Publicidad
Categorías
Categorías
Medio Ambiente - 7 julio, 2021

El Cesar y la lucha contra el cambio climático y la desertificación del suelo

Cultivos extensivos, malas prácticas ganaderas, deforestación, entre otras actividades han causado que el departamento del Cesar sea catalogado como el segundo territorio a nivel nacional con mayor desertificación de suelo.

Hoy se celebra el Día Internacional de Conservación del Suelo.
Hoy se celebra el Día Internacional de Conservación del Suelo.

Cerca del 50 % del suelo del departamento del Cesar se encuentra en un proceso de desertificación debido a la implementación de malas prácticas ganaderas, agrícolas y la explotación minera. Dichas actividades han provocado cambios químicos en la composición del suelo, y la posterior pérdida de sus nutrientes dejando hectáreas cuarteadas y secas, carentes de organismos vivos.

De acuerdo con Wilson Márquez, profesional de seguimiento de control ambiental de Corpocesar, entre los años 2006, 2007 y 2008, aproximadamente 613.000 hectáreas estaban afectadas por la desertificación. Dicha cifra fue obtenida del Plan Regional de Acción para la lucha contra la desertificación y manejo de ecosistemas de zonas secas en la cuenca del río Cesar, realizado por el IDEAM y la entidad ambiental. 

Explicó que para el año 2019 fue actualizado el informe que dejó en evidencia la problemática que atraviesa el suelo cesarense, debido a que entre 800.000 y 900.000 hectáreas sufren de desertificación. El experto aseveró que anteriormente se señalaba que los valles eran los afectados, pero recientemente han encontrado focos de desertificación en la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta.  

“Las investigaciones sobre desertificación de los suelos han disminuido porque no hay los suficientes recursos para el estudio y la recuperación de los terrenos. Las políticas del sector agropecuario han cambiado mucho en los últimos años y eso ha provocado que los proyectos para gestionar y estudiar alternativas para la restauración de los suelos hayan mermado”, manifestó Márquez. 

Argumentó que actualmente en atención a esa falta de seguimiento se está promoviendo el asocio de cultivos agrícolas con la plantación de árboles y sistemas silvopastoriles para disminuir el impacto ambiental que generan dichas actividades económicas en el suelo. 

Lea también: Una nueva amenaza para el río Guatapurí

En ese sentido, comentó que para la recuperación de las hectáreas desertificadas se debe hacer primero un estudio técnico del suelo intervenido, los puntos del área que presenten mayor afectación y determinar si el proceso es producto de actividades antrópicas o fenómenos naturales. 

Una vez sean abordados dichos ítems se debe realizar una sensibilización a los responsables de la degradación del suelo. Luego, con una serie de actividades mecánicas, se procede a su recuperación incorporando abono orgánico. Precisó que también la siembra de plantas como la leguminosa y destinar áreas cercanas para la conservación del suelo contribuyen a disminuir la desertificación, debido a que producen microclimas que ayudan a reducir la erosión, la cual influye en la reproducción del fenómeno. 

LA RELACIÓN DEL SUELO Y LA ECONOMÍA 

Wilson Márquez, profesional de seguimiento de control ambiental de Corpocesar, señaló que en el uso de la agricultura no se debe establecer el mismo tipo de cultivo durante siete años, y se tiene que disminuir la utilización de agroquímicos porque han provocado un alto porcentaje de zonas desertificadas de registros históricos en el Cesar.  

En ese sentido, Armando Calvan, gerente de Biodiversidad y Compensación Ambiental de Drummond, precisó que algunos de los municipios con extensas hectáreas desertificadas son:  Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, El Paso, Becerril, entre otros, porque dichos territorios fueron en el pasado altos productores de cultivos de algodón. Aseveró que dicha actividad a pesar de generar una gran bonanza económica dañó la capa vegetal del suelo, debido a que se utilizaron grandes cantidades de fertilizantes y agroquímicos para impulsar un mayor rendimiento del cultivo, lo cual tuvo como consecuencia la pérdida de la calidad del suelo. 

Le puede interesar: Valledupar no es solamente para humanos, por Pedro Olivella

Precisó que la calidad del terreno se puede recuperar con la implementación de compuestos orgánicos conformados por los nutrientes que al suelo le hacen falta. Sin embargo, es un proceso lento que se puede dar en un mediano y largo periodo de tiempo. 

¿FUENTES HÍDRICAS EXCASAS? 

Otro de los factores que ha contribuido a la desertificación del suelo cesarense es que muchas zonas han perdido la regulación hídrica que anteriormente mantenía hidratado a los suelos. Para subsanar esa dificultad se deben recuperar las rondas hídricas, según Armando Calvan, gerente de Biodiversidad y Compensación Ambiental de Drummond. 

Explicó que en el caso de la empresa minera los suelos que han recuperado lo han hecho con el manejo de pendientes para bajar el nivel de afluencia hídrica. Así mismo, están recubriendo los suelos con plantas leguminosas y gramíneas colocando sobre esas semillas heno para que las proteja de los rayos del sol y la lluvia.

“Nos han dado buenos resultados las acciones que hemos implementado. Más de 1.000 hectáreas utilizadas para la minería las hemos recuperado de manera sostenible. Esta misma metodología se puede aplicar en el resto de áreas afectadas del departamento del Cesar”, manifestó Calvan.

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN

@namiibb

Medio Ambiente
7 julio, 2021

El Cesar y la lucha contra el cambio climático y la desertificación del suelo

Cultivos extensivos, malas prácticas ganaderas, deforestación, entre otras actividades han causado que el departamento del Cesar sea catalogado como el segundo territorio a nivel nacional con mayor desertificación de suelo.


Hoy se celebra el Día Internacional de Conservación del Suelo.
Hoy se celebra el Día Internacional de Conservación del Suelo.

Cerca del 50 % del suelo del departamento del Cesar se encuentra en un proceso de desertificación debido a la implementación de malas prácticas ganaderas, agrícolas y la explotación minera. Dichas actividades han provocado cambios químicos en la composición del suelo, y la posterior pérdida de sus nutrientes dejando hectáreas cuarteadas y secas, carentes de organismos vivos.

De acuerdo con Wilson Márquez, profesional de seguimiento de control ambiental de Corpocesar, entre los años 2006, 2007 y 2008, aproximadamente 613.000 hectáreas estaban afectadas por la desertificación. Dicha cifra fue obtenida del Plan Regional de Acción para la lucha contra la desertificación y manejo de ecosistemas de zonas secas en la cuenca del río Cesar, realizado por el IDEAM y la entidad ambiental. 

Explicó que para el año 2019 fue actualizado el informe que dejó en evidencia la problemática que atraviesa el suelo cesarense, debido a que entre 800.000 y 900.000 hectáreas sufren de desertificación. El experto aseveró que anteriormente se señalaba que los valles eran los afectados, pero recientemente han encontrado focos de desertificación en la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta.  

“Las investigaciones sobre desertificación de los suelos han disminuido porque no hay los suficientes recursos para el estudio y la recuperación de los terrenos. Las políticas del sector agropecuario han cambiado mucho en los últimos años y eso ha provocado que los proyectos para gestionar y estudiar alternativas para la restauración de los suelos hayan mermado”, manifestó Márquez. 

Argumentó que actualmente en atención a esa falta de seguimiento se está promoviendo el asocio de cultivos agrícolas con la plantación de árboles y sistemas silvopastoriles para disminuir el impacto ambiental que generan dichas actividades económicas en el suelo. 

Lea también: Una nueva amenaza para el río Guatapurí

En ese sentido, comentó que para la recuperación de las hectáreas desertificadas se debe hacer primero un estudio técnico del suelo intervenido, los puntos del área que presenten mayor afectación y determinar si el proceso es producto de actividades antrópicas o fenómenos naturales. 

Una vez sean abordados dichos ítems se debe realizar una sensibilización a los responsables de la degradación del suelo. Luego, con una serie de actividades mecánicas, se procede a su recuperación incorporando abono orgánico. Precisó que también la siembra de plantas como la leguminosa y destinar áreas cercanas para la conservación del suelo contribuyen a disminuir la desertificación, debido a que producen microclimas que ayudan a reducir la erosión, la cual influye en la reproducción del fenómeno. 

LA RELACIÓN DEL SUELO Y LA ECONOMÍA 

Wilson Márquez, profesional de seguimiento de control ambiental de Corpocesar, señaló que en el uso de la agricultura no se debe establecer el mismo tipo de cultivo durante siete años, y se tiene que disminuir la utilización de agroquímicos porque han provocado un alto porcentaje de zonas desertificadas de registros históricos en el Cesar.  

En ese sentido, Armando Calvan, gerente de Biodiversidad y Compensación Ambiental de Drummond, precisó que algunos de los municipios con extensas hectáreas desertificadas son:  Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, El Paso, Becerril, entre otros, porque dichos territorios fueron en el pasado altos productores de cultivos de algodón. Aseveró que dicha actividad a pesar de generar una gran bonanza económica dañó la capa vegetal del suelo, debido a que se utilizaron grandes cantidades de fertilizantes y agroquímicos para impulsar un mayor rendimiento del cultivo, lo cual tuvo como consecuencia la pérdida de la calidad del suelo. 

Le puede interesar: Valledupar no es solamente para humanos, por Pedro Olivella

Precisó que la calidad del terreno se puede recuperar con la implementación de compuestos orgánicos conformados por los nutrientes que al suelo le hacen falta. Sin embargo, es un proceso lento que se puede dar en un mediano y largo periodo de tiempo. 

¿FUENTES HÍDRICAS EXCASAS? 

Otro de los factores que ha contribuido a la desertificación del suelo cesarense es que muchas zonas han perdido la regulación hídrica que anteriormente mantenía hidratado a los suelos. Para subsanar esa dificultad se deben recuperar las rondas hídricas, según Armando Calvan, gerente de Biodiversidad y Compensación Ambiental de Drummond. 

Explicó que en el caso de la empresa minera los suelos que han recuperado lo han hecho con el manejo de pendientes para bajar el nivel de afluencia hídrica. Así mismo, están recubriendo los suelos con plantas leguminosas y gramíneas colocando sobre esas semillas heno para que las proteja de los rayos del sol y la lluvia.

“Nos han dado buenos resultados las acciones que hemos implementado. Más de 1.000 hectáreas utilizadas para la minería las hemos recuperado de manera sostenible. Esta misma metodología se puede aplicar en el resto de áreas afectadas del departamento del Cesar”, manifestó Calvan.

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN

@namiibb