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Columnista - 20 septiembre, 2018

El fin de la minería del carbón en La Guajira

Se tiene programado que para el 2034 se termina la explotación del carbón del Cerrejón, o sea, que solo quedan 16 años para que esta operación se acabe, es decir, para que finiquiten formalmente los contratos de explotación de la Empresa con el Estado colombiano. Esto no quiere decir que para la fecha citada se […]

Se tiene programado que para el 2034 se termina la explotación del carbón del Cerrejón, o sea, que solo quedan 16 años para que esta operación se acabe, es decir, para que finiquiten formalmente los contratos de explotación de la Empresa con el Estado colombiano. Esto no quiere decir que para la fecha citada se termina la explotación y la Empresa recoge sus pertenencias y se va, si es posible a otro lugar del mundo, pues ellos, de manera progresiva irresponsable han planeado medidas de estabilización y cierre de los huecos o de los impactos ambientales y sociales que han debido hacerse a través de unos ciclos de planeación y ejecución según los avances de la operación minera.

La empresa viene programando y realizando para su plan de cierre medidas ambientales que implican tener en cuenta la flora, la fauna, el suelo y el agua, con el propósito de dejar las áreas intervenidas lo más parecido a su estado natural, pero además, también tiene en cuenta el aspecto social. Es de anotar que la Empresa respetuosa por su objeto social de la condición ambiental de la zona desde hace más de 20 años viene desarrollando programas de recuperación ambiental, especialmente en la habilitación de tierras de las áreas intervenidas, hasta el punto que a la fecha llevan rehabilitadas aproximadamente 3.800 hectáreas que hoy se pueden calificar como muy parecidas a las que existían en la zona, o sea, bosques secos tropical.
Lo expuesto anteriormente, no quiere decir que allí se terminen las reservas explotables que quedan a la orden del Estado para futuras decisiones o desarrollos.

Pero La Guajira no solo esta adportas de concluir su explotación de carbón, sino del gas que ha venido disminuyendo sus reservas. De acuerdo con la situación planteada nos parece, que no es descabellada la idea, según lo plantea el ex – representante Oscar Gómez Brito, que para estos últimos años que quedan de explotación de la gran minería de carbón y gas, se nos dé la oportunidad a la gente de La Guajira que también tiene representantes honrados de manejar las ultimas regalías para que nuestro departamento pueda acometer obras de desarrollo y no quedar como el Chocó cuando el oro se ha venido agotando y solo tiene lamentos por no haber aprovechado sus riquezas; recabamos que La Guajira, vive en estos momentos una situación similar en necesidades básicas insatisfechas a las del Chocó, ¡que pobreza por Dios! No hay derecho.

Hay que solicitarle a este gobierno, recaba el señor Oscar Gómez, que nos permita recibir las ultimas regalías de estos 16 años que faltan para que puedan ser manejadas con la intervención de un grupo de ciudadanos de bien, que pueden ser dos representantes por cada uno de los municipios.

Por Hernán Maestre Martínez

Columnista
20 septiembre, 2018

El fin de la minería del carbón en La Guajira

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Se tiene programado que para el 2034 se termina la explotación del carbón del Cerrejón, o sea, que solo quedan 16 años para que esta operación se acabe, es decir, para que finiquiten formalmente los contratos de explotación de la Empresa con el Estado colombiano. Esto no quiere decir que para la fecha citada se […]


Se tiene programado que para el 2034 se termina la explotación del carbón del Cerrejón, o sea, que solo quedan 16 años para que esta operación se acabe, es decir, para que finiquiten formalmente los contratos de explotación de la Empresa con el Estado colombiano. Esto no quiere decir que para la fecha citada se termina la explotación y la Empresa recoge sus pertenencias y se va, si es posible a otro lugar del mundo, pues ellos, de manera progresiva irresponsable han planeado medidas de estabilización y cierre de los huecos o de los impactos ambientales y sociales que han debido hacerse a través de unos ciclos de planeación y ejecución según los avances de la operación minera.

La empresa viene programando y realizando para su plan de cierre medidas ambientales que implican tener en cuenta la flora, la fauna, el suelo y el agua, con el propósito de dejar las áreas intervenidas lo más parecido a su estado natural, pero además, también tiene en cuenta el aspecto social. Es de anotar que la Empresa respetuosa por su objeto social de la condición ambiental de la zona desde hace más de 20 años viene desarrollando programas de recuperación ambiental, especialmente en la habilitación de tierras de las áreas intervenidas, hasta el punto que a la fecha llevan rehabilitadas aproximadamente 3.800 hectáreas que hoy se pueden calificar como muy parecidas a las que existían en la zona, o sea, bosques secos tropical.
Lo expuesto anteriormente, no quiere decir que allí se terminen las reservas explotables que quedan a la orden del Estado para futuras decisiones o desarrollos.

Pero La Guajira no solo esta adportas de concluir su explotación de carbón, sino del gas que ha venido disminuyendo sus reservas. De acuerdo con la situación planteada nos parece, que no es descabellada la idea, según lo plantea el ex – representante Oscar Gómez Brito, que para estos últimos años que quedan de explotación de la gran minería de carbón y gas, se nos dé la oportunidad a la gente de La Guajira que también tiene representantes honrados de manejar las ultimas regalías para que nuestro departamento pueda acometer obras de desarrollo y no quedar como el Chocó cuando el oro se ha venido agotando y solo tiene lamentos por no haber aprovechado sus riquezas; recabamos que La Guajira, vive en estos momentos una situación similar en necesidades básicas insatisfechas a las del Chocó, ¡que pobreza por Dios! No hay derecho.

Hay que solicitarle a este gobierno, recaba el señor Oscar Gómez, que nos permita recibir las ultimas regalías de estos 16 años que faltan para que puedan ser manejadas con la intervención de un grupo de ciudadanos de bien, que pueden ser dos representantes por cada uno de los municipios.

Por Hernán Maestre Martínez