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Editorial - 2 febrero, 2020

Cuándo darle al pueblo lo que quiere

Ya la campaña pasó y el gobierno está en marcha. Justamente una etapa importante de la administración municipal inició la mañana de ayer en Patillal: ‘la tierra de los compositores’ fue escogida para ser la sede de la primera mesa técnica en el marco de la construcción del Plan de Desarrollo Municipal, PDM, 2020 – 2023.

Ya la campaña pasó y el gobierno está en marcha. Justamente una etapa importante de la administración municipal inició la mañana de ayer en Patillal: ‘la tierra de los compositores’ fue escogida para ser la sede de la primera mesa técnica en el marco de la construcción del Plan de Desarrollo Municipal, PDM, 2020 – 2023.

Y por qué hacemos énfasis en que la campaña pasó, pues porque es en esa etapa en la que se suele conceder con increíble irresponsabilidad todo lo que el pueblo pide y exige, en forma de promesa, que en muchos casos no se cumple, promoviendo más el paternalismo político que debemos erradicar por el bien de la gente.

El alcalde Mello Castro González tiene ahora el difícil reto de escuchar con la misma atención que puso en la campaña a sus conciudadanos, pero con actitud lejana a proselitismo alguno, y más bien con visión técnica y planificadora del territorio. De manera que no solo lo que la gente quiere, sino cómo lo quiere, podría recibir un rotundo no.

Para esto, la jefe de la Oficina Asesora de Planeación de Valledupar inició la primera de 19 jornadas en igual número de lugares del municipio, zona rural y urbana, para consignar el querer de los ciudadanos, sus necesidades, y de allí priorizar para que el PDM tenga la forma justa y necesaria.

Por su parte, los patillaleros en intervenciones públicas hablaron de agua potable, turismo e irrigación (agua) para la ganadería, que según el Fondo Ganadero del Cesar es primer renglón de la economía de este corregimiento, cuna de Octavio Daza, Fredy Molina, Rafael Escalona, y otros grandes maestros de la música vallenata.

Curiosamente, en el año 2015, fueron noticia nacional por oponerse a un acueducto que les proporcionaría agua potable. En el 2017, en el marco de otro gobierno, exigían que se les cumpliera con la promesa de tener el agua potable. Cabe aclarar que la propuesta que parecía prevalecer entre los patillaleros era la de tener agua para la gente y agua para su agricultura y ganadería, al tiempo.

Ahora otro gobierno, el del alcalde Mello Castro González, nieto de ‘Pepe’ Castro, político querido y recordado por esos pueblos, tendrá que materializar el acueducto, independiente de la ruta que trace el PDM, pues es una necesidad básica, increíblemente ausente en el siglo XXI, en lugares tan ricos y tan importantes como esta tierra cultural y turística. Es la historia de todos los pueblos del Caribe, quizá de todos los de Colombia.

El mandatario se comprometió a subsanar esta dificultad y ahora tendrá que hacerlo con cualidades técnicas y el respeto por los recursos públicos. A ese proyecto, como a cualquier otro, tendrá que decirle no, en caso de que el pueblo lo quiera de maneras no posibles para las realidades técnicas que los profesionales expongan, y las facultades financieras del municipio, aún en Ley 550. Esto aplica para todos.

Editorial
2 febrero, 2020

Cuándo darle al pueblo lo que quiere

Ya la campaña pasó y el gobierno está en marcha. Justamente una etapa importante de la administración municipal inició la mañana de ayer en Patillal: ‘la tierra de los compositores’ fue escogida para ser la sede de la primera mesa técnica en el marco de la construcción del Plan de Desarrollo Municipal, PDM, 2020 – 2023.


Ya la campaña pasó y el gobierno está en marcha. Justamente una etapa importante de la administración municipal inició la mañana de ayer en Patillal: ‘la tierra de los compositores’ fue escogida para ser la sede de la primera mesa técnica en el marco de la construcción del Plan de Desarrollo Municipal, PDM, 2020 – 2023.

Y por qué hacemos énfasis en que la campaña pasó, pues porque es en esa etapa en la que se suele conceder con increíble irresponsabilidad todo lo que el pueblo pide y exige, en forma de promesa, que en muchos casos no se cumple, promoviendo más el paternalismo político que debemos erradicar por el bien de la gente.

El alcalde Mello Castro González tiene ahora el difícil reto de escuchar con la misma atención que puso en la campaña a sus conciudadanos, pero con actitud lejana a proselitismo alguno, y más bien con visión técnica y planificadora del territorio. De manera que no solo lo que la gente quiere, sino cómo lo quiere, podría recibir un rotundo no.

Para esto, la jefe de la Oficina Asesora de Planeación de Valledupar inició la primera de 19 jornadas en igual número de lugares del municipio, zona rural y urbana, para consignar el querer de los ciudadanos, sus necesidades, y de allí priorizar para que el PDM tenga la forma justa y necesaria.

Por su parte, los patillaleros en intervenciones públicas hablaron de agua potable, turismo e irrigación (agua) para la ganadería, que según el Fondo Ganadero del Cesar es primer renglón de la economía de este corregimiento, cuna de Octavio Daza, Fredy Molina, Rafael Escalona, y otros grandes maestros de la música vallenata.

Curiosamente, en el año 2015, fueron noticia nacional por oponerse a un acueducto que les proporcionaría agua potable. En el 2017, en el marco de otro gobierno, exigían que se les cumpliera con la promesa de tener el agua potable. Cabe aclarar que la propuesta que parecía prevalecer entre los patillaleros era la de tener agua para la gente y agua para su agricultura y ganadería, al tiempo.

Ahora otro gobierno, el del alcalde Mello Castro González, nieto de ‘Pepe’ Castro, político querido y recordado por esos pueblos, tendrá que materializar el acueducto, independiente de la ruta que trace el PDM, pues es una necesidad básica, increíblemente ausente en el siglo XXI, en lugares tan ricos y tan importantes como esta tierra cultural y turística. Es la historia de todos los pueblos del Caribe, quizá de todos los de Colombia.

El mandatario se comprometió a subsanar esta dificultad y ahora tendrá que hacerlo con cualidades técnicas y el respeto por los recursos públicos. A ese proyecto, como a cualquier otro, tendrá que decirle no, en caso de que el pueblo lo quiera de maneras no posibles para las realidades técnicas que los profesionales expongan, y las facultades financieras del municipio, aún en Ley 550. Esto aplica para todos.