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Editorial - 17 junio, 2019

Drama guajiro, drama nacional. Venezolanos no paran

Como si fuese poco el drama que ha vivido el hermano departamento con la aguda crisis social y la inestabilidad política que completa más de 5 años, con niveles de pobreza monetaria del doble del promedio nacional y un desempleo superlativo, se viene uniendo una migración sin pausa que desborda la capacidad del gobierno seccional, […]

Como si fuese poco el drama que ha vivido el hermano departamento con la aguda crisis social y la inestabilidad política que completa más de 5 años, con niveles de pobreza monetaria del doble del promedio nacional y un desempleo superlativo, se viene uniendo una migración sin pausa que desborda la capacidad del gobierno seccional, de sus alcaldías y del insuficiente apoyo de la Nación. Se ha anticipado por Migración Colombia, dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores, que, a nivel nacional, al terminar el presente año habrá más de 1.800.000 venezolanos. Buena parte de ellos se quedan en zonas de frontera como, en la costa, en Guajira y Cesar. El primer espacio de atención son por supuesto municipios como Maicao.

Ya se había dado una alerta por la dirigencia Guajira por que los niveles de escasez del agua en la alta Guajira se habían disparado no solo por problemas operativos de provisión sino porque la población indígena venezolana se había desplazado hacia el territorio colombiano, donde la línea de frontera es imperceptible, los lazos familiares estrechos y común la nómada condición de los raizales.

Esa situación, entre otros, ha motivado la convocatoria de un foro sobre La Guajira, sus dificultades y oportunidades, que EL PILÓN adelantará el próximo jueves 20 de junio.

El impacto de la migración empieza a crear voces críticas en la prensa nacional y local dejando mal parado al inmigrante y haciendo injustas generalizaciones. La periodista Claudia Palacios en El Tiempo censuró un descontrol natal en mujeres para llamar mayor atención de las autoridades y José Manuel Aponte, en columna en este periódico, advirtió de estar ‘hasta la coronita’ al apoyar la posición del exprocurador y hoy embajador Alejandro Ordóñez, que ya había tenido general de rechazo en medios nacionales e internacionales.

En el país hay un gobierno de derecha, y una oposición de izquierda – que ideológicamente es contraria a las políticas anti-inmigratorias, que coinciden en un consenso afortunado de confraternidad con los ciudadanos venezolanos.

Si estuvieran los primeros en la oposición habrían sido tentados por el radicalismo de Ordóñez y posiblemente harían campaña con la xenofobia; es lo que vemos en la derecha de EE. UU., y Europa, traducido en votos, el motivador principal del oficio de los políticos.

Esa coyuntura y el recio conflicto de los gobiernos de Colombia y Venezuela crea una ecuación virtuosa y un consenso nacional.

Editorial
17 junio, 2019

Drama guajiro, drama nacional. Venezolanos no paran

Como si fuese poco el drama que ha vivido el hermano departamento con la aguda crisis social y la inestabilidad política que completa más de 5 años, con niveles de pobreza monetaria del doble del promedio nacional y un desempleo superlativo, se viene uniendo una migración sin pausa que desborda la capacidad del gobierno seccional, […]


Como si fuese poco el drama que ha vivido el hermano departamento con la aguda crisis social y la inestabilidad política que completa más de 5 años, con niveles de pobreza monetaria del doble del promedio nacional y un desempleo superlativo, se viene uniendo una migración sin pausa que desborda la capacidad del gobierno seccional, de sus alcaldías y del insuficiente apoyo de la Nación. Se ha anticipado por Migración Colombia, dependencia del Ministerio de Relaciones Exteriores, que, a nivel nacional, al terminar el presente año habrá más de 1.800.000 venezolanos. Buena parte de ellos se quedan en zonas de frontera como, en la costa, en Guajira y Cesar. El primer espacio de atención son por supuesto municipios como Maicao.

Ya se había dado una alerta por la dirigencia Guajira por que los niveles de escasez del agua en la alta Guajira se habían disparado no solo por problemas operativos de provisión sino porque la población indígena venezolana se había desplazado hacia el territorio colombiano, donde la línea de frontera es imperceptible, los lazos familiares estrechos y común la nómada condición de los raizales.

Esa situación, entre otros, ha motivado la convocatoria de un foro sobre La Guajira, sus dificultades y oportunidades, que EL PILÓN adelantará el próximo jueves 20 de junio.

El impacto de la migración empieza a crear voces críticas en la prensa nacional y local dejando mal parado al inmigrante y haciendo injustas generalizaciones. La periodista Claudia Palacios en El Tiempo censuró un descontrol natal en mujeres para llamar mayor atención de las autoridades y José Manuel Aponte, en columna en este periódico, advirtió de estar ‘hasta la coronita’ al apoyar la posición del exprocurador y hoy embajador Alejandro Ordóñez, que ya había tenido general de rechazo en medios nacionales e internacionales.

En el país hay un gobierno de derecha, y una oposición de izquierda – que ideológicamente es contraria a las políticas anti-inmigratorias, que coinciden en un consenso afortunado de confraternidad con los ciudadanos venezolanos.

Si estuvieran los primeros en la oposición habrían sido tentados por el radicalismo de Ordóñez y posiblemente harían campaña con la xenofobia; es lo que vemos en la derecha de EE. UU., y Europa, traducido en votos, el motivador principal del oficio de los políticos.

Esa coyuntura y el recio conflicto de los gobiernos de Colombia y Venezuela crea una ecuación virtuosa y un consenso nacional.