Por cuenta de Día a Día y Ajá y Qué nos acostumbramos a leer noticias trágicas, malas como éstas: de un solo machetazo le cortó la cabeza, de un garrotazo le esmigajó el cráneo, le metió las 14 balas por la barriga, de una puñalada le atravesó el corazón o de un varillazo le destrozó […]
Por cuenta de Día a Día y Ajá y Qué nos acostumbramos a leer noticias trágicas, malas como éstas: de un solo machetazo le cortó la cabeza, de un garrotazo le esmigajó el cráneo, le metió las 14 balas por la barriga, de una puñalada le atravesó el corazón o de un varillazo le destrozó el pecho, sin contar con los accidentes de tránsito que son el pan de cada día, a excepción de El Pilón que con sus columnistas nos deleita, entretiene y enseña, aunque a ratos también fastidian cuando se vuelven monotemáticos o escriben tanta paja como yo.
También hay noticias buenas, se avecina la primavera “le entra alegría a la tierra” y el cruel verano comienza a ceder, pero el tiempo de las vacas flacas ha golpeado a los ganaderos y agricultores severamente, se oyen los ayayai y lamentos de siempre por todas partes, los ríos están secos y sus cauces tostaos en su inmensa mayoría, pero el Guatapurí todavía corre, se resiste a morir aunque queramos matarlo, que río tan “verraco” y sus aguas llegan puras al Cesar en donde se envenenan ante la mirada impávida e irresponsable de las autoridades respectivas.
El espectáculo se da todos los años, pero cada año se agrava y se siente con más rigor ante la mirada desalentadora del Estado representado en unos funcionarios, llámense congresistas, gobernadores o alcaldes indolentes y desagradecidos, que a pesar de ser también agricultores y ganaderos equilibran su situación con otras entradas (sueldos, coimas, contratos y un poco de cositas más) y le dan la espalda a sus electores y amigos y olímpicamente incumplen sus promesas. Esa película la estamos viviendo en el Cesar, donde Juan Manuel Santos nuestro Presidente, Franco Ovalle mi Gobernador y Tuto Uhía el Alcalde de los vallenatos no se han vuelto a acordar de la palabra Besotes, esa obra redentora que cuando ya no tengamos agua que beber y nos estemos muriendo de sed como en La Guajira, de pronto se comienza y ojalá que no corra la misma suerte de la del río Ranchería, que a pesar de su inmensa inversión se encuentra botada y abandonada, que infamia, eso lo castiga Dios.
Tengo información fidedigna que el señor Alcalde y Emdupar a través de Findeter consiguieron un crédito de un poco de plata para construir un tanque de almacenamiento de 20.000 M3 e instalar más de cuatro kilómetros de tubería para beneficiar a casi 200 mil personas y pregunté ¿y el agua de dónde la van a sacar? O se va a producir el milagro de la varita mágica que la hacía brotar a chorros abundantes y cristalinos, no como la de la fuente del Parque de la Fantasía y vino la grata noticia: el doctor Edgardo Maya calladamente ha conseguido con el BID medio billón de pesos para la construcción de esa magna obra y es para ya. Rápidamente los Amantes del Río Guatapurí recibiremos esa información en un desayuno donde tendremos su grata presencia.
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Mañana cumple años Toño Maya, mi primo, amigo y adversario en el dominó y con seguridad María Elena, su atenta esposa, invitará a Fausto y a todos los del grupo y nos atenderá con ricas picadas hechas por La Mona del Patacón Pisao, que consumiremos al ritmo de un buen dominó. Yo le regalaré una picada de butifarras, mezcladas con uvas, aceitunas, cebollitas ocañeras y abundante pimienta con jugo de limón que esos bárbaros devorarán sin compasión, pues sus estómagos son unos tanques sin fondo.
Por cuenta de Día a Día y Ajá y Qué nos acostumbramos a leer noticias trágicas, malas como éstas: de un solo machetazo le cortó la cabeza, de un garrotazo le esmigajó el cráneo, le metió las 14 balas por la barriga, de una puñalada le atravesó el corazón o de un varillazo le destrozó […]
Por cuenta de Día a Día y Ajá y Qué nos acostumbramos a leer noticias trágicas, malas como éstas: de un solo machetazo le cortó la cabeza, de un garrotazo le esmigajó el cráneo, le metió las 14 balas por la barriga, de una puñalada le atravesó el corazón o de un varillazo le destrozó el pecho, sin contar con los accidentes de tránsito que son el pan de cada día, a excepción de El Pilón que con sus columnistas nos deleita, entretiene y enseña, aunque a ratos también fastidian cuando se vuelven monotemáticos o escriben tanta paja como yo.
También hay noticias buenas, se avecina la primavera “le entra alegría a la tierra” y el cruel verano comienza a ceder, pero el tiempo de las vacas flacas ha golpeado a los ganaderos y agricultores severamente, se oyen los ayayai y lamentos de siempre por todas partes, los ríos están secos y sus cauces tostaos en su inmensa mayoría, pero el Guatapurí todavía corre, se resiste a morir aunque queramos matarlo, que río tan “verraco” y sus aguas llegan puras al Cesar en donde se envenenan ante la mirada impávida e irresponsable de las autoridades respectivas.
El espectáculo se da todos los años, pero cada año se agrava y se siente con más rigor ante la mirada desalentadora del Estado representado en unos funcionarios, llámense congresistas, gobernadores o alcaldes indolentes y desagradecidos, que a pesar de ser también agricultores y ganaderos equilibran su situación con otras entradas (sueldos, coimas, contratos y un poco de cositas más) y le dan la espalda a sus electores y amigos y olímpicamente incumplen sus promesas. Esa película la estamos viviendo en el Cesar, donde Juan Manuel Santos nuestro Presidente, Franco Ovalle mi Gobernador y Tuto Uhía el Alcalde de los vallenatos no se han vuelto a acordar de la palabra Besotes, esa obra redentora que cuando ya no tengamos agua que beber y nos estemos muriendo de sed como en La Guajira, de pronto se comienza y ojalá que no corra la misma suerte de la del río Ranchería, que a pesar de su inmensa inversión se encuentra botada y abandonada, que infamia, eso lo castiga Dios.
Tengo información fidedigna que el señor Alcalde y Emdupar a través de Findeter consiguieron un crédito de un poco de plata para construir un tanque de almacenamiento de 20.000 M3 e instalar más de cuatro kilómetros de tubería para beneficiar a casi 200 mil personas y pregunté ¿y el agua de dónde la van a sacar? O se va a producir el milagro de la varita mágica que la hacía brotar a chorros abundantes y cristalinos, no como la de la fuente del Parque de la Fantasía y vino la grata noticia: el doctor Edgardo Maya calladamente ha conseguido con el BID medio billón de pesos para la construcción de esa magna obra y es para ya. Rápidamente los Amantes del Río Guatapurí recibiremos esa información en un desayuno donde tendremos su grata presencia.
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Mañana cumple años Toño Maya, mi primo, amigo y adversario en el dominó y con seguridad María Elena, su atenta esposa, invitará a Fausto y a todos los del grupo y nos atenderá con ricas picadas hechas por La Mona del Patacón Pisao, que consumiremos al ritmo de un buen dominó. Yo le regalaré una picada de butifarras, mezcladas con uvas, aceitunas, cebollitas ocañeras y abundante pimienta con jugo de limón que esos bárbaros devorarán sin compasión, pues sus estómagos son unos tanques sin fondo.