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Columnista - 18 octubre, 2018

Desarrollo sostenible (IV)

¿Frente al tema que han dicho los dirigentes mundiales? ¡Bien! Muchas gracias ahí más preocupados de las deudas de los países de la economía y de lo que puede sostenerlos en el poder, que de lo realmente importante para nuestra nave de coexistencia. Con todos los ejemplos con todas las imágenes con todas las experiencias […]

¿Frente al tema que han dicho los dirigentes mundiales? ¡Bien! Muchas gracias ahí más preocupados de las deudas de los países de la economía y de lo que puede sostenerlos en el poder, que de lo realmente importante para nuestra nave de coexistencia.

Con todos los ejemplos con todas las imágenes con todas las experiencias que ambientalmente se han comprobado alrededor del mundo y no aprendemos a aplicar lo que llamamos cautela o precaución. No hay correctivos, no  hay mitigaciones suficientes, no hay amortiguaciones para los daños que dinerariamente causamos.

Estamos repletos de diagnósticos, identificación de causas y efectos, de propósitos de enmienda, de planes de programas y más y más propuestas de mejoramiento pero nunca de las acciones verdaderamente equilibrantes. Siguen las emisiones de gases, la destrucción de los bosques, el calentamiento de la Tierra, los desajustes climáticos, la violencia, el empobrecimiento, el hambre y todos los males que aquejan el mundo.

Cada obra que se emprenda o cada proyecto está suficientemente determinado para mediar o detectar los impactos que este genere es su ejecución o su puesta en práctica. Macroproyectos, vías, construcciones, aprovechamientos de envergadura no deberían adelantarse sin antes preparar juiciosamente las obras de mitigación  que equilibren los impactos ambientales, sin embargo son más fuertes los interés capitalistas que las mismas obras impliquen que los efectos que sobre la naturaleza y sobre la sociedad generen.

Tomar en cuenta la huella ecológica. La satisfacción de la necesidades de los pobladores del mundo crea un impacto que pueden ser tan amplio tanto en su producción, en su proceso de manipulación, en su uso, como en el efecto que pueden producir los residuos. El área que se requiere para la satisfacción las necesidades básicas por cada ciudadano en el campo es un mucho más pequeño que la requerida por un habitante de un pueblo y este requiere mucho menos área que la del habitante de una gran urbe o área metropolitana; así mismo la huella o el impacto es menor, pero cada uno de ellos se va acrecentando por la ampliación de sus necesidades hasta ubicar aspectos tan superfluos como el requerimiento de objetos innecesarios para su interacción con los demás seres humanos. Joyas, vestimentas, lujos ostentación y muestras de poder, hacen que la huella ecológica sea cada vez mayor debido a la carrera de consumismo en la que hemos caído a pesar de la carencia de recursos de los países subdesarrollados.

Por todo el planeta se sienten y se viven diariamente los efectos de la ‘globalización de la economía’ pero no exactamente por sus beneficios sino por los perjuicios de todo tipo que acumulan las grandes transnacionales, entre otras, (Coca cola, Pepsi, Mac Donad).  

*Especializado en gestión ambiental.   

Por Hernán Maestre Martínez 

Columnista
18 octubre, 2018

Desarrollo sostenible (IV)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

¿Frente al tema que han dicho los dirigentes mundiales? ¡Bien! Muchas gracias ahí más preocupados de las deudas de los países de la economía y de lo que puede sostenerlos en el poder, que de lo realmente importante para nuestra nave de coexistencia. Con todos los ejemplos con todas las imágenes con todas las experiencias […]


¿Frente al tema que han dicho los dirigentes mundiales? ¡Bien! Muchas gracias ahí más preocupados de las deudas de los países de la economía y de lo que puede sostenerlos en el poder, que de lo realmente importante para nuestra nave de coexistencia.

Con todos los ejemplos con todas las imágenes con todas las experiencias que ambientalmente se han comprobado alrededor del mundo y no aprendemos a aplicar lo que llamamos cautela o precaución. No hay correctivos, no  hay mitigaciones suficientes, no hay amortiguaciones para los daños que dinerariamente causamos.

Estamos repletos de diagnósticos, identificación de causas y efectos, de propósitos de enmienda, de planes de programas y más y más propuestas de mejoramiento pero nunca de las acciones verdaderamente equilibrantes. Siguen las emisiones de gases, la destrucción de los bosques, el calentamiento de la Tierra, los desajustes climáticos, la violencia, el empobrecimiento, el hambre y todos los males que aquejan el mundo.

Cada obra que se emprenda o cada proyecto está suficientemente determinado para mediar o detectar los impactos que este genere es su ejecución o su puesta en práctica. Macroproyectos, vías, construcciones, aprovechamientos de envergadura no deberían adelantarse sin antes preparar juiciosamente las obras de mitigación  que equilibren los impactos ambientales, sin embargo son más fuertes los interés capitalistas que las mismas obras impliquen que los efectos que sobre la naturaleza y sobre la sociedad generen.

Tomar en cuenta la huella ecológica. La satisfacción de la necesidades de los pobladores del mundo crea un impacto que pueden ser tan amplio tanto en su producción, en su proceso de manipulación, en su uso, como en el efecto que pueden producir los residuos. El área que se requiere para la satisfacción las necesidades básicas por cada ciudadano en el campo es un mucho más pequeño que la requerida por un habitante de un pueblo y este requiere mucho menos área que la del habitante de una gran urbe o área metropolitana; así mismo la huella o el impacto es menor, pero cada uno de ellos se va acrecentando por la ampliación de sus necesidades hasta ubicar aspectos tan superfluos como el requerimiento de objetos innecesarios para su interacción con los demás seres humanos. Joyas, vestimentas, lujos ostentación y muestras de poder, hacen que la huella ecológica sea cada vez mayor debido a la carrera de consumismo en la que hemos caído a pesar de la carencia de recursos de los países subdesarrollados.

Por todo el planeta se sienten y se viven diariamente los efectos de la ‘globalización de la economía’ pero no exactamente por sus beneficios sino por los perjuicios de todo tipo que acumulan las grandes transnacionales, entre otras, (Coca cola, Pepsi, Mac Donad).  

*Especializado en gestión ambiental.   

Por Hernán Maestre Martínez