El Papa Francisco en la misa celebrada en la Plaza de la Revolución de La Habana, Cuba, envió un mensaje que ha dado mucho que hablar, hasta el extremo de aquellos conservadores intransigentes que ya lo consideran antipapa, comunista y por ende no católico.

En realidad, el Papa Francisco en ninguna de sus homilías ha controvertido a la doctrina católica, cuya esencia es la justicia social pregonada en la Biblia, que en resumen no es más que el derecho a la igualdad y al bienestar en todas sus índoles, porque sin estas condiciones, nunca jamás lograremos convivir en paz.

No olvidemos que el Papa además de ser el líder principal de la Iglesia católica también es el jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, por tal le corresponde actuar como político sin salirse de los linderos de su religión. Que el Papa Francisco prefiere se practique como lo enseñó Jesucristo, según los salmos bíblicos.

El Papa Francisco para cumplir con la tradición de la presencia del Sumo Pontífice de la iglesia católica en el Encuentro Mundial de Familias Católicas, iniciado por el Papa Juan Pablo II en 1992, y que desde entonces se celebra cada tres años. Ahora debido a que la sede de esta reunión es la ciudad de Filadelfia de Estados Unidos, Francisco ha aprovechado el viaje para visitar a Cuba y hablar ante el Congreso estadounidense, desde donde ha enviado el mensaje de que lo más justo para la humanidad es servir al prójimo y no a ideologías.

Con similar pensamiento vemos a Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, y a otros líderes de menor importancia, también influyentes en el ámbito internacional.

En consecuencia, el Papa Francisco, en el rezo del Ángelus del pasado domingo en La Habana, se refirió a la negociación de la paz entre el gobierno colombiano y las Farc realizada en dicha ciudad, diciendo que sería un gran error perder esta oportunidad porque algunos dirigentes de nuestro país no deponen su ideología ante el bienestar de toda su gente. Menos mal que los comandantes de las Farc se han convencido que es imposible tomarse el poder con las armas, por tanto están dispuestos a pactar la paz para participar en política.

Pareciera que la firma de la paz entre el presidente Santos y el comandante guerrillero Timochenko estuviera cerca, según la expectativa a más tardar se firmaría en diciembre de este año. Ojalá se haga realidad.

Sería un regalo de navidad extraordinario e inolvidable.