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Editorial - 28 enero, 2023

El sentir del carnaval

Sin duda alguna, los carnavales son una fiesta popular con la que se identifica un alto porcentaje de la población, es una expresión folclórica que refleja el espíritu de alegría de los pueblos del Caribe y también de algunas otras regiones del país.

Según la programación de la ciudad de Barranquilla, epicentro de las fiestas de carnavales en la región Caribe, estas iniciaron desde el sábado 21 de enero con la lectura del acto oficial (bando) por parte de la reina central, quien ‘ordenó’ que el jolgorio terminará el 21 de febrero de 2023.

Sin duda alguna, los carnavales son una fiesta popular con la que se identifica un alto porcentaje de la población, es una expresión folclórica que refleja el espíritu de alegría de los pueblos del Caribe y también de algunas otras regiones del país.

En el caso de Valledupar, en otrora eran muy famosos y reconocidos los precarnavales, es decir, toda la temporada previa a los seis días oficiales del carnaval que incluyen viernes, sábado, domingo, lunes, martes y miércoles, este último reconocido como miércoles de cenizas o de ‘la mojadera’, el cual ha ido desapareciendo.

Durante esos precarnavales, el pueblo vallenato, en especial los barrios populares vivían esas fiestas con mucho entusiasmo, eran muy tradicionales y esperadas por todos las cacetas o verbenas de ese entonces que programaban a las mejores agrupaciones del momento. Se decía que la misma lista de artistas que animaban a los precarnavales vallenatos eran lo que actuaban en Barranquilla los días oficiales de esas festividades, incluido el Festival de Orquestas y Acordeones.

En Valledupar se desarrollaban las guachernas los viernes, desfiles de comparsas y disfraces los sábados, las kz en los barrios con sus respectivas reinas populares, mientras que en la radio eran muy cómicas las letanías de los variados programas que se emitían durante las festividades.

Toda la programación era liderada por la junta del carnaval con el apoyo de la administración municipal de turno y en ese sentido se destinaba un presupuesto para la financiación de las actividades y dotaciones. En realidad, era un derroche de alegría y jolgorio que permitía mitigar las penas por lo menos durante las carnestolendas.

Pero ya esas son cosas del pasado, ahora la temporada de precarnavales solo se quedó en fiestas privadas en los clubes y una que otra kz que se reserva el derecho a cobrar por el ingreso del público.

Este sábado el Club Valledupar tiene toda una programación carnestoléndica con capitanas preinfantiles, infantiles, prejuvenil, juvenil y de casados, incluidos desfiles, comparsas y demás expresiones folclóricas. Algo parecido realizan en el Club Campestre y en los diferentes centros comerciales de la ciudad.

La polémica siempre ha estado servida en cuanto si Valledupar debe o no celebrar los carnavales de manera institucional y con todos los juguetes, pero mientras eso se resuelve lo importantes es que no se muera la alegría de los pueblos, que el sonar de las tamboras acalle los ruidos de la tristeza.

Editorial
28 enero, 2023

El sentir del carnaval

Sin duda alguna, los carnavales son una fiesta popular con la que se identifica un alto porcentaje de la población, es una expresión folclórica que refleja el espíritu de alegría de los pueblos del Caribe y también de algunas otras regiones del país.


Según la programación de la ciudad de Barranquilla, epicentro de las fiestas de carnavales en la región Caribe, estas iniciaron desde el sábado 21 de enero con la lectura del acto oficial (bando) por parte de la reina central, quien ‘ordenó’ que el jolgorio terminará el 21 de febrero de 2023.

Sin duda alguna, los carnavales son una fiesta popular con la que se identifica un alto porcentaje de la población, es una expresión folclórica que refleja el espíritu de alegría de los pueblos del Caribe y también de algunas otras regiones del país.

En el caso de Valledupar, en otrora eran muy famosos y reconocidos los precarnavales, es decir, toda la temporada previa a los seis días oficiales del carnaval que incluyen viernes, sábado, domingo, lunes, martes y miércoles, este último reconocido como miércoles de cenizas o de ‘la mojadera’, el cual ha ido desapareciendo.

Durante esos precarnavales, el pueblo vallenato, en especial los barrios populares vivían esas fiestas con mucho entusiasmo, eran muy tradicionales y esperadas por todos las cacetas o verbenas de ese entonces que programaban a las mejores agrupaciones del momento. Se decía que la misma lista de artistas que animaban a los precarnavales vallenatos eran lo que actuaban en Barranquilla los días oficiales de esas festividades, incluido el Festival de Orquestas y Acordeones.

En Valledupar se desarrollaban las guachernas los viernes, desfiles de comparsas y disfraces los sábados, las kz en los barrios con sus respectivas reinas populares, mientras que en la radio eran muy cómicas las letanías de los variados programas que se emitían durante las festividades.

Toda la programación era liderada por la junta del carnaval con el apoyo de la administración municipal de turno y en ese sentido se destinaba un presupuesto para la financiación de las actividades y dotaciones. En realidad, era un derroche de alegría y jolgorio que permitía mitigar las penas por lo menos durante las carnestolendas.

Pero ya esas son cosas del pasado, ahora la temporada de precarnavales solo se quedó en fiestas privadas en los clubes y una que otra kz que se reserva el derecho a cobrar por el ingreso del público.

Este sábado el Club Valledupar tiene toda una programación carnestoléndica con capitanas preinfantiles, infantiles, prejuvenil, juvenil y de casados, incluidos desfiles, comparsas y demás expresiones folclóricas. Algo parecido realizan en el Club Campestre y en los diferentes centros comerciales de la ciudad.

La polémica siempre ha estado servida en cuanto si Valledupar debe o no celebrar los carnavales de manera institucional y con todos los juguetes, pero mientras eso se resuelve lo importantes es que no se muera la alegría de los pueblos, que el sonar de las tamboras acalle los ruidos de la tristeza.