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Columnista - 15 junio, 2021

Derechos humanos o autoridad

La autoridad solo la pueden ejercer con propiedad los hombres probos, curtidos de carácter y experiencia y con los pantalones bien puestos. Se están confundiendo temas de actualidad que tienen que ver con nuestra sociedad. Nos regimos por leyes y normas que se hicieron para direccionar nuestro destino en las decisiones que tienen que ver […]

La autoridad solo la pueden ejercer con propiedad los hombres probos, curtidos de carácter y experiencia y con los pantalones bien puestos.

Se están confundiendo temas de actualidad que tienen que ver con nuestra sociedad. Nos regimos por leyes y normas que se hicieron para direccionar nuestro destino en las decisiones que tienen que ver con la justicia social. Las protestas son acciones aceptadas dentro de estas normas para propender contra cualquier anomalía contra la honra… contra los bienes, en especial cuando estos han sido adquiridos a costa de un trabajo digno y de mucho sacrificio.

La ley, como ley, es para todos y aquí nace otro derecho para que sea aplicado. El derecho a las protestas entonces está contemplado dentro de nuestras normas; vale la pena preguntarse qué podría ocurrir con aquellos que como líderes promueven estas posiciones, no contra el gobierno, si esto es lo entendible, sino en pro de lograr la integridad de sus derechos, pero por intereses de algunos que buscan como siempre satisfacer sus ideales politiqueros, se desbandan en represalias contra otro resto de ciudadanos que ven perdidos por los desórdenes sin sentido, sus medios vivendis. 

Quien responde ante estos que ven perdidos sus derechos, que también los tienen. ¿Por qué estos entes alejados de la realidad dignifican los hechos cuando son cometidos por los marchantes clandestinos contra la parte de la misma comunidad, que además de afectada la satanizan cuando enfrentan los hechos para defender sus intereses? ¿Por qué cuando se dan casos lamentables entre los que afectan y hacen daños graves, se les defiende a capa y espada y muchas veces festejándoles sus delitos en su mayoría contra la propiedad privada y contra el derecho al trabajo digno?; debe ser que los valores se invirtieron y lo que va contra la sociedad es lo que sirve.

Las fuerzas públicas tienen como propósito defender la vida y honra de los ciudadanos y cuando se defienden de los actos vandálicos les toca atacar, entonces se responde como fieras hambrientas contra ellas como si fuera lo peor de nuestras entidades.

¿Qué son, entonces, los derechos humanos y para qué sirven, para enderezar a los rectos o a los obtusos?; parece que tratan solo para favorecer a los desviados de las leyes hechas para todos. Confundimos entonces los temas de autoridad, respeto, derechos humanos y otros.

Los derechos humanos son derechos que tienen que ver con todos los seres humanos; estos incluyen el derecho a la vida y a la libertad, a la educación y al trabajo, entre otros muchos y corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna.

La autoridad es la facultad o derecho para hacer respetar la ley y es el poder que se posee con derecho. La autoridad es entonces, poder, responsabilidad, obligación. Las necesidades de supervivencia obligaron a establecer unas reglas de juego para poder afrontar los peligros y contratiempos de un medio hostil como son los demás hombres.

Los grupos extremistas buscan como medio de defensa y respuestas a sus hechos vandálicos a los mal llamados derechos humanos, pues a la larga no se sabe quién los ideó, quién los legalizó y quién los defiende, como tampoco para quienes se erigieron; se nota que solo se favorecen por medio de las entidades rectoras a los que practican el caos y vulneran los derechos de los demás.

No se atreva usted a tocar a quien ataca sus derechos, más aún, si este está clasificado dentro de los que practican el desorden, hay que dejarse acabar y esta es la única forma en que no le sancionen; entonces dónde están los famosos derechos humanos y de quiénes deben ocuparse.

Parece que definitivamente se confunde la autoridad con los derechos humanos y es entendible que estos solo existen donde no hay autoridad, no sé, estoy como confundido con la autoridad cuya arma predilecta es la ley, o con los derechos humanos cuya arma de defensa es el caos y la destrucción de la contra parte y para esta el arma de defensa a su vez es la conformidad.

Será que el mundo se volvió una mezcla irracional de resentimientos de unos y otros, o será que hemos confundido derechos humanos y autoridad como conceptos claros que en donde exista uno no debe existir el otro.

No sé lo que puede estar pasando, lo que sí sé es que votaré en las próximas elecciones para presidente de la Republica por alguien quien tenga los pantalones bien puestos, que haya desterrado el odio de su corazón y maneje el sentido de autoridad con destreza para la aplicación de la ley en forma oportuna.

Columnista
15 junio, 2021

Derechos humanos o autoridad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

La autoridad solo la pueden ejercer con propiedad los hombres probos, curtidos de carácter y experiencia y con los pantalones bien puestos. Se están confundiendo temas de actualidad que tienen que ver con nuestra sociedad. Nos regimos por leyes y normas que se hicieron para direccionar nuestro destino en las decisiones que tienen que ver […]


La autoridad solo la pueden ejercer con propiedad los hombres probos, curtidos de carácter y experiencia y con los pantalones bien puestos.

Se están confundiendo temas de actualidad que tienen que ver con nuestra sociedad. Nos regimos por leyes y normas que se hicieron para direccionar nuestro destino en las decisiones que tienen que ver con la justicia social. Las protestas son acciones aceptadas dentro de estas normas para propender contra cualquier anomalía contra la honra… contra los bienes, en especial cuando estos han sido adquiridos a costa de un trabajo digno y de mucho sacrificio.

La ley, como ley, es para todos y aquí nace otro derecho para que sea aplicado. El derecho a las protestas entonces está contemplado dentro de nuestras normas; vale la pena preguntarse qué podría ocurrir con aquellos que como líderes promueven estas posiciones, no contra el gobierno, si esto es lo entendible, sino en pro de lograr la integridad de sus derechos, pero por intereses de algunos que buscan como siempre satisfacer sus ideales politiqueros, se desbandan en represalias contra otro resto de ciudadanos que ven perdidos por los desórdenes sin sentido, sus medios vivendis. 

Quien responde ante estos que ven perdidos sus derechos, que también los tienen. ¿Por qué estos entes alejados de la realidad dignifican los hechos cuando son cometidos por los marchantes clandestinos contra la parte de la misma comunidad, que además de afectada la satanizan cuando enfrentan los hechos para defender sus intereses? ¿Por qué cuando se dan casos lamentables entre los que afectan y hacen daños graves, se les defiende a capa y espada y muchas veces festejándoles sus delitos en su mayoría contra la propiedad privada y contra el derecho al trabajo digno?; debe ser que los valores se invirtieron y lo que va contra la sociedad es lo que sirve.

Las fuerzas públicas tienen como propósito defender la vida y honra de los ciudadanos y cuando se defienden de los actos vandálicos les toca atacar, entonces se responde como fieras hambrientas contra ellas como si fuera lo peor de nuestras entidades.

¿Qué son, entonces, los derechos humanos y para qué sirven, para enderezar a los rectos o a los obtusos?; parece que tratan solo para favorecer a los desviados de las leyes hechas para todos. Confundimos entonces los temas de autoridad, respeto, derechos humanos y otros.

Los derechos humanos son derechos que tienen que ver con todos los seres humanos; estos incluyen el derecho a la vida y a la libertad, a la educación y al trabajo, entre otros muchos y corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna.

La autoridad es la facultad o derecho para hacer respetar la ley y es el poder que se posee con derecho. La autoridad es entonces, poder, responsabilidad, obligación. Las necesidades de supervivencia obligaron a establecer unas reglas de juego para poder afrontar los peligros y contratiempos de un medio hostil como son los demás hombres.

Los grupos extremistas buscan como medio de defensa y respuestas a sus hechos vandálicos a los mal llamados derechos humanos, pues a la larga no se sabe quién los ideó, quién los legalizó y quién los defiende, como tampoco para quienes se erigieron; se nota que solo se favorecen por medio de las entidades rectoras a los que practican el caos y vulneran los derechos de los demás.

No se atreva usted a tocar a quien ataca sus derechos, más aún, si este está clasificado dentro de los que practican el desorden, hay que dejarse acabar y esta es la única forma en que no le sancionen; entonces dónde están los famosos derechos humanos y de quiénes deben ocuparse.

Parece que definitivamente se confunde la autoridad con los derechos humanos y es entendible que estos solo existen donde no hay autoridad, no sé, estoy como confundido con la autoridad cuya arma predilecta es la ley, o con los derechos humanos cuya arma de defensa es el caos y la destrucción de la contra parte y para esta el arma de defensa a su vez es la conformidad.

Será que el mundo se volvió una mezcla irracional de resentimientos de unos y otros, o será que hemos confundido derechos humanos y autoridad como conceptos claros que en donde exista uno no debe existir el otro.

No sé lo que puede estar pasando, lo que sí sé es que votaré en las próximas elecciones para presidente de la Republica por alguien quien tenga los pantalones bien puestos, que haya desterrado el odio de su corazón y maneje el sentido de autoridad con destreza para la aplicación de la ley en forma oportuna.