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Principal - 6 agosto, 2019

El entredicho papel de Valledupar en aquel Siete de Agosto

A las puertas de los 200 años de la Batalla de Boyacá, reviven algunas historias sobre este hecho que marcó la independencia de la Nueva Granada de la Corona española y en la que se discute la incidencia de Valledupar en el proceso.

A la ciudad se le atribuye y resta por partes iguales un papel decisivo en la gesta libertadora.

FOTO/CORTESÍA
A la ciudad se le atribuye y resta por partes iguales un papel decisivo en la gesta libertadora. FOTO/CORTESÍA

Las historias van y vienen con el paso del tiempo y a medida que se transmiten acrecientan la gesta o el momento en torno al cual giran, al mismo tiempo generan discrepancias entre quienes las estudian o cuentan.

Mañana es el día en que se conmemora la Batalla de Boyacá, confrontación que consolidó en 1819 la Campaña Libertadora de Nueva Granada que había iniciado el 20 de julio de 1810.

Precisamente mañana se cumplirán 200 años desde aquel día y en la memoria de muchos se recrean las versiones de que, en aquel momento, Valledupar pudo tener incidencia en el hecho.

Y la duda sobre la relevancia de este territorio en aquel evento viene dada por las diferentes historias que se han relatado al respecto y sobre las cuales no existe una claridad definitiva que pudiera, finalmente, dilucidar la verdadera influencia de esta zona de Colombia dentro de aquel proceso que provocó la separación del dominio español.

De acuerdo con Tomás Darío Gutiérrez, actual jefe de Cultura de esta ciudad, tanto esta capital como todo el Cesar estuvo dentro de los lugares protagónicos del Caribe en el hecho independentista junto con Mompox y Santa Marta.

“Fue el eje de oro de la independencia en el Caribe colombiano, aquí la primera junta gubernativa que se estableció en Colombia antes que la de Cartagena y Bogotá fue la de Valledupar, solo un día antes que la de Cartagena, pero fue antes, un derrocamiento del gobierno español y el establecimiento de una junta gubernativa patriótica”, explicó Gutiérrez.

Dentro de los factores que influyeron para esta aparente incidencia de la capital del Cesar en el movimiento de liberación, el investigador destacó que después de un mes seguía conformada esa junta gobernativa porque existe una carta a través de la que se informó que el bajo pueblo seguía gobernando.

Igualmente resaltó el hecho de que hayan hecho presencia en este territorio María Concepción Loperena, y el capitán José Francisco Maestre, un combatiente fuerte, además de un militar, yerno de Loperena, que comandó la tropa que liberaría a Santa Marta con una caballería de 300 hombres.

Entre toda su teoría lo que sin duda recobra más importancia es la imagen del coronel Pedro Antonio García, oriundo de lo que es hoy Becerril.

“Probablemente es uno de los mayores héroes de la Independencia o el mayor del Caribe colombiano, comandante del Batallón Vargas en ocho o 10 de las más importantes batallas de la gesta emancipadora”, sostuvo con emoción Gutiérrez.

Por último, recordó que el Batallón Vargas se formó con 300 voluntarios que se reclutaron en Becerril, provenientes de este sector, y que se le entregaron a Simón Bolívar en los valles de Cúcuta bajo el mando de Pedro Antonio García, quien llegó a ser “coronel efectivo y benemérito de la patria por sus actos heroicos en la Batalla de Bomboná”.

A las afueras de la Alcaldía de Valledupar figura una placa que da cuenta de la liberación de este territorio del yugo español, en la misma aparece con notoriedad María Concepción Loperena.

LA OTRA VERSIÓN

Frente a esta relevancia que se atribuye al Valle del Cacique Upar existe otra que le resta importancia a este territorio basado en la ubicación, lejos del río Magdalena que servía como principal vía de tránsito en todo el país, y también por su condición realista.

“Valledupar no trascendió porque era un lugar aislado, no tenía caminos, había que meterse por el follaje, no llegaba casi nadie. Valledupar viene a ser conocido por López Pumarejo en el año 1938”, señaló Iván Morón, docente e historiador, quien aclaró que si bien Valledupar tuvo alguna importancia no fue “con la trascendencia que quieren darle”.

Al mismo tiempo rescató que si bien existió apoyo de María Concepción Loperena, este se dio durante “el primer intento, no en la campaña libertadora como tal”.

En el mismo sentido se expresó Simón Martínez, filósofo, politólogo y docente universitario, quien manifestó: “En realidad en Valledupar no ocurría nada extraño porque Valledupar fue uno de los últimos bastiones realistas que protegen a los españoles que hubo en el Caribe colombiano; Riohacha, Santa Marta y Valledupar fueron los últimos bastiones realistas”.

Sin embargo, apuntó que hubo pueblos del departamento del Cesar como Chiriguaná, Tamalameque o Aguachica, dentro de los que el paso de Bolívar tuvo una significación muy importante.

“A Chiriguaná no volvió él pero sí mantuvo una relación con estos pueblos. Con Valledupar hay una leyenda que habla de Loperena, pero tenemos que entender algo muy importante que es que el comandante de las Fuerzas Españolas en Valledupar era José Manuel Fernández de Castro y Aguilera, esposo de María Concepción Loperena, lo que pone en entredicho ciertas acciones que se le han atribuido a esta señora, yo no me quiero referir a ello”, agregó el experto.

Al mismo tiempo hizo referencia a que en Valledupar, Bolívar no tenía un referente patriota por lo cual de la única persona que se habla es de María Concepción Loperena.

EL PAPEL DE NEGROS Y MUJERES

En cuanto a otros aspectos como el protagonismo de poblaciones negras y también de las mujeres en esta hazaña, Martínez reiteró que en esta capital tampoco hubo relevancia de la incidencia de la mujer en el territorio. Algo que sí se encontró en lugares como Sabanilla, Cartagena, Mompox y Santa Marta.

“Hay un caso paradigmático como es el de doña Lorenza García, que incluso fue desterrada a Jamaica por las acciones que emprendió inicialmente en beneficio de la gente que luchaba por las causas de Independencia. Ella y su familia fueron desterrados, los hermanos regresaron en forma clandestina a Colombia, el regreso de los varones hace que se vinculen a la causa de Independencia en Chiriguaná y Cartagena por orden de Bolívar”, reveló Martínez.

En cuanto a los negros y también a los indígenas, poblaciones notables en esa época dentro de todo el territorio granadino, reclamó que su implicación en la causa libertadora no haya sido reconocida por la historia.

“Muchos indígenas se vincularon a la causa a diferencia de los indígenas de Santa Marta y de La Guajira que se enemistaron, persiguieron e hicieron resistencia a los ejércitos patriotas”, expresó.

En cambio hubo algunos mulatos, de propietarios de haciendas en la región, que fueron prestados para vincularlos a la causa de la Independencia.

“Es mínima la participación y el reconocimiento que la historiografía tradicional ha hecho porque hay que tener en cuenta que estos tres sectores, mujeres, indígenas y negros han sido desconocidos por historiografía clásica de Colombia. En el puente de Boyacá quienes tuvieron las acciones definitivas y decisivas fueron precisamente mestizos, mulatos e indígenas quienes en la forma definitiva participaron no fueron blancos precisamente”, finalizó el filósofo.

Importancia del Ejército Nacional en la Campaña Libertadora

Mañana en conjunto con la Batalla de Boyacá también se conmemorarán más de 200 años del Ejército Nacional, la institución más antigua de la república, que nació el 23 de julio de 1810, luego de que se conformará un cuerpo armado de infantería para la defensa de la Junta Suprema de Gobierno que se había instalado el 20 de julio de 1810 (Grito de Independencia).

De acuerdo con el filósofo Simón Martínez, hay un amplio desconocimiento de la historia sobre la participación de las mujeres, los indígenas y los negros en todo este proceso de independencia. CORTESÍA

Paulatinamente se ha convertido en un ejército con diferentes capacidades militares (caballería, artillería, ingenieros militares) que ha tenido una notable incidencia dentro de los procesos de este país.

Según reseña la misma institución, los oficiales, suboficiales y soldados que sobrevivieron al restablecimiento realista en 1815 y 1816 se refugiaron en la provincia de Casanare (actuales departamentos de Arauca y Casanare), única provincia que se mantuvo independiente durante el restablecimiento realista. Durante los años de 1817 y 1818, el Ejército tuvo que resistir mediante el empleo de tácticas irregulares, al mando del coronel Francisco de Paula Santander, las incursiones realistas en Casanare.

Para el año de 1819 acontecieron los hechos históricos que en este 2019 están conmemorando.

“Esta Campaña militar es el fruto de la unificación bajo un solo proyecto nacional llamado Colombia, al mando del general venezolano Simón Bolívar, en dónde los ejércitos de la Nueva Granada (Colombia) y Venezuela se convirtieron en un único gran ejército libertador. Con un objetivo militar claro, la independencia definitiva de los pueblos americanos bajo la influencia de la monarquía española”, reza la información suministrada por el Ejército.

En este Siete de Agosto, el Ejército conmemora su día en honor a la Batalla de Boyacá, paso final que selló la independencia del país y que esta institución celebra como su día en honor a todos aquellos hombres y mujeres de armas que aportaron a la consolidación de la Independencia nacional.

“Ser soldado de Colombia es uno de los honores más grandes a los que puede aspirar todo hombre y mujer que sienta como suya esta tierra, que va desde La Guajira hasta al Amazonas. Por eso como reza nuestro lema, primero está nuestra patria, de la que sentimos honor de servirle y a la que le debemos guardar lealtad, defendiendo siempre la soberanía, la independencia y el orden constitucional”, finaliza.

Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]

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6 agosto, 2019

El entredicho papel de Valledupar en aquel Siete de Agosto

A las puertas de los 200 años de la Batalla de Boyacá, reviven algunas historias sobre este hecho que marcó la independencia de la Nueva Granada de la Corona española y en la que se discute la incidencia de Valledupar en el proceso.


A la ciudad se le atribuye y resta por partes iguales un papel decisivo en la gesta libertadora.

FOTO/CORTESÍA
A la ciudad se le atribuye y resta por partes iguales un papel decisivo en la gesta libertadora. FOTO/CORTESÍA

Las historias van y vienen con el paso del tiempo y a medida que se transmiten acrecientan la gesta o el momento en torno al cual giran, al mismo tiempo generan discrepancias entre quienes las estudian o cuentan.

Mañana es el día en que se conmemora la Batalla de Boyacá, confrontación que consolidó en 1819 la Campaña Libertadora de Nueva Granada que había iniciado el 20 de julio de 1810.

Precisamente mañana se cumplirán 200 años desde aquel día y en la memoria de muchos se recrean las versiones de que, en aquel momento, Valledupar pudo tener incidencia en el hecho.

Y la duda sobre la relevancia de este territorio en aquel evento viene dada por las diferentes historias que se han relatado al respecto y sobre las cuales no existe una claridad definitiva que pudiera, finalmente, dilucidar la verdadera influencia de esta zona de Colombia dentro de aquel proceso que provocó la separación del dominio español.

De acuerdo con Tomás Darío Gutiérrez, actual jefe de Cultura de esta ciudad, tanto esta capital como todo el Cesar estuvo dentro de los lugares protagónicos del Caribe en el hecho independentista junto con Mompox y Santa Marta.

“Fue el eje de oro de la independencia en el Caribe colombiano, aquí la primera junta gubernativa que se estableció en Colombia antes que la de Cartagena y Bogotá fue la de Valledupar, solo un día antes que la de Cartagena, pero fue antes, un derrocamiento del gobierno español y el establecimiento de una junta gubernativa patriótica”, explicó Gutiérrez.

Dentro de los factores que influyeron para esta aparente incidencia de la capital del Cesar en el movimiento de liberación, el investigador destacó que después de un mes seguía conformada esa junta gobernativa porque existe una carta a través de la que se informó que el bajo pueblo seguía gobernando.

Igualmente resaltó el hecho de que hayan hecho presencia en este territorio María Concepción Loperena, y el capitán José Francisco Maestre, un combatiente fuerte, además de un militar, yerno de Loperena, que comandó la tropa que liberaría a Santa Marta con una caballería de 300 hombres.

Entre toda su teoría lo que sin duda recobra más importancia es la imagen del coronel Pedro Antonio García, oriundo de lo que es hoy Becerril.

“Probablemente es uno de los mayores héroes de la Independencia o el mayor del Caribe colombiano, comandante del Batallón Vargas en ocho o 10 de las más importantes batallas de la gesta emancipadora”, sostuvo con emoción Gutiérrez.

Por último, recordó que el Batallón Vargas se formó con 300 voluntarios que se reclutaron en Becerril, provenientes de este sector, y que se le entregaron a Simón Bolívar en los valles de Cúcuta bajo el mando de Pedro Antonio García, quien llegó a ser “coronel efectivo y benemérito de la patria por sus actos heroicos en la Batalla de Bomboná”.

A las afueras de la Alcaldía de Valledupar figura una placa que da cuenta de la liberación de este territorio del yugo español, en la misma aparece con notoriedad María Concepción Loperena.

LA OTRA VERSIÓN

Frente a esta relevancia que se atribuye al Valle del Cacique Upar existe otra que le resta importancia a este territorio basado en la ubicación, lejos del río Magdalena que servía como principal vía de tránsito en todo el país, y también por su condición realista.

“Valledupar no trascendió porque era un lugar aislado, no tenía caminos, había que meterse por el follaje, no llegaba casi nadie. Valledupar viene a ser conocido por López Pumarejo en el año 1938”, señaló Iván Morón, docente e historiador, quien aclaró que si bien Valledupar tuvo alguna importancia no fue “con la trascendencia que quieren darle”.

Al mismo tiempo rescató que si bien existió apoyo de María Concepción Loperena, este se dio durante “el primer intento, no en la campaña libertadora como tal”.

En el mismo sentido se expresó Simón Martínez, filósofo, politólogo y docente universitario, quien manifestó: “En realidad en Valledupar no ocurría nada extraño porque Valledupar fue uno de los últimos bastiones realistas que protegen a los españoles que hubo en el Caribe colombiano; Riohacha, Santa Marta y Valledupar fueron los últimos bastiones realistas”.

Sin embargo, apuntó que hubo pueblos del departamento del Cesar como Chiriguaná, Tamalameque o Aguachica, dentro de los que el paso de Bolívar tuvo una significación muy importante.

“A Chiriguaná no volvió él pero sí mantuvo una relación con estos pueblos. Con Valledupar hay una leyenda que habla de Loperena, pero tenemos que entender algo muy importante que es que el comandante de las Fuerzas Españolas en Valledupar era José Manuel Fernández de Castro y Aguilera, esposo de María Concepción Loperena, lo que pone en entredicho ciertas acciones que se le han atribuido a esta señora, yo no me quiero referir a ello”, agregó el experto.

Al mismo tiempo hizo referencia a que en Valledupar, Bolívar no tenía un referente patriota por lo cual de la única persona que se habla es de María Concepción Loperena.

EL PAPEL DE NEGROS Y MUJERES

En cuanto a otros aspectos como el protagonismo de poblaciones negras y también de las mujeres en esta hazaña, Martínez reiteró que en esta capital tampoco hubo relevancia de la incidencia de la mujer en el territorio. Algo que sí se encontró en lugares como Sabanilla, Cartagena, Mompox y Santa Marta.

“Hay un caso paradigmático como es el de doña Lorenza García, que incluso fue desterrada a Jamaica por las acciones que emprendió inicialmente en beneficio de la gente que luchaba por las causas de Independencia. Ella y su familia fueron desterrados, los hermanos regresaron en forma clandestina a Colombia, el regreso de los varones hace que se vinculen a la causa de Independencia en Chiriguaná y Cartagena por orden de Bolívar”, reveló Martínez.

En cuanto a los negros y también a los indígenas, poblaciones notables en esa época dentro de todo el territorio granadino, reclamó que su implicación en la causa libertadora no haya sido reconocida por la historia.

“Muchos indígenas se vincularon a la causa a diferencia de los indígenas de Santa Marta y de La Guajira que se enemistaron, persiguieron e hicieron resistencia a los ejércitos patriotas”, expresó.

En cambio hubo algunos mulatos, de propietarios de haciendas en la región, que fueron prestados para vincularlos a la causa de la Independencia.

“Es mínima la participación y el reconocimiento que la historiografía tradicional ha hecho porque hay que tener en cuenta que estos tres sectores, mujeres, indígenas y negros han sido desconocidos por historiografía clásica de Colombia. En el puente de Boyacá quienes tuvieron las acciones definitivas y decisivas fueron precisamente mestizos, mulatos e indígenas quienes en la forma definitiva participaron no fueron blancos precisamente”, finalizó el filósofo.

Importancia del Ejército Nacional en la Campaña Libertadora

Mañana en conjunto con la Batalla de Boyacá también se conmemorarán más de 200 años del Ejército Nacional, la institución más antigua de la república, que nació el 23 de julio de 1810, luego de que se conformará un cuerpo armado de infantería para la defensa de la Junta Suprema de Gobierno que se había instalado el 20 de julio de 1810 (Grito de Independencia).

De acuerdo con el filósofo Simón Martínez, hay un amplio desconocimiento de la historia sobre la participación de las mujeres, los indígenas y los negros en todo este proceso de independencia. CORTESÍA

Paulatinamente se ha convertido en un ejército con diferentes capacidades militares (caballería, artillería, ingenieros militares) que ha tenido una notable incidencia dentro de los procesos de este país.

Según reseña la misma institución, los oficiales, suboficiales y soldados que sobrevivieron al restablecimiento realista en 1815 y 1816 se refugiaron en la provincia de Casanare (actuales departamentos de Arauca y Casanare), única provincia que se mantuvo independiente durante el restablecimiento realista. Durante los años de 1817 y 1818, el Ejército tuvo que resistir mediante el empleo de tácticas irregulares, al mando del coronel Francisco de Paula Santander, las incursiones realistas en Casanare.

Para el año de 1819 acontecieron los hechos históricos que en este 2019 están conmemorando.

“Esta Campaña militar es el fruto de la unificación bajo un solo proyecto nacional llamado Colombia, al mando del general venezolano Simón Bolívar, en dónde los ejércitos de la Nueva Granada (Colombia) y Venezuela se convirtieron en un único gran ejército libertador. Con un objetivo militar claro, la independencia definitiva de los pueblos americanos bajo la influencia de la monarquía española”, reza la información suministrada por el Ejército.

En este Siete de Agosto, el Ejército conmemora su día en honor a la Batalla de Boyacá, paso final que selló la independencia del país y que esta institución celebra como su día en honor a todos aquellos hombres y mujeres de armas que aportaron a la consolidación de la Independencia nacional.

“Ser soldado de Colombia es uno de los honores más grandes a los que puede aspirar todo hombre y mujer que sienta como suya esta tierra, que va desde La Guajira hasta al Amazonas. Por eso como reza nuestro lema, primero está nuestra patria, de la que sentimos honor de servirle y a la que le debemos guardar lealtad, defendiendo siempre la soberanía, la independencia y el orden constitucional”, finaliza.

Por: Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
[email protected]