El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) presentó el informe final del cese al fuego entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), que terminó el 9 de enero. En el documento, se resaltó que la tregua redujo la inseguridad y el riesgo humanitario, pero que esa disminución no fue completa por la persistencia de las acciones violentas de esta guerrilla contra la población civil.
Según los datos entregados por la organización, durante el periodo de vigencia del cese no se registraron combates entre la fuerza pública y el Eln. Se completaron 100 días consecutivos en los que no se reportaron enfrentamientos armados con un grupo guerrillero en Colombia ni acciones ofensivas de estos contra la fuerza pública, pero sí se presentaron durante esta tregua ocho violaciones del cese el fuego, con corroboración de la responsabilidad de esta guerrilla, incluso, con aceptación de dos de ellas.
En estas violaciones murieron 14 personas, ninguna de ellas de la fuerza pública o combatiente del grupo insurgente.
“Transcurrieron tres meses sin registro de enfrentamientos armados con el Eln, algo que no se había observado desde comienzos del 2010 cuando esa guerrilla estaba en un periodo no declarado de cese el fuego, que en Cerac hemos llamado de cese el fuego virtual”, señaló el organismo en su informe.
Sin embargo, el Cerac señaló que se presentaron 33 acciones que pueden ser calificadas como “probables violaciones del cese al fuego por parte del Eln”. En 12 de estos eventos se señala a la guerrilla de ser responsable, pero no se cuenta con corroboración y los otros 21 hechos ocurrieron en zonas donde opera el grupo guerrillero y “es altamente probable que puedan tener responsabilidad”.
En esas 33 acciones murieron 26 personas, tres heridas, 13 civiles fueron secuestrados, 14 fueron reclutados forzadamente, de los cuales uno fue liberado y 452 personas se desplazaron forzadamente, esto según el documento.
El organismo también resaltó los hechos violentos que se han presentado desde el pasado 10 de enero, una vez finalizó el cese al fuego bilateral declarado por las partes, en los que se han registrado cuatro ataques a la infraestructura petrolera, en Arauca, Boyacá y Casanare; y tres ataques a la fuerza pública en Arauca, donde murieron dos policías y un soldado.
“Dado el reinicio de las actividades violentas del Eln, aumentó el riesgo humanitario a nivel muy alto para la población civil, principalmente en Arauca, Chocó y el pacífico nariñense. Igualmente, el nivel de riesgo de inseguridad para la producción y actividades económicas en las zonas de influencia del Eln aumentó a muy alto en estos mismos departamentos”, explicó el organismo.
En el Cesar hay dos estructuras del Ejército de Liberación Nacional, el frente José Manuel Martínez Quiroz cuyo epicentro es Becerril, extendiéndose un poco hasta La Jagua de Ibirico y Chiriguaná, y el frente Camilo Torres Restrepo, en los municipios del sur.
Según una fuente consultada por EL PILÓN, en esta región, de alguna manera el Eln tiene trabajo político en varias comunidades en las que históricamente han tenido injerencia.
Por todo lo ocurrido, el grupo guerrillero dijo que no se le puede reclamar por los atentados cometidos en los últimos días en el país, ya que los mismos se produjeron luego de que terminó el cese del fuego bilateral que mantuvo con el Gobierno desde el pasado 1 de octubre.
“El cese terminó el 9 de enero de 2018, durante esos 101 días el Eln cumplió el cese, no nos pueden reclamar por hechos que ocurrieron una vez finalizado el cese”, dijo ‘Pablo Beltrán’, jefe de la delegación de paz del Eln.
Agregó además que el grupo está “actuando de acuerdo a los compromisos” asumidos con el Gobierno y que no se ha salido de los mismos. “Terminado el cese se evalúa y se define qué sigue”, dijo el líder guerrillero, quien advirtió que la ofensiva continuará ya que no hay ningún tipo de acuerdo con el Gobierno.
Pese a los incidentes registrados, Beltrán aseguró que el Eln mantiene su voluntad de diálogo y de pactar otro cese del fuego bilateral, para lo cual se espera que el jefe negociador de paz del Gobierno, Gustavo Bell, regrese de Bogotá a Quito para iniciar el quinto ciclo de diálogos de paz.
Andreina Bandera / EL PILÓN
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