Ecopetrol, Colciencias, la Universidad Pontificia Bolivariana y la Universidad Nacional, desarrollan un proyecto de adaptación y generación de conocimiento que dará como resultado el desarrollo y formación en Colombia de investigadores y profesionales en el área de la robótica submarina.
Esta iniciativa busca crear capacidades técnicas y humanas en el país a través del diseño y la construcción de un vehículo subacuático que pueda sumergirse hasta 500 metros de profundidad, grabar videos en alta definición, tomar muestras de materiales sólidos y líquidos y además medir otras variables del medio marino para apoyar las actividades de exploración costa afuera desarrolladas por Ecopetrol.
De igual forma, el conocimiento adquirido y el uso de este submarino permitirán adelantar investigaciones en otros ámbitos, como pueden ser la arqueología marina, mediciones oceanográficas, inspección de estructuras sumergidas, entre otras. De estas aplicaciones de campo ya se han adelantado algunos trabajos en conjunto con diversas entidades que trabajan en el mar, como son pruebas en la bahía de Cartagena, con el apoyo de la Armada Nacional y la participación en la expedición Seaflower en el área del archipiélago de San Andrés, organizada por la Comisión Colombiana del Océano.
Universidad, Empresa, Estado
Ecopetrol y Colciencias financian esta investigación que tiene una duración de cuatro años, de los cuales van 30 meses. El aporte de la Universidad Pontificia Bolivariana, entidad ejecutora, se basa en los más de 20 años de tradición en el estudio de robots subacuáticos, entre ellos la investigación realizada en 1995 con Jorge Reynolds para estudiar las ballenas.
El primer submarino participó en un crucero con la Armada Nacional en los alrededores de la Isla Gorgona y luego se desarrollaron nuevos prototipos de mayor envergadura, hasta llegar a la versión actual, con capacidad de sumergirse a 60 metros, que recientemente participó en la expedición Seaflower sobre la isla Cayo Serrana, una de las investigaciones más ambiciosas que haya realizado la Comisión Colombiana del Océano.
Por su parte, la Universidad Nacional, entidad coejecutora, contribuye con los estudios del entorno en el que el vehículo se va a sumergir, teniendo en cuenta aspectos como corrientes, olas, topografía marina y otros temas relacionados con oceanografía, generando información y modelos claves para el proyecto y la industria marina en general.
El proyecto ha beneficiado a ambas instituciones mediante el intercambio tecnológico de sus investigadores con instituciones de reconocida trayectoria mundial en el ámbito de la robótica submarina y la modelación oceanográfica.
Estos conocimientos le han permitido a las instituciones hacer pruebas para verificar la parte conceptual y técnica del prototipo, que servirá para la construcción final del submarino.
El vehículo subacuático, como entrega final del proyecto, tendrá la capacidad de sumergirse a 500 metros de profundidad, con un peso aproximado de 300 kilogramos. Contará con propulsores para moverse en distintas direcciones y podrá iluminar los espacios de interés exploratorios, ya que a tal profundidad, la luz solar no llega. Además, dispondrá de instrumentos avanzados para navegación y control, así como dispositivos para la toma de imágenes y de muestras sólidas y líquidas.
Su desarrollo permitirá generar y fortalecer capacidades de investigación marítima en el país en el mediano y largo plazo, que puede aprovecharse en múltiples campos. Adicionalmente, estos conocimientos en robótica y control se pueden aplicar en la industria de producción y refinación de hidrocarburos y en la industria en general.
Este proyecto es un ejemplo del trabajo conjunto entre la universidad, la empresa y el Estado, con el fin de conocer uno de los escenarios naturales menos explorados en Colombia y así entenderlo, conservarlo y aprovechar sus oportunidades.