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Informe - 9 noviembre, 2017

El futuro minero del cesar

El diario EL PILÓN realiza hoy el foro ‘Minería y su incidencia en la productividad’, para aportar a la dinámica económica del Cesar. El economista Fernando Herrera hace un análisis sobre lo que debe quedar después del carbón y afirma que el aprovechamiento del carbón del Cesar dependerá de cuatro variables: precio internacional, cantidad exportada, capacidad del Estado de exigibilidad a las empresas mineras y nueva ley de regalías.

Desde hace más de 25 años, el Cesar es un departamento minero. Eso todos lo sabemos. La pregunta es hasta ¿cuándo lo podrá ser y que le está quedando? En este Informe vamos a tratar de responder a dichas preguntas, primero haciendo un recuento sobre cómo el Departamento llegó a ser lo que es, un corto balance de sus impactos y partiendo de allí hacer un análisis prospectivo sobre los caminos que tiene para su futuro.

 

EVOLUCIÓN DE LA MINERÍA EN EL CESAR

Esta es la tendencia del PIB departamental durante los últimos 16 años, que presenta un incremento más que proporcional del sector minas y canteras y un estancamiento relativo de los otros sectores de la economía local. Los sectores agropecuario, comercio, industria, construcción, etc., permanecen proporcionalmente estáticos. Lo que significa que no existió un proceso de diversificación económica, ya sea por efecto de la “enfermedad holandesa”, por “la maldición de los recursos naturales” o por falta de iniciativa de su élite política y económica que no supo pensar más allá de la industria extractiva.

 

 

 

 

Hoy día, casi la mitad (44 %) de los bienes y servicios que se producen en el Departamento los genera el sector minero y dentro de minería, el carbón representa el 93 %. Es decir, lo que le pasa al carbón le pasa al Cesar. La matriz minera del Cesar es muy simple, es un departamento monoproductor. De acuerdo con la Presidenta de la Agencia Nacional de Minería, Silvana Habib, durante el 2016, Colombia exportó 85,1 millones de toneladas de carbón, y el Cesar aportó el 60 % de la producción nacional, alrededor de 50 millones de toneladas.

EL MERCADO INTERNACIONAL DEL CARBÓN

Según la Agencia Internacional de Energía de la OECD, Colombia es el cuarto exportador a nivel mundial, con una participación del 9 % de las exportaciones totales de carbón térmico.

Principales productores mundiales de carbón

De otra parte hay un movimiento a nivel mundial, tal y como se aprecia en el mapa inferior de la misma fuente, en dónde la demanda y el uso del carbón, está bajando considerablemente en Norteamérica y en Europa y moviéndose hacia Asia y en particular India y China. Los primeros disminuyendo el  consumo y los segundos aumentando. La China consume la mitad del carbón que se produce en todo el mundo, siendo ella misma un gran productor y es el único país que con sus políticas internas puede afectar el precio, el cual ha repuntado y se mantiene entre US $70-80 la tonelada.

Cambio en el porcentaje de las compras mundiales de carbón en 2000 y 2015
CARACTERISTICAS DE LA INDUSTRIA DEL CARBÓN

Siendo tan importante el carbón para el Cesar, hay cinco características que hacen de él, un bien muy particular y que influyen de manera diferencial sobre el Departamento. Primera: la industria extractiva en general,  y en particular la de gran escala, por supuesto que genera empleo, pero no es intensiva en mano de obra. Es muy mecanizada y no puede ser de otra manera.

Segunda, el precio del carbón depende de factores internacionales y poco es afectado por la producción local. Es un commodity. Se transa en el mercado mundial y su precio depende de factores especulativos que no reflejan necesariamente sus costes de producción, está amarrado al precio del petróleo, gas, al consumo de China, etc.

Tercera, el gran aporte de ésta industria al desarrollo de una región y de un país, es de una parte su actividad productiva, pero de otro lado y con mayor impacto, el uso que se hagan de las regalías, impuestos y compensaciones que genera dicha actividad.

Cuarto, el carbón en particular, está bajo fuego por parte de los  acuerdos mundiales que buscan controlar el cambio climático y en particular a la industria que usa carbón,  la cual es gran emisor de dióxido de carbono, generador de calentamiento global. Para el 2020 se calcula que hayan cerrado cerca de 350 plantas de carbón en USA. El Banco Mundial no presta recursos para montar nuevas plantas de carbón y existe un impulso grande, aunque no del todo exitoso con las energías renovables. También hay interés en mejorar la tecnología que usa carbón, para hacerla menos  generadora de dióxido de carbono, entendiendo que el “malo” no es el carbón, si no el proceso industrial que lo transforma en energía. Ya existen fábricas, aún en fase exploratoria, mucho menos generadoras de calentamiento global que las existentes.

Finalmente es una actividad agresiva ambientalmente para el desarrollo sostenible, -tanto en su extracción, transporte y consumo- y afecta la vida social y económica, en particular, en las zonas vecinas a la explotación.

Estas son las cinco características que hacen del carbón un bien que deja huellas muy particulares en sus zonas de explotación y que pueden ser aprovechadas o desperdiciadas -efectos positivos o negativos- según el talante, planeación y exigibilidad que le hagan las autoridades y la comunidad a la industria extractiva y a la propia actitud que ésta desarrolle.

 

BALANCE MINERO

Cómo se ve, la ecuación es complicada, con dos factores internacionales sobre los cuales poco se puede influir y tres nacionales sobre los que sí. Dependiendo de sus resultados podemos finalmente hacer una evaluación sobre qué tanto la explotación del carbón en el Cesar ha sido benéfica para el departamento.

En el tema de empleo, la respuesta es más positiva que negativa. Hay evidencia de la priorización que se ha dado a la mano de obra local, a pesar de que la industria minera sólo genera, según datos del DANE, el 3 % de los ingresos departamentales. Son de todas maneras, más de 10.000 empleos directos, formales y bien remunerados, más un número bastante superior de empleos indirectos.

En segundo lugar, en cuanto a regalías el resultado es más negativo que positivo, de lo cual no se puede responsabilizar a la industria, sino a los dirigentes públicos. La erradicación de la pobreza es una responsabilidad primaria del Estado, no de los privados. Dos temas son cuestionables en el uso de las regalías: el tipo de proyectos priorizados  y la corrupción. En un estudio realizado hace algunos años por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, eran muy similares los resultados en educación, salud, vivienda y agua potable entre municipios mineros cesarenses con gran monto de regalías que sin ellas. Las regalías no habían hecho la diferencia, lo cual de por sí ya es algo grave. No se estaban invirtiendo de manera inteligente en las necesidades más sentidas de las poblaciones vulnerables. De corrupción, ni hablar. Sólo es enumerar el número de dirigentes condenados o enjuiciados por malversación de dichos fondos.

En tercer lugar, en medio ambiente la respuesta está abierta, porque aún faltan años de explotación, sin embargo, la percepción hasta ahora, es más de vaso vacío que de vaso lleno. Hay afectación seria al medio ambiente.  La respuesta está abierta porque seguimos al tanto de las medidas de mitigación y compensación. Es importante conocer los planes de rehabilitación de las zonas afectadas, no sólo las medidas de compensación que se están llevando a cabo en otras zonas, cómo en Perijá. Hay que ver  cómo se va  a “tapar el hueco”.  Se trata de cerrar las minas con los menores pasivos ambientales posibles.

Finalmente, en el tema de impacto socioeconómico, en particular en las comunidades y municipios afectados, la respuesta en cuanto a responsabilidad social empresarial es deficiente. No hay Alcalde o Gobernador que no quiera “arrimarse” a las empresas carboníferas y éstas siguen operando bajo el principio de la dádiva y la donación, más que bajo el criterio de generar capacidades y pensar en el mediano y largo plazo. A pesar de ciertos cambios  que se empiezan a ver,  siguen confundiendo beneficencia con deberes y favores con responsabilidades. Creen que haciendo los primeros se liberan de lo segundo. Hay enormes diferencias con el trabajo por ejemplo, más sistemático y de visión de largo plazo de El Cerrejón en La Guajira. En reciente Foro Minero sobre el Carbón, se decía que uno de los retos más importante de la industria es el diálogo con las comunidades afectadas y “evidenciar de qué manera las comunidades pueden participar de este modelo de desarrollo sin ser desplazadas y siendo tenida en cuenta por las grandes empresas mineras” (Semana, Minería. Agosto 2017. Mariana Suárez).

Siendo así, el balance es claro-oscuro, más oscuro debo decir y por lo tanto con importantes correctivos que hacer.

 

¿Y EL FUTURO QUÉ?

El aprovechamiento del carbón del Cesar dependerá de cuatro variables: precio internacional, cantidad exportada, capacidad del Estado de exigibilidad a las empresas mineras y nueva ley de regalías. En las dos últimas tienen los cesarenses la capacidad de incidir, vía autoridades, comunidades, y acción colectiva.

Lo de exigibilidad tiene que ver con el control al impacto ambiental de una parte y de llevar a las empresas mineras a cumplir de manera no sólo inteligente sino ojalá generosa, sus compromisos económicos y sociales. Una empresa, desde hace años está dicho, no es sólo la unidad productiva y sus instalaciones, ni su fin único es el de dar utilidades. Una empresa tiene funciones sociales y se debe a su entorno. Empresas prósperas en entornos de alta pobreza, no cumplen su función. Ese es el llamado a las mineras que hacen presencia en el Cesar. Las empresas son fuentes de empleo y prosperidad, deben ser agentes de creación de bienestar, no solo de ingreso para sus accionistas.  Responsabilidad Social inteligente es lo que se pide o cómo se dice hoy “capitalismo consciente”.  Que apoyen la construcción de capacidades y piensen en lo que van a dejar cuando se vayan.

En segundo lugar, se avecina una nueva reforma a la Ley de Regalías –se reconoce que la actual les quitó demasiados recursos a las regiones productoras, generando las famosas consultas populares y rechazos locales a la producción minera. Esperemos que en dicha reforma nuestros parlamentarios pierdan la timidez, alcen la voz y se vuelvan sujetos activos en la defensa de los intereses regionales. De cómo se ajusten las cargas en esa nueva legislación, dependerá el provecho que pueda sacar la región.

Pero, de otra parte, los beneficios de la industria carbonífera serán más claros cuando las regalías sean bien invertidas. Se prioricen las necesidades reales y sentidas de los más vulnerables y se inviertan de manera transparente. Más focalización y menos corrupción, es la fórmula.

La ecuación a la que los cesarenses tienen que poner atención es: regalías bien invertidas y afectación ambiental minimizada o neutralizada. Son los dos puntos clave y estratégicos que van a definir lo que le queda al Cesar. Siendo bien complicada la primera, es más fácil que la segunda, así que la tarea por delante es difícil, pero no imposible.

Para terminar, una sola recomendación. En este periodo de postconflicto se está estructurando un mecanismo para mejorar la calidad de vida rural y es la posibilidad de hacer inversión social en bienes públicos con recursos de las empresas mineras, vía obras por impuesto. El Cesar, bajo la dirección de la Gobernación y con un verdadero equipo técnico, capaz y preparado, y en alianza con las mineras, gobierno nacional, municipales y comunidades, debería trabajar por construir una propuesta de inversión social, integral y de mediano plazo bajo éste mecanismo. ¡Manos a la obra, manos a la paz!

 

* Economista. M. Sc London School of Economics, M.A University of Manchester.

 

Por Fernando Herrera Araújo

 

Informe
9 noviembre, 2017

El futuro minero del cesar

El diario EL PILÓN realiza hoy el foro ‘Minería y su incidencia en la productividad’, para aportar a la dinámica económica del Cesar. El economista Fernando Herrera hace un análisis sobre lo que debe quedar después del carbón y afirma que el aprovechamiento del carbón del Cesar dependerá de cuatro variables: precio internacional, cantidad exportada, capacidad del Estado de exigibilidad a las empresas mineras y nueva ley de regalías.


Desde hace más de 25 años, el Cesar es un departamento minero. Eso todos lo sabemos. La pregunta es hasta ¿cuándo lo podrá ser y que le está quedando? En este Informe vamos a tratar de responder a dichas preguntas, primero haciendo un recuento sobre cómo el Departamento llegó a ser lo que es, un corto balance de sus impactos y partiendo de allí hacer un análisis prospectivo sobre los caminos que tiene para su futuro.

 

EVOLUCIÓN DE LA MINERÍA EN EL CESAR

Esta es la tendencia del PIB departamental durante los últimos 16 años, que presenta un incremento más que proporcional del sector minas y canteras y un estancamiento relativo de los otros sectores de la economía local. Los sectores agropecuario, comercio, industria, construcción, etc., permanecen proporcionalmente estáticos. Lo que significa que no existió un proceso de diversificación económica, ya sea por efecto de la “enfermedad holandesa”, por “la maldición de los recursos naturales” o por falta de iniciativa de su élite política y económica que no supo pensar más allá de la industria extractiva.

 

 

 

 

Hoy día, casi la mitad (44 %) de los bienes y servicios que se producen en el Departamento los genera el sector minero y dentro de minería, el carbón representa el 93 %. Es decir, lo que le pasa al carbón le pasa al Cesar. La matriz minera del Cesar es muy simple, es un departamento monoproductor. De acuerdo con la Presidenta de la Agencia Nacional de Minería, Silvana Habib, durante el 2016, Colombia exportó 85,1 millones de toneladas de carbón, y el Cesar aportó el 60 % de la producción nacional, alrededor de 50 millones de toneladas.

EL MERCADO INTERNACIONAL DEL CARBÓN

Según la Agencia Internacional de Energía de la OECD, Colombia es el cuarto exportador a nivel mundial, con una participación del 9 % de las exportaciones totales de carbón térmico.

Principales productores mundiales de carbón

De otra parte hay un movimiento a nivel mundial, tal y como se aprecia en el mapa inferior de la misma fuente, en dónde la demanda y el uso del carbón, está bajando considerablemente en Norteamérica y en Europa y moviéndose hacia Asia y en particular India y China. Los primeros disminuyendo el  consumo y los segundos aumentando. La China consume la mitad del carbón que se produce en todo el mundo, siendo ella misma un gran productor y es el único país que con sus políticas internas puede afectar el precio, el cual ha repuntado y se mantiene entre US $70-80 la tonelada.

Cambio en el porcentaje de las compras mundiales de carbón en 2000 y 2015
CARACTERISTICAS DE LA INDUSTRIA DEL CARBÓN

Siendo tan importante el carbón para el Cesar, hay cinco características que hacen de él, un bien muy particular y que influyen de manera diferencial sobre el Departamento. Primera: la industria extractiva en general,  y en particular la de gran escala, por supuesto que genera empleo, pero no es intensiva en mano de obra. Es muy mecanizada y no puede ser de otra manera.

Segunda, el precio del carbón depende de factores internacionales y poco es afectado por la producción local. Es un commodity. Se transa en el mercado mundial y su precio depende de factores especulativos que no reflejan necesariamente sus costes de producción, está amarrado al precio del petróleo, gas, al consumo de China, etc.

Tercera, el gran aporte de ésta industria al desarrollo de una región y de un país, es de una parte su actividad productiva, pero de otro lado y con mayor impacto, el uso que se hagan de las regalías, impuestos y compensaciones que genera dicha actividad.

Cuarto, el carbón en particular, está bajo fuego por parte de los  acuerdos mundiales que buscan controlar el cambio climático y en particular a la industria que usa carbón,  la cual es gran emisor de dióxido de carbono, generador de calentamiento global. Para el 2020 se calcula que hayan cerrado cerca de 350 plantas de carbón en USA. El Banco Mundial no presta recursos para montar nuevas plantas de carbón y existe un impulso grande, aunque no del todo exitoso con las energías renovables. También hay interés en mejorar la tecnología que usa carbón, para hacerla menos  generadora de dióxido de carbono, entendiendo que el “malo” no es el carbón, si no el proceso industrial que lo transforma en energía. Ya existen fábricas, aún en fase exploratoria, mucho menos generadoras de calentamiento global que las existentes.

Finalmente es una actividad agresiva ambientalmente para el desarrollo sostenible, -tanto en su extracción, transporte y consumo- y afecta la vida social y económica, en particular, en las zonas vecinas a la explotación.

Estas son las cinco características que hacen del carbón un bien que deja huellas muy particulares en sus zonas de explotación y que pueden ser aprovechadas o desperdiciadas -efectos positivos o negativos- según el talante, planeación y exigibilidad que le hagan las autoridades y la comunidad a la industria extractiva y a la propia actitud que ésta desarrolle.

 

BALANCE MINERO

Cómo se ve, la ecuación es complicada, con dos factores internacionales sobre los cuales poco se puede influir y tres nacionales sobre los que sí. Dependiendo de sus resultados podemos finalmente hacer una evaluación sobre qué tanto la explotación del carbón en el Cesar ha sido benéfica para el departamento.

En el tema de empleo, la respuesta es más positiva que negativa. Hay evidencia de la priorización que se ha dado a la mano de obra local, a pesar de que la industria minera sólo genera, según datos del DANE, el 3 % de los ingresos departamentales. Son de todas maneras, más de 10.000 empleos directos, formales y bien remunerados, más un número bastante superior de empleos indirectos.

En segundo lugar, en cuanto a regalías el resultado es más negativo que positivo, de lo cual no se puede responsabilizar a la industria, sino a los dirigentes públicos. La erradicación de la pobreza es una responsabilidad primaria del Estado, no de los privados. Dos temas son cuestionables en el uso de las regalías: el tipo de proyectos priorizados  y la corrupción. En un estudio realizado hace algunos años por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, eran muy similares los resultados en educación, salud, vivienda y agua potable entre municipios mineros cesarenses con gran monto de regalías que sin ellas. Las regalías no habían hecho la diferencia, lo cual de por sí ya es algo grave. No se estaban invirtiendo de manera inteligente en las necesidades más sentidas de las poblaciones vulnerables. De corrupción, ni hablar. Sólo es enumerar el número de dirigentes condenados o enjuiciados por malversación de dichos fondos.

En tercer lugar, en medio ambiente la respuesta está abierta, porque aún faltan años de explotación, sin embargo, la percepción hasta ahora, es más de vaso vacío que de vaso lleno. Hay afectación seria al medio ambiente.  La respuesta está abierta porque seguimos al tanto de las medidas de mitigación y compensación. Es importante conocer los planes de rehabilitación de las zonas afectadas, no sólo las medidas de compensación que se están llevando a cabo en otras zonas, cómo en Perijá. Hay que ver  cómo se va  a “tapar el hueco”.  Se trata de cerrar las minas con los menores pasivos ambientales posibles.

Finalmente, en el tema de impacto socioeconómico, en particular en las comunidades y municipios afectados, la respuesta en cuanto a responsabilidad social empresarial es deficiente. No hay Alcalde o Gobernador que no quiera “arrimarse” a las empresas carboníferas y éstas siguen operando bajo el principio de la dádiva y la donación, más que bajo el criterio de generar capacidades y pensar en el mediano y largo plazo. A pesar de ciertos cambios  que se empiezan a ver,  siguen confundiendo beneficencia con deberes y favores con responsabilidades. Creen que haciendo los primeros se liberan de lo segundo. Hay enormes diferencias con el trabajo por ejemplo, más sistemático y de visión de largo plazo de El Cerrejón en La Guajira. En reciente Foro Minero sobre el Carbón, se decía que uno de los retos más importante de la industria es el diálogo con las comunidades afectadas y “evidenciar de qué manera las comunidades pueden participar de este modelo de desarrollo sin ser desplazadas y siendo tenida en cuenta por las grandes empresas mineras” (Semana, Minería. Agosto 2017. Mariana Suárez).

Siendo así, el balance es claro-oscuro, más oscuro debo decir y por lo tanto con importantes correctivos que hacer.

 

¿Y EL FUTURO QUÉ?

El aprovechamiento del carbón del Cesar dependerá de cuatro variables: precio internacional, cantidad exportada, capacidad del Estado de exigibilidad a las empresas mineras y nueva ley de regalías. En las dos últimas tienen los cesarenses la capacidad de incidir, vía autoridades, comunidades, y acción colectiva.

Lo de exigibilidad tiene que ver con el control al impacto ambiental de una parte y de llevar a las empresas mineras a cumplir de manera no sólo inteligente sino ojalá generosa, sus compromisos económicos y sociales. Una empresa, desde hace años está dicho, no es sólo la unidad productiva y sus instalaciones, ni su fin único es el de dar utilidades. Una empresa tiene funciones sociales y se debe a su entorno. Empresas prósperas en entornos de alta pobreza, no cumplen su función. Ese es el llamado a las mineras que hacen presencia en el Cesar. Las empresas son fuentes de empleo y prosperidad, deben ser agentes de creación de bienestar, no solo de ingreso para sus accionistas.  Responsabilidad Social inteligente es lo que se pide o cómo se dice hoy “capitalismo consciente”.  Que apoyen la construcción de capacidades y piensen en lo que van a dejar cuando se vayan.

En segundo lugar, se avecina una nueva reforma a la Ley de Regalías –se reconoce que la actual les quitó demasiados recursos a las regiones productoras, generando las famosas consultas populares y rechazos locales a la producción minera. Esperemos que en dicha reforma nuestros parlamentarios pierdan la timidez, alcen la voz y se vuelvan sujetos activos en la defensa de los intereses regionales. De cómo se ajusten las cargas en esa nueva legislación, dependerá el provecho que pueda sacar la región.

Pero, de otra parte, los beneficios de la industria carbonífera serán más claros cuando las regalías sean bien invertidas. Se prioricen las necesidades reales y sentidas de los más vulnerables y se inviertan de manera transparente. Más focalización y menos corrupción, es la fórmula.

La ecuación a la que los cesarenses tienen que poner atención es: regalías bien invertidas y afectación ambiental minimizada o neutralizada. Son los dos puntos clave y estratégicos que van a definir lo que le queda al Cesar. Siendo bien complicada la primera, es más fácil que la segunda, así que la tarea por delante es difícil, pero no imposible.

Para terminar, una sola recomendación. En este periodo de postconflicto se está estructurando un mecanismo para mejorar la calidad de vida rural y es la posibilidad de hacer inversión social en bienes públicos con recursos de las empresas mineras, vía obras por impuesto. El Cesar, bajo la dirección de la Gobernación y con un verdadero equipo técnico, capaz y preparado, y en alianza con las mineras, gobierno nacional, municipales y comunidades, debería trabajar por construir una propuesta de inversión social, integral y de mediano plazo bajo éste mecanismo. ¡Manos a la obra, manos a la paz!

 

* Economista. M. Sc London School of Economics, M.A University of Manchester.

 

Por Fernando Herrera Araújo