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Dioses y jueces de facto

Los periodistas con excesos como Vicky Dávila y el hasta ahora intocable Daniel Coronel se creen eso: dioses y jueces de facto. Y alrededor de lo que dicen y escriben surge inevitable y en muchedumbre la incineración moral de jueces y dioses de redes sociales que sin misericordia externan sus inmisericordias, porque muchos ciegamente creen y los halagan.

El error se les origina en no tener (siendo periodistas inteligentes) ni mediana idea siquiera de cómo es el alcance del Derecho Probatorio y las Pruebas en materia judicial o el que opera en el interior de los procesos disciplinarios que se adelantan en organismos de control como la Procuraduría General de la Nación. Y por esa vía ofrecen una lamentable mixtura entre la investigación periodística, la verdad que en esos escenarios se alcanza y la certeza racional que debe lograrse en todo serio proceso judicial o disciplinario.

Para poner en la dimensión del caso y develar la temática conceptualmente compleja de asuntos de esta naturaleza, observe el amable lector: en los sistemas acusatorios en el mundo del derecho penal, en las fases tempraneras de los procesos, técnicamente no se habla de pruebas ni medios de prueba, sino de medios cognoscitivos y en estos se encuentran por ejemplo los denominados elementos materiales de prueba o evidencia física.

Lo anterior para decir que en un proceso penal en la fase de indagación o investigación no existe propiamente testigos, sino por ejemplo declaraciones juradas, entrevistas (sin juramento), interrogatorios a indiciados, en fin lo que procesalmente se conoce como información legalmente obtenida (informes de policía judicial, etc.). Ha de verse pues que el punto en el insondable mundo de lo jurídico-procesal tiene un manejo especializado.

Por el contrario en el ejercicio periodístico la verdad mediática y virulenta que arrasa y destruye, importa un pepino aquellos tecnicismos legales que los considera sofísticos y malabares jurídicos. Y expresiones extravagantes.

La periodista María Jimena Duzán con benevolencia señala que Vicky Dávila por “un error de criterio periodístico no merece ser lapidada en las redes” al revelar un video en donde el exviceministro Carlos Ferro sostenía una conversación erótica con el capitán de la Policía Anyelo Palacio. La periodista María Isabel Rueda alude al ‘Linchamiento de Vicky’.

Ahora, ¿Duzán, Rueda, Dávila y Coronel se habrán en algún momento de su vida periodística puesto a pensar las lapidas que han encriptado, con solo el nefasto manejo de sus errados criterios para asumir sus convicciones? Pero lo que sí parece claro es “la soberbia que siempre nos caracteriza” escribe una de ellos.

Todo esto es una enseñanza para la amarillista prensa local, hablada y escrita de Valledupar que linchan y trapean al sesgar sus apresurados juicios con la desfiguración de la verdad y así permanentemente laceran la dignidad de las personas y su familia, involucrada en una investigación penal o disciplinaria. Los triunfos periodísticos, casi siempre son mediáticos. Se reclama pues ética y cordura. Recuérdese que la certeza judicial se logra finalmente con una sólida investigación donde los medios de convicción (pruebas) se obtienen respetando el debido proceso probatorio.

Toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas legal y oportunamente incorporadas al proceso. No las que están por fuera de él, en los diálogos callejeros o las pegadas con baba. La verdad está en los hechos, la certeza en nosotros.

Digresión. Hoy suplico oren por mi salud queridos lectores. En tus manos Dios.

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Hugo_Mendoza: