En tiempo y recursos, la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar) gastó nueve años y cerca de $15.000 millones, para la construcción de su sede bioclimática que estará ubicada en la salida de Valledupar hacia el municipio de La Paz. Los retrasos además de molestias causaron denuncias e investigaciones en la Contraloría General de la República.

Primero fue la administración de Virgilio Calderón, líder de una primera fase que incluyó diseños y construcción del edificio hasta su etapa de estructuras (diseños), entre 2009 y 2011, con inversión de $5.768 millones. Después llegó Kaleb Villalobos Brochel a la dirección de Corpocesar y los organismos de control advirtieron que dichos diseños no contaban con las normas actualizadas de sismo resistencia, por ende debían cambiarse.

Según la Contraloría, durante la fase I que correspondió al contrato de obra pública para el “diseño y construcción de un proyecto piloto demostrativo de arquitectura bioclimática en la ciudad de Valledupar”, se evidenció que las estructuras de la obra habían sido construidas bajo parámetros de sismo resistencia anteriores, lo que hizo necesario nueva inversión de recursos para la intervención en obras estructurales que ya habían sido construidas; “más aún cuando esta estructura ha estado en abandono sin mantenimiento periódico y expuesta al deterioro constante”, advirtió en un informe publicado en agosto del año anterior.

Datos del Sistema Electrónico de Contratación Pública, Secop, revelan que la Gobernación del Cesar y Corpocesar suscribieron un convenio interadministrativo en octubre de 2013, por el secretario de Infraestructura de la época, Omar Enrique Maestre Vélez, y por parte del director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, con una cifra cercana a la suma de $6.682 millones. Esto para segunda fase del edificio bioclimático. Recursos del Sistema General de Regalías y recursos propios de la Corporación Autónoma Regional del Cesar.

Para la ejecución de dicho convenio, la corporación luego contrató a la firma Proeza Consultores S.A.S., representada por Julio Mario Villamizar, por valor de $6.239 millones y adicionando además $2.402 millones, para un valor total de $8.642 millones.
La ejecución de la obra, de acuerdo con un Informe de Auditoría emitido por la Contraloría, a marzo de 2017 el contrato se encontraba suspendido, registrando ocho meses de inactividad desde julio de 2016; además solo tenía un avance del 13 % ocasionando un atraso del 72 %.

Contrato cedido y casi listo

La firma Proeza Consultores no terminó las obras en la sede bioclimática y entonces Corpocesar le retiró el contrato, que fue cedido al Consorcio Biocesar 2016, una sociedad conformada por tres firmas: Julio Palomino, Jaime Barros (representante de Incoel S.A.S) y Óscar Cárcamo (representante de Itaca S.A.S).

El director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, indicó que al nuevo contratista le habían establecido compromisos puntuales en la entrega de las obras, que finalmente se darán a conocer el martes de 19 de junio, cuando se ponga a disposición para su funcionamiento.
Para ese día está prevista la inauguración con el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, así lo declaró Kaleb Villalobos a EL PILÓN. Además en esa misma jornada se entregará oficialmente la planta de aireación construida en la planta de tratamiento de aguas residuales ‘El Salguero’, que busca mejorar las condiciones ambientales del río Cesar.

Inversión y ajustes

El Consorcio Biocesar 2016 utilizó más de 82 toneladas de acero para el reforzamiento de la estructura. Este edificio que fue hecho con base a arquitectura bioclimática, contó con obras de ingeniería sanitaria, eléctrica, aguas lluvias, una planta de tratamiento de aguas residuales propia para la recirculación interna; un sistema de aire acondicionado de última tecnología y de bajo consumo energético; unos sistemas de voz y dato modelo 2017. Y la implementación de luz natural.

Corpocesar, en el marco de su rendición de cuentas 2017, dijo haber realizado la gestión para la terminación de las obras del proyecto de arquitectura bioclimática para su nueva sede, que pretende mitigar los efectos del cambio climático “ya que la edificación será amigable con el ambiente, haciendo uso eficiente del agua (a través de la recirculación) y el ahorro de energía, utilizando de manera eficiente los recursos ofrecidos por la naturaleza”.

Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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