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El Papa ordena que los procesos de nulidad matrimonial sean gratuitos

El Papa Francisco siempre es noticia y para muestra este botón. Según lo informa el diario El País de España, el Santo Padre se ha dado a la tarea de realizar reformas al interior de la Iglesia, que si bien conservan la esencia doctrina católica, incomodan a más de uno.

En esta oportunidad expidió un decreto que entrará en vigencia a partir del ocho de diciembre de este año, en virtud del cual dispone que el trámite de la declaración de nulidad sea posible en una sola instancia -y no en dos como hasta ahora-, y que su trámite sea mucho más simplificado de lo que es actualmente, sobre todo en aquellos casos donde la nulidad del matrimonio resulta evidente, como por ejemplo: el ocultamiento doloso de la esterilidad de alguno de los cónyuges, o de una grave enfermedad contagiosa, o la violencia física para obtener el consentimiento del matrimonio, o el consentimiento dado cuando no se tiene pleno uso de las facultades mentales según diagnósticos médicos.

Sostiene además el Obispo de Roma, que la gratuidad del procedimiento debe estar asegurada pues la Iglesia debe dar gratis lo que recibe gratis.

Ahora bien, recordemos que el matrimonio católico es indisoluble, pues “Lo que Dios unió, no lo separe el hombre” (Marcos 10, 9). La nulidad simplemente invalida dicha unión matrimonial teniéndola como si nunca hubiera existido, siempre y cuando medie, y se logre demostrar, una de las causales taxativamente enunciadas en el Código Canónico. Lo que pretende el Papa Francisco con dicha reforma, no es favorecer la nulidad de los matrimonios católicos, sino la celeridad de estos procesos que pueden resultar lentos y muy costosos, con ello se le brinda a los fieles la oportunidad de acercarse a una Iglesia que cumple a cabalidad con el papel de una madre generosa en materia estrechamente ligada con la salvación de las almas y al amor gratuito de Cristo.

Con todo, este decreto papal será sometido a la consideración del sínodo a realizarse el mes entrante, y es esta será la prueba de fuego, pues deberá contar con la aprobación de este cuerpo clerical, integrado en su mayoría por obispos de la llamada “línea dura”, y con seguridad, muchos de ellos, manifestaran su total desacuerdo con esta iniciativa. Probablemente la consideraran contraria a la tradición propia de la Iglesia de Cristo y prevalecerá el “statu quo” como ha ocurrido en recientes ocasiones. Si así fuere, se dilapidará, lastimosamente, la oportunidad de acercar la Iglesia a sus feligreses, sobre todo a los más pobres ¡Ojalá me equivoque!

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Dario_Arregoces: