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Don Pilo - 5 julio, 2019

Cultura y turismo, la apuesta del barrio San Joaquín

La cultura vallenata es la herramienta principal de emprendimiento en el San Joaquín, estrategia con la que se ha generado una ruta turística dentro del sector.

Por su emblemática historia, habitantes y reconocidos músicos de la Comuna seis de Valledupar hoy cuentan con una ruta turística y folclórica, que lo han posicionado como uno de los destinos de mayor interés cultural en la ciudad.

Para el compositor y coleccionista Beto Murgas el barrio es un polo cultural en todo Valledupar. “En nuestra comunidad queremos rescatar y cuidar las tradiciones culturales de nuestra ciudad, por esto tenemos cuatros puntos específicos dentro de nuestro barrio, donde contamos los inicios del viejo Valle del Cacique Upar y el desarrollo del género vallenato en la ciudad”, dijo.

Museo del Acordeón o casa de Beto Murgas. Foto: Caracol Televisión

Es por eso que desde hace más de tres años, los artesanos, artistas folclóricos, restaurantes y familias de tradición formaron una unión que busca incentivar el turismo cultural y natural en la capital del Cesar: La Alianza del Folclor de San Joaquín.

Una iniciativa con la que buscan hacer del folclor y las tradiciones propias de estas tierras un verdadero gancho para atraer visitantes de todo el país y cualquier lugar del mundo, para que conozcan y disfruten de las tradiciones ancestrales que conforman la historia artística de los vallenatos.

EL RECORRIDO

El tesorero de la Junta de Acción Comunal, Breyner Maestre, señaló que la ruta inicia en El Cuartico de la Casa de Bahareque, lugar conocido como la primera casa del barrio San Joaquín; la segunda parada es el Museo del Acordeón o casa de Beto Murgas, donde se congregan toda la historia del vallenato; la tercera parada es en la Casa de Mama Vila, donde los turistas conocen todo sobre la vena artística de la familia Díaz y por último los turistas disfrutan de la gastronomía vallenata en el restaurante Donde el Ñame.

Foto: Sergio Mcgreen

“El Cuartico es un centro de memoria para las futuras generaciones, ya que está construido con madera, barro, techo de teja y piso de barro; consta de tres piezas: sala, dormitorio y cocina. Es amplia y refleja la esencia de las costumbre de antes, porque mi padre la compró por tres mil pesos y siempre nos pidió conservar como esencia de nuestra cultura y familia”, explicó Cecilia Jiménez Zuleta, la cuarta hija de José Benito Jiménez y Bernarda Zuleta de Jiménez, quienes fueron fundadores del barrio San Joaquín.

La segunda estación es el Museo del Acordeón donde el compositor Beto Murgas. “¿Qué hacemos nosotros en el museo? Pues nosotros tenemos como muestra cultural del desarrollo del acordeón y su origen, ejemplificados en cada instrumento con el que contamos, tenemos las armónicas, fotografías y los artistas más emblemáticos del vallenato, tenemos los acordeones que fabrican los diferentes países, es decir de lugares como Alemania, Italia, Rusia, Rumania, Ucrania, Brasil, Francia, Austria, entre otros”, explicó Murgas.

La casa museo cuenta con un rincón dedicado al premio nobel Gabriel García Márquez, donde el compositor ha logrado reunir todas las copias del libro en los diferentes idiomas e incluso en lenguaje braille o escritura para ciegos.

La Casa de Mama Vila es la tercera parada para los turistas y es allí donde conocen todo lo relacionado con el cantautor Diomedes Díaz y su dinastía. “Acá nuestros visitantes conocen cómo creció Diomedes y las artesanías hechas por mi madre, quien teje las mochilas para que los turistas las conozcan”, expresó Abelina Díaz, guía turística de la Casa de Mama Vila.
La esquina que cuenta con la escultura de una moneda que tiene a Diomedes permanece siempre llena de turistas y miembros de la familia Díaz, quienes cantan y tocan el acordeón para amenizar la estadía de los visitantes.

Casa de Mama Vila Foto: Sergio Mcgreen.

La última parada es catalogada por los turistas como la más importante, toda vez que pueden degustar de los platos típicos de Valledupar, como gallina criolla guisada, chivo guisado, rabo guisado, cerdo, carne molida y sancochos típicos. El guacharaquero y cantante el ‘Ñame’, Álvaro Mendoza, indicó que esta parada era infaltable porque su restaurante mostraba la mejor apuesta gastronómica de la ciudad.

EL MOVIMIENTO

En el barrio los establecimientos comerciales y turísticos abren sus puertas, algunos, a las 8:00 a.m., mientras otros a las 10:00 a.m., con el fin de tener un recorrido nutrido y cultural. En la Casita de Bahareque la entrada cuesta cinco mil pesos e inician el recorrido a las 9:00 a.m., en la Casa Museo la oferta turística inicia a las 10: 00 a.m., por un valor de 20 mil pesos, donde se les muestra a los turistas la cultura por medio de una guía musicalizada.

En la casa de Mama Vila las puertas se abren todo el día y un estudio fotográfico cuesta alrededor de 20 mil pesos y se debe comprar un CD de los Díaz. Y al finalizar el propio y el visitante se encuentra con un menú desde 10 hasta 20 mil pesos en el restaurante Donde el Ñame.

Don Pilo
5 julio, 2019

Cultura y turismo, la apuesta del barrio San Joaquín

La cultura vallenata es la herramienta principal de emprendimiento en el San Joaquín, estrategia con la que se ha generado una ruta turística dentro del sector.


Por su emblemática historia, habitantes y reconocidos músicos de la Comuna seis de Valledupar hoy cuentan con una ruta turística y folclórica, que lo han posicionado como uno de los destinos de mayor interés cultural en la ciudad.

Para el compositor y coleccionista Beto Murgas el barrio es un polo cultural en todo Valledupar. “En nuestra comunidad queremos rescatar y cuidar las tradiciones culturales de nuestra ciudad, por esto tenemos cuatros puntos específicos dentro de nuestro barrio, donde contamos los inicios del viejo Valle del Cacique Upar y el desarrollo del género vallenato en la ciudad”, dijo.

Museo del Acordeón o casa de Beto Murgas. Foto: Caracol Televisión

Es por eso que desde hace más de tres años, los artesanos, artistas folclóricos, restaurantes y familias de tradición formaron una unión que busca incentivar el turismo cultural y natural en la capital del Cesar: La Alianza del Folclor de San Joaquín.

Una iniciativa con la que buscan hacer del folclor y las tradiciones propias de estas tierras un verdadero gancho para atraer visitantes de todo el país y cualquier lugar del mundo, para que conozcan y disfruten de las tradiciones ancestrales que conforman la historia artística de los vallenatos.

EL RECORRIDO

El tesorero de la Junta de Acción Comunal, Breyner Maestre, señaló que la ruta inicia en El Cuartico de la Casa de Bahareque, lugar conocido como la primera casa del barrio San Joaquín; la segunda parada es el Museo del Acordeón o casa de Beto Murgas, donde se congregan toda la historia del vallenato; la tercera parada es en la Casa de Mama Vila, donde los turistas conocen todo sobre la vena artística de la familia Díaz y por último los turistas disfrutan de la gastronomía vallenata en el restaurante Donde el Ñame.

Foto: Sergio Mcgreen

“El Cuartico es un centro de memoria para las futuras generaciones, ya que está construido con madera, barro, techo de teja y piso de barro; consta de tres piezas: sala, dormitorio y cocina. Es amplia y refleja la esencia de las costumbre de antes, porque mi padre la compró por tres mil pesos y siempre nos pidió conservar como esencia de nuestra cultura y familia”, explicó Cecilia Jiménez Zuleta, la cuarta hija de José Benito Jiménez y Bernarda Zuleta de Jiménez, quienes fueron fundadores del barrio San Joaquín.

La segunda estación es el Museo del Acordeón donde el compositor Beto Murgas. “¿Qué hacemos nosotros en el museo? Pues nosotros tenemos como muestra cultural del desarrollo del acordeón y su origen, ejemplificados en cada instrumento con el que contamos, tenemos las armónicas, fotografías y los artistas más emblemáticos del vallenato, tenemos los acordeones que fabrican los diferentes países, es decir de lugares como Alemania, Italia, Rusia, Rumania, Ucrania, Brasil, Francia, Austria, entre otros”, explicó Murgas.

La casa museo cuenta con un rincón dedicado al premio nobel Gabriel García Márquez, donde el compositor ha logrado reunir todas las copias del libro en los diferentes idiomas e incluso en lenguaje braille o escritura para ciegos.

La Casa de Mama Vila es la tercera parada para los turistas y es allí donde conocen todo lo relacionado con el cantautor Diomedes Díaz y su dinastía. “Acá nuestros visitantes conocen cómo creció Diomedes y las artesanías hechas por mi madre, quien teje las mochilas para que los turistas las conozcan”, expresó Abelina Díaz, guía turística de la Casa de Mama Vila.
La esquina que cuenta con la escultura de una moneda que tiene a Diomedes permanece siempre llena de turistas y miembros de la familia Díaz, quienes cantan y tocan el acordeón para amenizar la estadía de los visitantes.

Casa de Mama Vila Foto: Sergio Mcgreen.

La última parada es catalogada por los turistas como la más importante, toda vez que pueden degustar de los platos típicos de Valledupar, como gallina criolla guisada, chivo guisado, rabo guisado, cerdo, carne molida y sancochos típicos. El guacharaquero y cantante el ‘Ñame’, Álvaro Mendoza, indicó que esta parada era infaltable porque su restaurante mostraba la mejor apuesta gastronómica de la ciudad.

EL MOVIMIENTO

En el barrio los establecimientos comerciales y turísticos abren sus puertas, algunos, a las 8:00 a.m., mientras otros a las 10:00 a.m., con el fin de tener un recorrido nutrido y cultural. En la Casita de Bahareque la entrada cuesta cinco mil pesos e inician el recorrido a las 9:00 a.m., en la Casa Museo la oferta turística inicia a las 10: 00 a.m., por un valor de 20 mil pesos, donde se les muestra a los turistas la cultura por medio de una guía musicalizada.

En la casa de Mama Vila las puertas se abren todo el día y un estudio fotográfico cuesta alrededor de 20 mil pesos y se debe comprar un CD de los Díaz. Y al finalizar el propio y el visitante se encuentra con un menú desde 10 hasta 20 mil pesos en el restaurante Donde el Ñame.