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General - 6 octubre, 2013

El medio ambiente y “La profecía”

Existe un vínculo muy importante entre el estado del medio ambiente y las capacidades de los pueblos para referirse a los medios de vida productivos y poder opinar sobre lo que sucede en su comunidad.

El medio ambiente y “La profecía”
El medio ambiente y “La profecía”
Boton Wpp

Existe un vínculo muy importante entre el estado del medio ambiente y las capacidades de los pueblos para referirse a los medios de vida productivos y poder opinar sobre lo que sucede en su comunidad.

Una aproximación a la identificación simbólica de los elementos del paisaje, de la tierra  devastada nos encamina a reflexionar sobre la situación actual de nuestro departamento.  

Es un fenómeno conocido y sentido en sus efectos negativos por las poblaciones afectadas desde hace varias décadas en muchos países, a lo cual no son ajenos los departamentos de La Guajira y el Cesar y que día a día se agudiza en una lastimosa orfandad, motivados unos por la explotación minera y la inexistencia de programas para protección del medio ambiente y por las secuelas dejadas por la bonanza algodonera.

El cantautor vallenato avizora  estas situaciones y es solidario con el problema social que genera.

¿Será posible una poética al lado de unos ríos que mueren? Nuestros juglares le han dedicado poemas vallenatos de profundo análisis y contenido a esta situación, de tal manera que si hacemos una recopilación, contaríamos con un buen material para dar a  estudiantes y a la ciudadanía, buenas bases para la preservación del medio ambiente.

Una clara muestra es el tema “La Profecía” cuyo autor, Julio Oñate Martínez inspirado por la naturaleza hace esta composición de contenido ecológico con la cual en el año 1977 se corona como Rey de la Canción Inédita. 

El compositor

Interesantes datos y anécdotas giran alrededor de la afición de Julio Oñate por la música la que trae en la sangre  y  su formación como agrónomo en la Universidad del Tolima. Nace en un hogar donde la música era huésped permanente.

Yo conocí a sus padres siendo muy niña a Don Julio Cesar Oñate Rodríguez cuya elegancia, distinción y amabilidad me impresionaron de manera favorable.

Amante de la música. bailador, parrandero ,sin descuidar sus responsabilidades, y a Doña Clara Beatriz Martínez Iriarte una madre que para para aproximarnos a una descripción de su noble corazón, me apropió de un verso del poema “mama madre” de Pablo Neruda:“ahora mi boca tiembla al definirte,/ porque apenas abrí el entendimiento/vi la bondad  vestida de pobre trapo oscuro,/la santidad más sutil:la del agua y la harina/ y eso fuiste: la vida te hizo pan /y allí te consumimos”

Es en este ambiente de manifestaciones  espontáneas donde despierta su talento musical iniciando por la ejecución del acordeón. Un vistazo sobre su vida nos habla de algunos detalles jocosos: Para comprarlo recurre a una de esas pilatunas propias de la edad juvenil.

Le dice a su padre que había extraviado el giro para la mensualidad. Más tarde supo descifrar lo que significaba el mundo que lo rodeaba y captó el mensaje para cantar a la naturaleza, al paisaje, a los atardeceres y de manera especial al amor.

Y en el trasegar por los caminos de nuestros pueblos años tras año tras la búsqueda de información sobre nuestros juglares.

Es en éstas sus “corredurías” donde logra de tú a tú con los juglares acopiar una voluminosa y valiosa información

Es así como hoy en día es uno de los estudiosos más calificados de nuestra realidad músico-folclórica, destacado como compositor, investigador, escritor, coleccionista de música vallenata de algunos géneros caribeños, acordeonero, periodista, Premio nacional de Periodismo Simón Bolívar.  

Por sus méritos fue Homenajeado en el I Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, evento organizado por la UPC. 

Grabada por primera vez por los Hermanos Zuleta, en el año 2.003 gana de nuevo premio canción inédita con “La Puya de los Pajaritos”.

Hoy supera el centenar de canciones. De sus obras escritas están: “El ABC del Vallenato” “Cuando Matilde Camina” publicada  2007 y “Bajo el cielo de Valledupar” en 2010. Este año publicó, “Héroes ocultos del vallenato”

La  Profecía

El texto de esta canción nos trae un claro mensaje- pronóstico sobre los efectos de la deforestación que en La Guajira y en el Cesar  se  produce y las fatales consecuencias, cuyos efectos hoy sufrimos.

El poeta se consuela dándole la importancia y auge de la música vallenata a esta región de Colombia que gracias a ella ha sido conocida en el mundo.

Para hacer énfasis en el mensaje,  se vale de dos figuras literarias: la reduplicación y el estribillo, la topografía propiamente dicha.

Su inspiración estuvo acompañada de algunas advertencias del dirigente político de Valledupar el Doctor Pedro Castro Monsalvo. 

Su tarea se le facilita como agrónomo y buen compositor al observar la desaparición de especies nativas, canta:

Destruyeron de manera irresponsable/ los bosques de dividivi, tu barrera natural
y tumbaron esos grandes carretales / allá arriba en la Guajira no ha quedado ni un guayacán. 

Julio, hoy dice: “Preferiría que no se hubiera cumplido la Profecía”. En la canción nos relata surecuerdo de las distintas especies que con el tiempo fueron desapareciendo de manera irresponsable y que día  a día se acentúa conla traída y siembra de árboles ajenos a nuestra flora.

De igual manera la Sierra Nevada, cuyos ríos han sido motivo de inspiración. De los beneficios brindados por la Sierra Nevada de Santa Marta en cuyas estribaciones está ubicado el Valle de Upar transformaciones que observa atónito, triste, el nativo sin encontrar respuestas a su mirada interrogante:

Allá arriba en el imperio de la arena / un indio llora su pena 
mirando a Valledupar /no comprende qué se hicieron las barreras 
las que protegían su tierra /ya no hay nada que cortar
y entonces cuando ya el Valle sea un gran arenal
lleno de tunas y grandes cardones /solo se escucharán los acordeones 
porque la música será inmortal / solo se escucharán los acordeones 
porque la música será inmortal. 

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla

 

General
6 octubre, 2013

El medio ambiente y “La profecía”

Existe un vínculo muy importante entre el estado del medio ambiente y las capacidades de los pueblos para referirse a los medios de vida productivos y poder opinar sobre lo que sucede en su comunidad.


El medio ambiente y “La profecía”
El medio ambiente y “La profecía”
Boton Wpp

Existe un vínculo muy importante entre el estado del medio ambiente y las capacidades de los pueblos para referirse a los medios de vida productivos y poder opinar sobre lo que sucede en su comunidad.

Una aproximación a la identificación simbólica de los elementos del paisaje, de la tierra  devastada nos encamina a reflexionar sobre la situación actual de nuestro departamento.  

Es un fenómeno conocido y sentido en sus efectos negativos por las poblaciones afectadas desde hace varias décadas en muchos países, a lo cual no son ajenos los departamentos de La Guajira y el Cesar y que día a día se agudiza en una lastimosa orfandad, motivados unos por la explotación minera y la inexistencia de programas para protección del medio ambiente y por las secuelas dejadas por la bonanza algodonera.

El cantautor vallenato avizora  estas situaciones y es solidario con el problema social que genera.

¿Será posible una poética al lado de unos ríos que mueren? Nuestros juglares le han dedicado poemas vallenatos de profundo análisis y contenido a esta situación, de tal manera que si hacemos una recopilación, contaríamos con un buen material para dar a  estudiantes y a la ciudadanía, buenas bases para la preservación del medio ambiente.

Una clara muestra es el tema “La Profecía” cuyo autor, Julio Oñate Martínez inspirado por la naturaleza hace esta composición de contenido ecológico con la cual en el año 1977 se corona como Rey de la Canción Inédita. 

El compositor

Interesantes datos y anécdotas giran alrededor de la afición de Julio Oñate por la música la que trae en la sangre  y  su formación como agrónomo en la Universidad del Tolima. Nace en un hogar donde la música era huésped permanente.

Yo conocí a sus padres siendo muy niña a Don Julio Cesar Oñate Rodríguez cuya elegancia, distinción y amabilidad me impresionaron de manera favorable.

Amante de la música. bailador, parrandero ,sin descuidar sus responsabilidades, y a Doña Clara Beatriz Martínez Iriarte una madre que para para aproximarnos a una descripción de su noble corazón, me apropió de un verso del poema “mama madre” de Pablo Neruda:“ahora mi boca tiembla al definirte,/ porque apenas abrí el entendimiento/vi la bondad  vestida de pobre trapo oscuro,/la santidad más sutil:la del agua y la harina/ y eso fuiste: la vida te hizo pan /y allí te consumimos”

Es en este ambiente de manifestaciones  espontáneas donde despierta su talento musical iniciando por la ejecución del acordeón. Un vistazo sobre su vida nos habla de algunos detalles jocosos: Para comprarlo recurre a una de esas pilatunas propias de la edad juvenil.

Le dice a su padre que había extraviado el giro para la mensualidad. Más tarde supo descifrar lo que significaba el mundo que lo rodeaba y captó el mensaje para cantar a la naturaleza, al paisaje, a los atardeceres y de manera especial al amor.

Y en el trasegar por los caminos de nuestros pueblos años tras año tras la búsqueda de información sobre nuestros juglares.

Es en éstas sus “corredurías” donde logra de tú a tú con los juglares acopiar una voluminosa y valiosa información

Es así como hoy en día es uno de los estudiosos más calificados de nuestra realidad músico-folclórica, destacado como compositor, investigador, escritor, coleccionista de música vallenata de algunos géneros caribeños, acordeonero, periodista, Premio nacional de Periodismo Simón Bolívar.  

Por sus méritos fue Homenajeado en el I Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, evento organizado por la UPC. 

Grabada por primera vez por los Hermanos Zuleta, en el año 2.003 gana de nuevo premio canción inédita con “La Puya de los Pajaritos”.

Hoy supera el centenar de canciones. De sus obras escritas están: “El ABC del Vallenato” “Cuando Matilde Camina” publicada  2007 y “Bajo el cielo de Valledupar” en 2010. Este año publicó, “Héroes ocultos del vallenato”

La  Profecía

El texto de esta canción nos trae un claro mensaje- pronóstico sobre los efectos de la deforestación que en La Guajira y en el Cesar  se  produce y las fatales consecuencias, cuyos efectos hoy sufrimos.

El poeta se consuela dándole la importancia y auge de la música vallenata a esta región de Colombia que gracias a ella ha sido conocida en el mundo.

Para hacer énfasis en el mensaje,  se vale de dos figuras literarias: la reduplicación y el estribillo, la topografía propiamente dicha.

Su inspiración estuvo acompañada de algunas advertencias del dirigente político de Valledupar el Doctor Pedro Castro Monsalvo. 

Su tarea se le facilita como agrónomo y buen compositor al observar la desaparición de especies nativas, canta:

Destruyeron de manera irresponsable/ los bosques de dividivi, tu barrera natural
y tumbaron esos grandes carretales / allá arriba en la Guajira no ha quedado ni un guayacán. 

Julio, hoy dice: “Preferiría que no se hubiera cumplido la Profecía”. En la canción nos relata surecuerdo de las distintas especies que con el tiempo fueron desapareciendo de manera irresponsable y que día  a día se acentúa conla traída y siembra de árboles ajenos a nuestra flora.

De igual manera la Sierra Nevada, cuyos ríos han sido motivo de inspiración. De los beneficios brindados por la Sierra Nevada de Santa Marta en cuyas estribaciones está ubicado el Valle de Upar transformaciones que observa atónito, triste, el nativo sin encontrar respuestas a su mirada interrogante:

Allá arriba en el imperio de la arena / un indio llora su pena 
mirando a Valledupar /no comprende qué se hicieron las barreras 
las que protegían su tierra /ya no hay nada que cortar
y entonces cuando ya el Valle sea un gran arenal
lleno de tunas y grandes cardones /solo se escucharán los acordeones 
porque la música será inmortal / solo se escucharán los acordeones 
porque la música será inmortal. 

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla