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Columnista - 4 octubre, 2018

Desarrollo sostenible (II)

Si se hace un análisis consciente acerca de cómo alcanzar la sostenibilidad, la aplicación de los principios no ha sobrepasado los simples anunciamientos y ni debates sobre el tema en las diferentes conferencias y reuniones, así por ejemplo: * Combatir la Pobreza. Cada día en cada lugar del mundo se hace más difícil mantener el […]

Si se hace un análisis consciente acerca de cómo alcanzar la sostenibilidad, la aplicación de los principios no ha sobrepasado los simples anunciamientos y ni debates sobre el tema en las diferentes conferencias y reuniones, así por ejemplo:

* Combatir la Pobreza. Cada día en cada lugar del mundo se hace más difícil mantener el equilibrio entre los ricos y los pobres, pues las necesidades básicas son cada vez más insatisfechas para un mayor número de pobladores y los privilegios son mayores para una minoría (1) aspectos prioritarios para sostener la dignidad humana como son los alimentos, el agua, la vivienda, la educación y la salud, son más complicados de satisfacer y por el contrario parecería que con estos se hiciera negocio fortaleciendo el capital con la complacencia de los gobernantes y dirigentes en las naciones.

Lo anterior tiene ocurrencia en África, América Latina, Asía Central y aún en muchos países de Europa, en donde los pobladores han llegado a niveles de indigencia, desnutrición, inanición y muerte sin que las grandes potencias con todo su capital y los recursos disponibles ejecuten verdaderas gestiones de solución.

A nivel nacional fácilmente podemos encontrar los cinturones de miseria que se acrecientan en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, o en las ciudades intermedias; así como encontramos pobreza en las comunidades del Chocó, La Guajira, Boyacá, Nariño, Urabá, Cauca, Amazonía y todo el sector rular del eje cafetero, advirtiendo que junto a esta creciente pobreza se forman las grandes capitales de los grupos económicos ‘Babaría’ ‘Ardila Lule’, ‘Sindicato Antioqueño’, que presentan balances anuales con ganancias astronómicas (2), mientras en los andenes de las mismas oficinas o edificios en los que manejan esos mismos capitales la indigencia y la muerte rondan a toda la población.

* Manejar la Demanda. Con este principio el desarrollo sostenible se vincula en lo racional referente al consumo, en el cual se enfatiza sobre el uso de los recursos naturales renovables para permitir la regeneración natural o recuperación y el uso moderado de los recursos no renovables. Pero en la realidad ocurre todo lo contrario, las naciones ‘dueñas’ del capital consumen minuto a minuto más y más agua, madera, alimentos, fauna silvestre entre otras. Así mismo ‘la sociedad de consumo’ estimula a cada segundo el gasto de petróleo, carbón, hierro, aluminio y un sin número de elementos que están causando residuos que posteriormente se acumulan o no tienen posibilidad de integrarse a la misma naturaleza, causando con esto contaminación del entorno inmediato (visual, aire, agua y suelo) e inclusive exportando estos mismos residuos hacia los países pobres.

*Especializado en gestión ambiental.

Por Hernan Maestre Martinez 

 

Columnista
4 octubre, 2018

Desarrollo sostenible (II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Si se hace un análisis consciente acerca de cómo alcanzar la sostenibilidad, la aplicación de los principios no ha sobrepasado los simples anunciamientos y ni debates sobre el tema en las diferentes conferencias y reuniones, así por ejemplo: * Combatir la Pobreza. Cada día en cada lugar del mundo se hace más difícil mantener el […]


Si se hace un análisis consciente acerca de cómo alcanzar la sostenibilidad, la aplicación de los principios no ha sobrepasado los simples anunciamientos y ni debates sobre el tema en las diferentes conferencias y reuniones, así por ejemplo:

* Combatir la Pobreza. Cada día en cada lugar del mundo se hace más difícil mantener el equilibrio entre los ricos y los pobres, pues las necesidades básicas son cada vez más insatisfechas para un mayor número de pobladores y los privilegios son mayores para una minoría (1) aspectos prioritarios para sostener la dignidad humana como son los alimentos, el agua, la vivienda, la educación y la salud, son más complicados de satisfacer y por el contrario parecería que con estos se hiciera negocio fortaleciendo el capital con la complacencia de los gobernantes y dirigentes en las naciones.

Lo anterior tiene ocurrencia en África, América Latina, Asía Central y aún en muchos países de Europa, en donde los pobladores han llegado a niveles de indigencia, desnutrición, inanición y muerte sin que las grandes potencias con todo su capital y los recursos disponibles ejecuten verdaderas gestiones de solución.

A nivel nacional fácilmente podemos encontrar los cinturones de miseria que se acrecientan en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, o en las ciudades intermedias; así como encontramos pobreza en las comunidades del Chocó, La Guajira, Boyacá, Nariño, Urabá, Cauca, Amazonía y todo el sector rular del eje cafetero, advirtiendo que junto a esta creciente pobreza se forman las grandes capitales de los grupos económicos ‘Babaría’ ‘Ardila Lule’, ‘Sindicato Antioqueño’, que presentan balances anuales con ganancias astronómicas (2), mientras en los andenes de las mismas oficinas o edificios en los que manejan esos mismos capitales la indigencia y la muerte rondan a toda la población.

* Manejar la Demanda. Con este principio el desarrollo sostenible se vincula en lo racional referente al consumo, en el cual se enfatiza sobre el uso de los recursos naturales renovables para permitir la regeneración natural o recuperación y el uso moderado de los recursos no renovables. Pero en la realidad ocurre todo lo contrario, las naciones ‘dueñas’ del capital consumen minuto a minuto más y más agua, madera, alimentos, fauna silvestre entre otras. Así mismo ‘la sociedad de consumo’ estimula a cada segundo el gasto de petróleo, carbón, hierro, aluminio y un sin número de elementos que están causando residuos que posteriormente se acumulan o no tienen posibilidad de integrarse a la misma naturaleza, causando con esto contaminación del entorno inmediato (visual, aire, agua y suelo) e inclusive exportando estos mismos residuos hacia los países pobres.

*Especializado en gestión ambiental.

Por Hernan Maestre Martinez