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Editorial - 27 febrero, 2020

El Mello poniéndole orden a las obras del centro

No ha sido fácil para el Mello Castro enderezar las obras del centro histórico. Estas se contrataron sin prever el enterramiento (soterramiento) de las redes de energía y de telecomunicaciones de celulares y fibra óptica. En estos centros el cableado aéreo es estética y ambientalmente nocivo.

No ha sido fácil para el Mello Castro enderezar las obras del centro histórico. Estas se contrataron sin prever el enterramiento (soterramiento) de las redes de energía y de telecomunicaciones de celulares y fibra óptica. En estos centros el cableado aéreo es estética y ambientalmente nocivo.

El municipio de Valledupar, al presentar y ejecutar el proyecto de renovación de redes húmedas (acueducto y alcantarillado sanitario y alcantarillado pluvial), y el Siva, al contratar el llamado espacio público, andenes, peatonalización, no incluyeron el soterramiento, a pesar de que el Plan Especial del manejo patrimonial del centro, denominado PEMP, lo exigía; de que había un fallo de la jurisdicción contenciosa administrativa ratificándolo.

El Ministerio de Cultura, ente rector de la preservación de los bienes privados y públicos que conforman el centro, al estudiar el proyecto, ¡lo pasó por alto! Los recursos del municipio por $13 mil millones han sido financiados por el sistema de regalías, por lo que el respectivo OCAD tampoco observó la falla. Los del Siva son de $20 mil millones.

Ese componente de las obras, necesarias para esconder el cableado, representan un alto costo, que en todo caso no justifican la omisión.

Empresas como Electricaribe, en actual búsqueda de nuevo operador, o las de teléfonos Tigo, Telefónica o Claro, no fueron llamadas en su oportunidad, y hoy están llamadas a cooperar. La primera se ha limitado a presentar los diseños y presupuestos de lo que concierne a la red eléctrica y se espera que dicho diseño sea compartido en estos próximos días con las mencionadas empresas, para que identifiquen su utilidad y posibilidades de contribución a la ciudad.

En cuanto a la red de energía, la más delicada, el alcalde ha manifestado su voluntad de adicionar el contrato asignando del orden de $1.700 millones para hacer el ducto, paso necesario para la instalación posterior de los cables, por parte de la empresa. Acertada decisión que da el Mello Castro.

Se buscará de cada empresa de celulares una respuesta y compromiso en los próximos días, y en esto el alcalde bien puede exigirles para que unan esfuerzos y coordinación a fin de que hagan la labor. Se ha recordado, en la primera reunión del tema en esta nueva administración, convocada por la secretaria de Obras, que la Alcaldía de Santa Marta, al recuperar el centro histórico, las obligó a compartir un banco de ductos común.

Debemos reconocer una vez más la insistencia y veeduría de los Amigos del Viejo Valledupar, AVIVA, liderados por Alba Luz Luque, y la buena disposición de la secretaria de Obras, María Raiza Fuentes, que ha identificado el claro mandato de ponerle orden a esto también, quienes convinieron un comité de seguimiento todos los martes en los salones de la alcaldía junto a los contratistas, interventores y empresas.

Estaremos atentos, con un enfoque práctico, propositivo y, a estas alturas de avance de las obras, creativo para que el centro quede bello, robusto y, especialmente, funcional.

Editorial
27 febrero, 2020

El Mello poniéndole orden a las obras del centro

No ha sido fácil para el Mello Castro enderezar las obras del centro histórico. Estas se contrataron sin prever el enterramiento (soterramiento) de las redes de energía y de telecomunicaciones de celulares y fibra óptica. En estos centros el cableado aéreo es estética y ambientalmente nocivo.


No ha sido fácil para el Mello Castro enderezar las obras del centro histórico. Estas se contrataron sin prever el enterramiento (soterramiento) de las redes de energía y de telecomunicaciones de celulares y fibra óptica. En estos centros el cableado aéreo es estética y ambientalmente nocivo.

El municipio de Valledupar, al presentar y ejecutar el proyecto de renovación de redes húmedas (acueducto y alcantarillado sanitario y alcantarillado pluvial), y el Siva, al contratar el llamado espacio público, andenes, peatonalización, no incluyeron el soterramiento, a pesar de que el Plan Especial del manejo patrimonial del centro, denominado PEMP, lo exigía; de que había un fallo de la jurisdicción contenciosa administrativa ratificándolo.

El Ministerio de Cultura, ente rector de la preservación de los bienes privados y públicos que conforman el centro, al estudiar el proyecto, ¡lo pasó por alto! Los recursos del municipio por $13 mil millones han sido financiados por el sistema de regalías, por lo que el respectivo OCAD tampoco observó la falla. Los del Siva son de $20 mil millones.

Ese componente de las obras, necesarias para esconder el cableado, representan un alto costo, que en todo caso no justifican la omisión.

Empresas como Electricaribe, en actual búsqueda de nuevo operador, o las de teléfonos Tigo, Telefónica o Claro, no fueron llamadas en su oportunidad, y hoy están llamadas a cooperar. La primera se ha limitado a presentar los diseños y presupuestos de lo que concierne a la red eléctrica y se espera que dicho diseño sea compartido en estos próximos días con las mencionadas empresas, para que identifiquen su utilidad y posibilidades de contribución a la ciudad.

En cuanto a la red de energía, la más delicada, el alcalde ha manifestado su voluntad de adicionar el contrato asignando del orden de $1.700 millones para hacer el ducto, paso necesario para la instalación posterior de los cables, por parte de la empresa. Acertada decisión que da el Mello Castro.

Se buscará de cada empresa de celulares una respuesta y compromiso en los próximos días, y en esto el alcalde bien puede exigirles para que unan esfuerzos y coordinación a fin de que hagan la labor. Se ha recordado, en la primera reunión del tema en esta nueva administración, convocada por la secretaria de Obras, que la Alcaldía de Santa Marta, al recuperar el centro histórico, las obligó a compartir un banco de ductos común.

Debemos reconocer una vez más la insistencia y veeduría de los Amigos del Viejo Valledupar, AVIVA, liderados por Alba Luz Luque, y la buena disposición de la secretaria de Obras, María Raiza Fuentes, que ha identificado el claro mandato de ponerle orden a esto también, quienes convinieron un comité de seguimiento todos los martes en los salones de la alcaldía junto a los contratistas, interventores y empresas.

Estaremos atentos, con un enfoque práctico, propositivo y, a estas alturas de avance de las obras, creativo para que el centro quede bello, robusto y, especialmente, funcional.