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General - 12 mayo, 2019

Con atrasos en sueldos enfermeras celebran su día

Un trabajo de vocación y de amor, dirigido al cuidado humano, como lo es el de las enfermeras y enfermeros, es celebrado hoy en el país y en el mundo.

 A las enfermeras que trabajan por cooperativas en el Hospital Rosario Pumarejo de López les deben varios meses de sueldo.
A las enfermeras que trabajan por cooperativas en el Hospital Rosario Pumarejo de López les deben varios meses de sueldo.

Aunque su profesión les implica jornadas extensas, con turnos de día o de noche, dejando a sus familias en casa para dedicarse a ser cuidadores de pacientes, con sueldos bajos y muchas veces atrasados, las enfermeras y enfermeros, tanto profesionales como auxiliares, celebran su día “trabajando con amor por su oficio”.

“Somos los ojos, oídos y pies de cada paciente”, así define su profesión la coordinadora de enfermería del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, Yuly Andrea Mayorquín, y agregó: “Es un trabajo arduo, siempre tenemos ojeras, uno termina exhausto, pero lo hacemos por el amor y vocación de nuestra profesión, por la satisfacción del deber cumplido. Por las noches nos ayudamos con mucho café para tener el brío necesario, aunque el trabajo de noche no deja descansar porque a cada hora hay una tarea por hacer, poniendo medicamentos y tomándole signos vitales. Para descansar es Dios y ayuda, que el turno no esté colapsado o esté tranquila, allí uno coordina con las compañeras los descansos por horas”.

Pese a estos esfuerzos, las enfermeras tercerizadas del HRPL, o las contratadas por asociaciones sindicales, trabajan ‘con las uñas’ y en condiciones que ellas consideran indignas, puesto que les adeudan siete meses de salario, por lo que deben improvisar para solventar sus necesidades diarias. Así lo dio a conocer la presidenta del Sindicato Nacional de Salud y Seguridad Social, Sindess, seccional Cesar, Ana Lucía Estrada: “Ellas trabajan sin seguridad social, las prestaciones sociales a veces se les vulneran; laboran domingos y feriados, sin los honorarios extra que implican los días festivos, sin recargos nocturnos, trabajan por un sueldo bajo. Lo peor es que no se vislumbra ninguna esperanza que le van a pagar aunque sea cuatro meses juntos. Cuando llega el giro directo, que los trabajadores esperan con ansias, solo reciben el pago de uno de los meses atrasados, donde les pagan a parte del personal porque no alcanza para todos, por lo que hay mucha inconformidad en el gremio. Son más de 250 auxiliares y 68 enfermeras jefes en esta situación; debería haber 28 jefes más, pero por los mismos malos pagos no quieren trabajar o se van”.

Sin embargo, el amor por la carrera que escogieron es evidente en su forma de actuar y hablar. Beatriz Martínez Lemus, enfermera que se desempeña como docente, afirmó: “Somos cuidadoras, protectoras, atendemos a los usuarios en forma integral para ayudar a los pacientes a salir del proceso de enfermedad. Muchas veces nos llevamos los problemas de los que atendemos como si fueran de nosotros mismos. A las nuevas enfermeras les recomiendo entrega total, no trabajar por deber sino por vocación, por la satisfacción de brindar una atención humanizada”.

Para María Eugenia Barriga Redondo, enfermera de una clínica de la ciudad: “Es una bella vocación de servir a los demás. Implica el sacrificio de dejar a la familia para servir a los demás. Se requiere tener calidez humana y empatía al momento de la atención del paciente. Lo más pesado que le puede pasar a uno es que a pesar de toda la atención prestada este paciente no evolucione o fallezca, mientras que lo más satisfactorio es ver un paciente totalmente recuperado”.

NO SOLO ES UNA CARRERA DE MUJERES

Aunque en su mayoría las enfermeras son mujeres, algunos hombres le apuestan a esta profesión, como es el caso de Jorge Maestre, enfermero del HRPL. “Me incliné por la enfermería porque me gustó la salud relacionada con brindar atención al paciente. Antes era estigmatizado que la profesión era solo para mujeres, pero eso se ha mejorado bastante; cuando estudié por ejemplo éramos tres hombres y 37 mujeres. Lo malo de esta profesión son los sueldos bajos y los suplicios que uno pasa cuando trabaja con cooperativas porque no tenemos las mismas prebendas que si lo hiciéramos directamente con la entidad”.

Luis Santana, auxiliar de enfermería del HRPL, es otro caso de ellos. “Yo no escogí ser enfermero, se dio en el camino; ingresé como celador, estuve en archivo y luego fui enfermero motivado especialmente por el psiquiatra Hugo Soto Cabrera. Un enfermero debe estar capacitado para atender con amor y entrega a cualquier persona, sin importar su religión, sexo o condición social. No creo que implique sacrificio, todo es la actitud de la persona”.

EL CAMPO EDUCATIVO

La decana de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Popular del Cesar, UPC, la enfermera Nancy Hernández Salas, subrayó: “La importancia del ejercicio profesional del enfermero radica en el cuidado que ella presta a la salud de la sociedad, desde el punto de vista preventivo y asistencial, refrendado o justificado en el conocimiento científico, en las competencias prácticas que adquieren en su formación y tomando como base el producto de la investigación constante que se hace en nuestra profesión, dirigido a desarrollar cada día más teorías, modelos, enfoques y actividades procedimentales que conduzcan a brindarle un cuidado de la salud al individuo, a la familia y a la comunidad, en la mejor forma y con la mejor calidad”.

Aunque estadísticamente no precisa con exactitud un número determinado de los que se inscriben a la facultad de Enfermería, asegura que existe una alta demanda de aspirantes que quieren estudiar esta carrera, hecho comprobable semestralmente a través de la inscripciones, que por las condiciones de los sitios de prácticas solo escogen de 40 a 50 estudiantes semestralmente, de los que se gradúan un promedio de 30.

“Las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Organización Panamericana de la Salud habla de la necesidad de la enfermería en el mundo frente a las necesidades de salud de la población. Cada vez más el trabajo de las enfermeras o enfermeros tiene más reconocimiento, de pronto no económico, pero si social y personal. Uno se siente satisfecho cuando es capaz de mirar, así no te agradezcan que pasamos las 24 horas del día con el usuario o paciente y esto les permita salir adelante”, explicó.

Hernández Salas detalló que el enfermero se desenvuelve en otros campos aparte del asistencial como en el administrativo, investigativo y docente. “No solamente es ponedora de inyección, el papel de la enfermera es un papel importantísimo en el mundo. Nos falta obtener mayor preponderancia económica y reconocimiento social, puesto que en nuestro país se abusa del trabajo de enfermería, no es reconocido salarialmente, sino que cada quien ha puesto un valor paupérrimo al trabajo de la enfermería; sin embargo, es una profesión muy humanitaria, no solo da un cuidado práctico sino holístico, un cuidado que va dirigido a la parte física, psicológica, mental, social y espiritual del individuo, algo que no manejan otros profesionales de la salud, puesto que a nosotros nos interiorizan desde nuestra formación a que el trabajo es de vocación y de amor, dirigido a conservar la vida”, puntualizó.

ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]

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12 mayo, 2019

Con atrasos en sueldos enfermeras celebran su día

Un trabajo de vocación y de amor, dirigido al cuidado humano, como lo es el de las enfermeras y enfermeros, es celebrado hoy en el país y en el mundo.


 A las enfermeras que trabajan por cooperativas en el Hospital Rosario Pumarejo de López les deben varios meses de sueldo.
A las enfermeras que trabajan por cooperativas en el Hospital Rosario Pumarejo de López les deben varios meses de sueldo.

Aunque su profesión les implica jornadas extensas, con turnos de día o de noche, dejando a sus familias en casa para dedicarse a ser cuidadores de pacientes, con sueldos bajos y muchas veces atrasados, las enfermeras y enfermeros, tanto profesionales como auxiliares, celebran su día “trabajando con amor por su oficio”.

“Somos los ojos, oídos y pies de cada paciente”, así define su profesión la coordinadora de enfermería del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL, Yuly Andrea Mayorquín, y agregó: “Es un trabajo arduo, siempre tenemos ojeras, uno termina exhausto, pero lo hacemos por el amor y vocación de nuestra profesión, por la satisfacción del deber cumplido. Por las noches nos ayudamos con mucho café para tener el brío necesario, aunque el trabajo de noche no deja descansar porque a cada hora hay una tarea por hacer, poniendo medicamentos y tomándole signos vitales. Para descansar es Dios y ayuda, que el turno no esté colapsado o esté tranquila, allí uno coordina con las compañeras los descansos por horas”.

Pese a estos esfuerzos, las enfermeras tercerizadas del HRPL, o las contratadas por asociaciones sindicales, trabajan ‘con las uñas’ y en condiciones que ellas consideran indignas, puesto que les adeudan siete meses de salario, por lo que deben improvisar para solventar sus necesidades diarias. Así lo dio a conocer la presidenta del Sindicato Nacional de Salud y Seguridad Social, Sindess, seccional Cesar, Ana Lucía Estrada: “Ellas trabajan sin seguridad social, las prestaciones sociales a veces se les vulneran; laboran domingos y feriados, sin los honorarios extra que implican los días festivos, sin recargos nocturnos, trabajan por un sueldo bajo. Lo peor es que no se vislumbra ninguna esperanza que le van a pagar aunque sea cuatro meses juntos. Cuando llega el giro directo, que los trabajadores esperan con ansias, solo reciben el pago de uno de los meses atrasados, donde les pagan a parte del personal porque no alcanza para todos, por lo que hay mucha inconformidad en el gremio. Son más de 250 auxiliares y 68 enfermeras jefes en esta situación; debería haber 28 jefes más, pero por los mismos malos pagos no quieren trabajar o se van”.

Sin embargo, el amor por la carrera que escogieron es evidente en su forma de actuar y hablar. Beatriz Martínez Lemus, enfermera que se desempeña como docente, afirmó: “Somos cuidadoras, protectoras, atendemos a los usuarios en forma integral para ayudar a los pacientes a salir del proceso de enfermedad. Muchas veces nos llevamos los problemas de los que atendemos como si fueran de nosotros mismos. A las nuevas enfermeras les recomiendo entrega total, no trabajar por deber sino por vocación, por la satisfacción de brindar una atención humanizada”.

Para María Eugenia Barriga Redondo, enfermera de una clínica de la ciudad: “Es una bella vocación de servir a los demás. Implica el sacrificio de dejar a la familia para servir a los demás. Se requiere tener calidez humana y empatía al momento de la atención del paciente. Lo más pesado que le puede pasar a uno es que a pesar de toda la atención prestada este paciente no evolucione o fallezca, mientras que lo más satisfactorio es ver un paciente totalmente recuperado”.

NO SOLO ES UNA CARRERA DE MUJERES

Aunque en su mayoría las enfermeras son mujeres, algunos hombres le apuestan a esta profesión, como es el caso de Jorge Maestre, enfermero del HRPL. “Me incliné por la enfermería porque me gustó la salud relacionada con brindar atención al paciente. Antes era estigmatizado que la profesión era solo para mujeres, pero eso se ha mejorado bastante; cuando estudié por ejemplo éramos tres hombres y 37 mujeres. Lo malo de esta profesión son los sueldos bajos y los suplicios que uno pasa cuando trabaja con cooperativas porque no tenemos las mismas prebendas que si lo hiciéramos directamente con la entidad”.

Luis Santana, auxiliar de enfermería del HRPL, es otro caso de ellos. “Yo no escogí ser enfermero, se dio en el camino; ingresé como celador, estuve en archivo y luego fui enfermero motivado especialmente por el psiquiatra Hugo Soto Cabrera. Un enfermero debe estar capacitado para atender con amor y entrega a cualquier persona, sin importar su religión, sexo o condición social. No creo que implique sacrificio, todo es la actitud de la persona”.

EL CAMPO EDUCATIVO

La decana de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Popular del Cesar, UPC, la enfermera Nancy Hernández Salas, subrayó: “La importancia del ejercicio profesional del enfermero radica en el cuidado que ella presta a la salud de la sociedad, desde el punto de vista preventivo y asistencial, refrendado o justificado en el conocimiento científico, en las competencias prácticas que adquieren en su formación y tomando como base el producto de la investigación constante que se hace en nuestra profesión, dirigido a desarrollar cada día más teorías, modelos, enfoques y actividades procedimentales que conduzcan a brindarle un cuidado de la salud al individuo, a la familia y a la comunidad, en la mejor forma y con la mejor calidad”.

Aunque estadísticamente no precisa con exactitud un número determinado de los que se inscriben a la facultad de Enfermería, asegura que existe una alta demanda de aspirantes que quieren estudiar esta carrera, hecho comprobable semestralmente a través de la inscripciones, que por las condiciones de los sitios de prácticas solo escogen de 40 a 50 estudiantes semestralmente, de los que se gradúan un promedio de 30.

“Las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Organización Panamericana de la Salud habla de la necesidad de la enfermería en el mundo frente a las necesidades de salud de la población. Cada vez más el trabajo de las enfermeras o enfermeros tiene más reconocimiento, de pronto no económico, pero si social y personal. Uno se siente satisfecho cuando es capaz de mirar, así no te agradezcan que pasamos las 24 horas del día con el usuario o paciente y esto les permita salir adelante”, explicó.

Hernández Salas detalló que el enfermero se desenvuelve en otros campos aparte del asistencial como en el administrativo, investigativo y docente. “No solamente es ponedora de inyección, el papel de la enfermera es un papel importantísimo en el mundo. Nos falta obtener mayor preponderancia económica y reconocimiento social, puesto que en nuestro país se abusa del trabajo de enfermería, no es reconocido salarialmente, sino que cada quien ha puesto un valor paupérrimo al trabajo de la enfermería; sin embargo, es una profesión muy humanitaria, no solo da un cuidado práctico sino holístico, un cuidado que va dirigido a la parte física, psicológica, mental, social y espiritual del individuo, algo que no manejan otros profesionales de la salud, puesto que a nosotros nos interiorizan desde nuestra formación a que el trabajo es de vocación y de amor, dirigido a conservar la vida”, puntualizó.

ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]