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Editorial - 29 mayo, 2023

¿Con quién nos comparamos en la pobreza?

A través de un comunicado la Gobernación del Cesar celebró que, después del Atlántico, somos el segundo departamento de la región Caribe donde más disminuyó la pobreza multidimensional. En el departamento pasamos del 25,3 % del 2021, el segundo año de la pandemia generada por el covid-19, a 19,1 % en el 2022. ¡Una disminución […]

A través de un comunicado la Gobernación del Cesar celebró que, después del Atlántico, somos el segundo departamento de la región Caribe donde más disminuyó la pobreza multidimensional.

En el departamento pasamos del 25,3 % del 2021, el segundo año de la pandemia generada por el covid-19, a 19,1 % en el 2022. ¡Una disminución significativa y plausible!

Y si se compara con los departamentos del territorio que fue el Magdalena Grande, el Cesar es el mejor ranqueado . La Guajira aparece como el territorio más pobre con un 43,4 %. Incluso, es uno de los pocos departamentos donde disminuyó la “calidad de vida”. Por su lado, Magdalena tiene un 26,2 %. Lejos del Cesar.

El Índice de Pobreza Multidimensional identifica el porcentaje de la población que no goza de aspectos necesarios para tener un nivel de bienestar adecuado como salud, educación, trabajo, niñez y juventud y condiciones de vivienda.

Sin embargo, aún hay muchos desafíos. Según las mediciones del Dane, el 14 % de la población es analfabeta y el 45,5 % tiene bajo logro educativo. Ambos factores afectan y condicionan la calidad de vida y el futuro de los cesarenses.

Aún más, la informalidad o inestabilidad laboral. La entidad publicó que el 84,6 % de los cesarenses no tiene un trabajo formal!

Por eso, cuando el Cesar se compara con otros territorios las cifras son preocupantes. Por ejemplo, departamentos como Quindío (10 %), Risaralda (10 %), Boyacá, la diferencia es de más de 9 puntos porcentuales. Casi que doblamos a esos territorios en pobreza.

No hay que negar la evidencia. Lo abordamos en estas páginas editoriales cuando el gobernador Luis Alberto Monsalvo, antes de su suspensión, había hecho una declaración en igual sentido al compararse con nuestros vecinos. Los recursos de un departamento relativamente sano fiscalmente y un millonario presupuesto adicional de regalías, tanto de la gobernación como en los municipios mineros, han mejorado, principalmente la infraestructura.

Entonces decíamos que los cesarenses ahora en sus barrios aprecian mejores vías, parques, escuelas y servicios, puestos de salud u hospitales, mayores dotaciones institucionales. Pero estos aspectos de cobertura no pueden ocultar la deficiente calidad de los servicios, de la educación y de la salud básica.

Una es la pobreza ‘multidimensional’ y otra la pobreza ‘monetaria’. Aún no tenemos el dato a mano de estos indicadores del año 2022; han estado desfasados porque tienen que ver con empleos e ingresos, el grado de bancarización, de industrialización, de desarrollo productivo e innovación. No es casual que el 84,6 % de la población vive de una actividad precaria, informal, ganándose el día a día. La acción gubernamental en el territorio se orienta a dotaciones físicas y poco a procesos, creación de empresas, gerencia, proyectos productivos y generación de industria, ciencia y tecnología.

Para resumir: los cesarenses cuentan con hoy con mejores barrios y poblados, pero no tienen correspondiente y suficiente moneda en el bolsillo.

Editorial
29 mayo, 2023

¿Con quién nos comparamos en la pobreza?

A través de un comunicado la Gobernación del Cesar celebró que, después del Atlántico, somos el segundo departamento de la región Caribe donde más disminuyó la pobreza multidimensional. En el departamento pasamos del 25,3 % del 2021, el segundo año de la pandemia generada por el covid-19, a 19,1 % en el 2022. ¡Una disminución […]


A través de un comunicado la Gobernación del Cesar celebró que, después del Atlántico, somos el segundo departamento de la región Caribe donde más disminuyó la pobreza multidimensional.

En el departamento pasamos del 25,3 % del 2021, el segundo año de la pandemia generada por el covid-19, a 19,1 % en el 2022. ¡Una disminución significativa y plausible!

Y si se compara con los departamentos del territorio que fue el Magdalena Grande, el Cesar es el mejor ranqueado . La Guajira aparece como el territorio más pobre con un 43,4 %. Incluso, es uno de los pocos departamentos donde disminuyó la “calidad de vida”. Por su lado, Magdalena tiene un 26,2 %. Lejos del Cesar.

El Índice de Pobreza Multidimensional identifica el porcentaje de la población que no goza de aspectos necesarios para tener un nivel de bienestar adecuado como salud, educación, trabajo, niñez y juventud y condiciones de vivienda.

Sin embargo, aún hay muchos desafíos. Según las mediciones del Dane, el 14 % de la población es analfabeta y el 45,5 % tiene bajo logro educativo. Ambos factores afectan y condicionan la calidad de vida y el futuro de los cesarenses.

Aún más, la informalidad o inestabilidad laboral. La entidad publicó que el 84,6 % de los cesarenses no tiene un trabajo formal!

Por eso, cuando el Cesar se compara con otros territorios las cifras son preocupantes. Por ejemplo, departamentos como Quindío (10 %), Risaralda (10 %), Boyacá, la diferencia es de más de 9 puntos porcentuales. Casi que doblamos a esos territorios en pobreza.

No hay que negar la evidencia. Lo abordamos en estas páginas editoriales cuando el gobernador Luis Alberto Monsalvo, antes de su suspensión, había hecho una declaración en igual sentido al compararse con nuestros vecinos. Los recursos de un departamento relativamente sano fiscalmente y un millonario presupuesto adicional de regalías, tanto de la gobernación como en los municipios mineros, han mejorado, principalmente la infraestructura.

Entonces decíamos que los cesarenses ahora en sus barrios aprecian mejores vías, parques, escuelas y servicios, puestos de salud u hospitales, mayores dotaciones institucionales. Pero estos aspectos de cobertura no pueden ocultar la deficiente calidad de los servicios, de la educación y de la salud básica.

Una es la pobreza ‘multidimensional’ y otra la pobreza ‘monetaria’. Aún no tenemos el dato a mano de estos indicadores del año 2022; han estado desfasados porque tienen que ver con empleos e ingresos, el grado de bancarización, de industrialización, de desarrollo productivo e innovación. No es casual que el 84,6 % de la población vive de una actividad precaria, informal, ganándose el día a día. La acción gubernamental en el territorio se orienta a dotaciones físicas y poco a procesos, creación de empresas, gerencia, proyectos productivos y generación de industria, ciencia y tecnología.

Para resumir: los cesarenses cuentan con hoy con mejores barrios y poblados, pero no tienen correspondiente y suficiente moneda en el bolsillo.