Diferente a los anteriores, en el 2021 el Festival Vallenato se realiza en el mes de octubre y luego de una pandemia que nos impidió disfrutar de los eventos masivos. El mundo se apagó. O suspendió. Fue una pausa larga, y por eso ahora es obvia la llegada de una fiesta tan importante como lo es el Festival de la Leyenda Vallenata.
Se nota en las calles, el ambiente es otro; los restaurantes se prepararon para recibir a sus clientes con música en vivo; los centros comerciales crearon rutas para que los emprendedores muestren sus negocios; en varios puntos de la ciudad los acordeones, la caja y la guacharaca suenan desde la mañana hasta la tarde. El ambiente de festival se siente y se respira, pese a la nostalgia de muchos por los que ya no están y porque este año no fue en abril.
Pero el festival no debe parar, justo, en honor a los que ya no están y por lo útil y necesario que es para la ciudad y la región. Es la buena noticia que anhelan recibir muchos; la oportunidad para recuperarse de otros; la excusa perfecta para visitar Valledupar; la semana ideal para reencontrarse con los amigos y parrandear los vallenatos de ayer y hoy. En fin, para cada uno el festival tiene una definición diferente, sin embargo, unifiquemos el concepto que el Festival Vallenato es una fiesta de todos.
Bien hizo la Alcaldía de Valledupar en promoverlo conociendo el positivo impacto que esto le deja a la ciudad; contrario, sorprende (o no) el silencio de la Gobernación del Cesar: no ha habido manifestación de apoyo público a esta fiesta que, más allá de la familia que la dirige, es de todos los cesarenses y los colombianos que aman este folclor. Entendamos que lo que nos beneficia a todos como sociedad e impulsa nuestro desarrollo siempre está por encima de las diferencias políticas y personales.
Para la alegría de los amantes del folclor este miércoles sonaron los acordeones de las categorías menores y jóvenes en La Pedregosa, y este jueves será el lanzamiento, en la Plaza Alfonso López, donde se espera esté el presidente de la República, Iván Duque Márquez, y el homenajeado, Rosendo Romero.
El éxito del Festival Vallenato es el éxito de todos como ciudad: si llegan miles de turistas y compran, reactivan la economía, demandan servicios, ocupan los hoteles, compran en nuestros restaurantes, asisten a las discotecas, compran a las artesanas y artesanos; viajan en los taxis; compran en las tiendas, esos beneficios no irán a una sola familia, sino que beneficiarán a los agobiados empresarios locales que estaban esperando esta fecha.
¡Que la Divina providencia nos regale un exitoso Festival Vallenato!