Festejar los actos malos de la gente mala y rechazar los actos buenos de la gente buena, parece ser la directriz para las actuaciones de los inconformes y de los desviados de los caminos que deban conducir al bienestar para con una sociedad como la nuestra que, por falta en la aplicación rigurosa de la ley viene cayendo en las desgracias permanentes.

Parece que las ideas y actuaciones de la gente se perdieran con los vientos del miedo y el temor para sacar a relucir los principios demócratas y el patriotismo, que existe en los pueblos de lucha y defensa de sus intereses, de su trabajo, de su historia y en especial de su dignidad.

Patriotismo es elegir y ser elegido en función de la capacidad de competencia. Patriotismo es defender el trabajo con el sudor de la frente.

Patriotismo es poner tus riquezas en la generación de bienestar creando fuentes de trabajo. Patriotismo es el empeño en hacer las cosas bien para el usufructo del próximo bajo condiciones de equidad.

Patriotismo es mirar de frente el futuro de tu entorno cuando las condiciones te lo demanden. Patriotismo es sacar para siempre lo malo de tu corazón y de tu entorno.

Patriotismo es el sentido de pertenencia por tu tierra, tus bienes y tu honra. Patriotismo es impedir que te impongan normas atípicas bajo el imperio del poder dominante, la mentira y el engaño de los falsos ídolos. 

Patriotismo es evitar las zalameras trampas de la demencia política y social. Patriotismo es tomar las armas cuando tu comunidad te lo pida para defender la vida y la dignidad de los justos, no cuando tus intenciones por los intereses particulares de tus ideas torcidas te lleven a venganzas sin controles por imponer tu criterio amoral. 

Patriotismo es defender a la nación, sus símbolos, himnos, sus héroes, su admiración por sus gentes importantes, defender sus costumbres, valores y tradiciones, su arte y su cultura a través de la enseñanza de estas con ejemplos de amor y apego a su historia a través de los sentimientos de pertenencia.

Los apátridas conciben el mundo sin su historia por ello recurren a las armas; los patriotas conciben el mundo como un conjunto de deberes y derechos amparados por la democracia y por los principios fundamentales para la convivencia humana en donde la ley se impone sobre el desorden.

Entonces el patriotismo se ejerce cuando rechazamos los actos apátridas y aceptamos con contundencia de que todo lo malo hay que deportar para siempre de nuestro medio y de nuestra historia.

En las actividades políticas, solo en las urnas podemos demostrar con sabiduría que tan imbuidos estamos de patriotismo y cuánto rechazamos el terror y desgracias, que no solo se traducen en muertes y violencia, sino en hambre, necesidades, declinaciones cívicas y sociales, que cada día nos traen las actuaciones malas de las gentes malas que estoy seguro solo festejan entre ellos mismos: los apátridas.

Defenderé los principios universales no con la guerra, sino con el arma más poderosa que existe, la democracia, solo así entendería con certeza mi patriotismo cuando cumpla con mi voto por los principios buenos de la gente buena.

Se es patriota cuando se ama a la patria, no a su gobierno, y cuando apartamos la vanidad para elegir los mejores representantes de la política digna.

En estos momentos electorales no es difícil distinguir entre traidores y patriotas para votar por estos últimos, los que llevan en su pecho el patriotismo.

Solo me queda parodiar aquel tango cantado por Carlos Gardel para decirles: “Vamos muchachos compañeros de la vida, barra querida de aquellos tiempos…” 

Vamos a ejercer nuestro patriotismo sembrando la paz donde se respire odio, sembrando esperanzas donde haya resentimientos, pero solo abriéndole los espacios a la verdadera democracia, que sabemos, que solo la practican los hombres sanos.