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Columnista - 28 marzo, 2020

Coronavirus, amenaza y oportunidad

La pandemia del Coronavirus (Covid 19), esparcido por todo el mundo ha generado pánico generalizado, casos diarios de contagio diariamente y cientos de muertes, determinaron la urgencia de decisiones como el cierre de ciudades, cancelación de vuelos, eventos y festividades. Sobre el origen del virus se ciernen disimiles especulaciones, algunas apuntan al bioterrorismo, al gobierno […]

La pandemia del Coronavirus (Covid 19), esparcido por todo el mundo ha generado pánico generalizado, casos diarios de contagio diariamente y cientos de muertes, determinaron la urgencia de decisiones como el cierre de ciudades, cancelación de vuelos, eventos y festividades. Sobre el origen del virus se ciernen disimiles especulaciones, algunas apuntan al bioterrorismo, al gobierno chino y otros al gobierno de Estados Unidos y, el estudio publicado por la revista Nature, afirma la que contiene mayor difusión, que el origen del virus es natural. 

Como las teorías de conspiración y los rumores se volvieron virales en las plataformas de redes sociales y otros medios, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo acertadamente en febrero: “No solo estamos luchando contra una epidemia; estamos luchando contra una infodemia”. 

Más allá de las conjeturas y de las evidencias de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, las revelaciones económicas como la caída del precio del petróleo y la trepada del dólar y las de carácter tecnológico como el ciberespionaje y la disputa por el papel estratégico en lo económico y social que implica el desarrollo y posicionamientos de la tecnología 5G, el mundo enfrenta un enemigo común de salud pública que amenaza la supervivencia de la especie humana.

La tensión que enfrenta la humanidad, plantea una serie de escenarios que develan paradojas entre el replanteo de la toma de decisiones de los líderes que gobiernan al mundo y la gestión científica desarrollada con esfuerzos particulares. La tierra nuestra casa común como la definió el papa Francisco, en la actual coyuntura está respirando, la flora y fauna en algunos lugares ha regresado a lo que probablemente, siempre ha sido su hábitat. La parálisis temporal propuesta por la pandemia del Covid 19, ha disminuido la contaminación, diferentes portales de protección ambiental han mostrado el efecto positivo de la implementación de la cuarentena. Este caso ejemplar abre el debate sobre la rudeza de la economía, por sus niveles de producción y el consumismo inmerso en el modelo capitalista, en detrimento del medio ambiente. No cabe duda que el coronavirus modificará la orientación que rige al mundo actualmente. 

Los científicos del mundo vienen trabajando en lo que denominan secuenciar el genoma del virus y desarrollar varios candidatos a vacunas prometedores en cuestión de días, (si una o más de estas vacunas resultan seguras y efectivas en modelos animales, podrían estar listas para ensayos a gran escala a partir de junio) y la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations ya está preparando hasta ocho candidatos de vacunas prometedores para ensayos clínicos.

Cuando la humanidad logre superar la pandemia, no tengo dudas que así será, porque el hombre no ha sucumbido ante los retos que le ha impuesto la vida, sin embargo, el comportamiento social enfrentará procesos en progreso como la segregación social, la xenofobia y aumento de la desigualdad. Cada vez la interconectividad y la globalización van desapareciendo las fronteras, pero las restricciones las siguen proponiendo.  

El coronavirus ha logrado unir al mundo, el concepto o termino de aldea global, acuñado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan, recobra vigencia invocando que necesitamos hacer cambios sistémicos considerables para que podamos responder de manera más eficiente y efectiva cuando llegue la próxima epidemia.

Columnista
28 marzo, 2020

Coronavirus, amenaza y oportunidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

La pandemia del Coronavirus (Covid 19), esparcido por todo el mundo ha generado pánico generalizado, casos diarios de contagio diariamente y cientos de muertes, determinaron la urgencia de decisiones como el cierre de ciudades, cancelación de vuelos, eventos y festividades. Sobre el origen del virus se ciernen disimiles especulaciones, algunas apuntan al bioterrorismo, al gobierno […]


La pandemia del Coronavirus (Covid 19), esparcido por todo el mundo ha generado pánico generalizado, casos diarios de contagio diariamente y cientos de muertes, determinaron la urgencia de decisiones como el cierre de ciudades, cancelación de vuelos, eventos y festividades. Sobre el origen del virus se ciernen disimiles especulaciones, algunas apuntan al bioterrorismo, al gobierno chino y otros al gobierno de Estados Unidos y, el estudio publicado por la revista Nature, afirma la que contiene mayor difusión, que el origen del virus es natural. 

Como las teorías de conspiración y los rumores se volvieron virales en las plataformas de redes sociales y otros medios, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo acertadamente en febrero: “No solo estamos luchando contra una epidemia; estamos luchando contra una infodemia”. 

Más allá de las conjeturas y de las evidencias de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, las revelaciones económicas como la caída del precio del petróleo y la trepada del dólar y las de carácter tecnológico como el ciberespionaje y la disputa por el papel estratégico en lo económico y social que implica el desarrollo y posicionamientos de la tecnología 5G, el mundo enfrenta un enemigo común de salud pública que amenaza la supervivencia de la especie humana.

La tensión que enfrenta la humanidad, plantea una serie de escenarios que develan paradojas entre el replanteo de la toma de decisiones de los líderes que gobiernan al mundo y la gestión científica desarrollada con esfuerzos particulares. La tierra nuestra casa común como la definió el papa Francisco, en la actual coyuntura está respirando, la flora y fauna en algunos lugares ha regresado a lo que probablemente, siempre ha sido su hábitat. La parálisis temporal propuesta por la pandemia del Covid 19, ha disminuido la contaminación, diferentes portales de protección ambiental han mostrado el efecto positivo de la implementación de la cuarentena. Este caso ejemplar abre el debate sobre la rudeza de la economía, por sus niveles de producción y el consumismo inmerso en el modelo capitalista, en detrimento del medio ambiente. No cabe duda que el coronavirus modificará la orientación que rige al mundo actualmente. 

Los científicos del mundo vienen trabajando en lo que denominan secuenciar el genoma del virus y desarrollar varios candidatos a vacunas prometedores en cuestión de días, (si una o más de estas vacunas resultan seguras y efectivas en modelos animales, podrían estar listas para ensayos a gran escala a partir de junio) y la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations ya está preparando hasta ocho candidatos de vacunas prometedores para ensayos clínicos.

Cuando la humanidad logre superar la pandemia, no tengo dudas que así será, porque el hombre no ha sucumbido ante los retos que le ha impuesto la vida, sin embargo, el comportamiento social enfrentará procesos en progreso como la segregación social, la xenofobia y aumento de la desigualdad. Cada vez la interconectividad y la globalización van desapareciendo las fronteras, pero las restricciones las siguen proponiendo.  

El coronavirus ha logrado unir al mundo, el concepto o termino de aldea global, acuñado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan, recobra vigencia invocando que necesitamos hacer cambios sistémicos considerables para que podamos responder de manera más eficiente y efectiva cuando llegue la próxima epidemia.