidio jugoso al pasajero, con el costo de pasaje más barato, y un cubrimiento de buses con sus rutas, que cubra toda la ciudad con bastante regularidad y frecuencia. En ese plano tiene razón en que la oferta de un buen producto, cerrando la malla de la ciudad, y con un precio subsidiado, se incrementará la necesidad por el servicio.
El otro aspecto a resaltar es que se llamaría a los sobrevivientes transportadores privados para operar los vehículos de propiedad estatal y quizás asegurar su mantenimiento. Ese es un paso que requerirá una buena y adecuada contratación.