La única región de Colombia en que en los últimos 30 años no se han erradicado ni forzosa ni voluntariamente las plantaciones de coca y los laboratorios de procesamiento y fabricación de la cocaína es la región del Catatumbo.
La única región de Colombia en que en los últimos 30 años no se han erradicado ni forzosa ni voluntariamente las plantaciones de coca y los laboratorios de procesamiento y fabricación de la cocaína es la región del Catatumbo. De allí que se fueron arraigando y consolidando los lazos entre los agentes productivos y mercantiles del narcotráfico, la dirigencia social y las organizaciones armadas. El viejo bastión que representó para las Farc fue cediendo espacios a organizaciones superstites y diversas… los reductos del viejo EPL, Los Pelusos, y los siempre presentes señores de la guerra del ELN que ahora han resuelto desmantelar del territorio a la disidencia de las extintas guerrillas firmantes de La Paz, el frente 33.
Felipe Torres (Carlos Arturo Velandia), exguerrillero del ELN, lo caracteriza así: “El ELN repite en Catatumbo la misma estrategia que implementó en Arauca entre 2021 y 2022: limpiar el territorio de Apure y Arauca, ahora limpiar los Estados de Zulia, Táchira y Norte de Santander. Con eso se tendría un corredor fronterizo que va desde La Guajira hasta Arauca y Vichada. Es una movida geoestratégica que le sirve al gobierno de Maduro en su versión de Revolución Bolivariana, porque le brindará un colchón de amortiguación y al ELN un territorio en el que concentrará su poder, y le da un papel al ELN de largo plazo, cuando en Colombia la lucha armada llega a su agotamiento”.
En ese ajedrez de posiciones, el Cesar, aunque no se mencione, es protagonista geoestratégico, pues, a su larga geografía localiza la extensa serranía del Perijá, que se adentra en esa región noroccidental de Santander del Norte, un verdadero corredor fronterizo. Los impactos directos también brotan en este departamento, y regiones del sur reciben el azote del narcotráfico, hasta se apoderan de algunas alcaldías. Y estas las rigen quienes legalmente son los jefes de policía.
El Catatumbo muestra, como otras regiones productoras de la hoja de coca y la cocaína, la ausencia estatal y de programas de gran alcance social y económico que lo transformen. Estaremos expectantes a la promesa que hace el presidente Gustavo Petro con las medidas excepcionales de la Conmoción Interior y la Emergencia Económica. Aunque los problemas estructurales son de viejo conocimiento. Se ha generado un agudo debate.
Las prometidas universidades
El gobierno del presidente Petro ha prometido la construcción de docenas de universidades en las regiones, y el Catatumbo no podía ser la excepción. Su universidad no se ha visto. Hubiera sido mejor expandir las universidades públicas existentes o hacer acuerdos con el sector privado y potenciar los cupos universitarios.
El primer ministro de Educación de este cuatrienio, Alejandro Gaviria, ahora duro crítico del gobierno, asevera, refiriéndose a otra universidad proyectada en San Andrés, que “…el presidente reclamó por la inexistencia de la gran universidad del Caribe en San Andrés que había prometido en campaña. ¿Dónde está?”.
Y agregó: “Una universidad no es una gran construcción, una gran infraestructura. Traté de explicarle que primero había que tener una conversación seria sobre la oferta académica, los profesores y los estudiantes. Lo mejor era fortalecer la sede de la Universidad Nacional en San Andrés y hacer al mismo tiempo convenios con la Universidad de West Indies de Jamaica. De nada sirvió”, dijo, según ha citado el diario El Tiempo.
Coletilla. A Colombia entraron en 2024 un total de 6.7 millones de extranjeros visitantes según Migración Colombia, pero a Valledupar no llegó nadie (o una cantidad minúscula e insignificante). Lo revelaremos próximamente.
La única región de Colombia en que en los últimos 30 años no se han erradicado ni forzosa ni voluntariamente las plantaciones de coca y los laboratorios de procesamiento y fabricación de la cocaína es la región del Catatumbo.
La única región de Colombia en que en los últimos 30 años no se han erradicado ni forzosa ni voluntariamente las plantaciones de coca y los laboratorios de procesamiento y fabricación de la cocaína es la región del Catatumbo. De allí que se fueron arraigando y consolidando los lazos entre los agentes productivos y mercantiles del narcotráfico, la dirigencia social y las organizaciones armadas. El viejo bastión que representó para las Farc fue cediendo espacios a organizaciones superstites y diversas… los reductos del viejo EPL, Los Pelusos, y los siempre presentes señores de la guerra del ELN que ahora han resuelto desmantelar del territorio a la disidencia de las extintas guerrillas firmantes de La Paz, el frente 33.
Felipe Torres (Carlos Arturo Velandia), exguerrillero del ELN, lo caracteriza así: “El ELN repite en Catatumbo la misma estrategia que implementó en Arauca entre 2021 y 2022: limpiar el territorio de Apure y Arauca, ahora limpiar los Estados de Zulia, Táchira y Norte de Santander. Con eso se tendría un corredor fronterizo que va desde La Guajira hasta Arauca y Vichada. Es una movida geoestratégica que le sirve al gobierno de Maduro en su versión de Revolución Bolivariana, porque le brindará un colchón de amortiguación y al ELN un territorio en el que concentrará su poder, y le da un papel al ELN de largo plazo, cuando en Colombia la lucha armada llega a su agotamiento”.
En ese ajedrez de posiciones, el Cesar, aunque no se mencione, es protagonista geoestratégico, pues, a su larga geografía localiza la extensa serranía del Perijá, que se adentra en esa región noroccidental de Santander del Norte, un verdadero corredor fronterizo. Los impactos directos también brotan en este departamento, y regiones del sur reciben el azote del narcotráfico, hasta se apoderan de algunas alcaldías. Y estas las rigen quienes legalmente son los jefes de policía.
El Catatumbo muestra, como otras regiones productoras de la hoja de coca y la cocaína, la ausencia estatal y de programas de gran alcance social y económico que lo transformen. Estaremos expectantes a la promesa que hace el presidente Gustavo Petro con las medidas excepcionales de la Conmoción Interior y la Emergencia Económica. Aunque los problemas estructurales son de viejo conocimiento. Se ha generado un agudo debate.
Las prometidas universidades
El gobierno del presidente Petro ha prometido la construcción de docenas de universidades en las regiones, y el Catatumbo no podía ser la excepción. Su universidad no se ha visto. Hubiera sido mejor expandir las universidades públicas existentes o hacer acuerdos con el sector privado y potenciar los cupos universitarios.
El primer ministro de Educación de este cuatrienio, Alejandro Gaviria, ahora duro crítico del gobierno, asevera, refiriéndose a otra universidad proyectada en San Andrés, que “…el presidente reclamó por la inexistencia de la gran universidad del Caribe en San Andrés que había prometido en campaña. ¿Dónde está?”.
Y agregó: “Una universidad no es una gran construcción, una gran infraestructura. Traté de explicarle que primero había que tener una conversación seria sobre la oferta académica, los profesores y los estudiantes. Lo mejor era fortalecer la sede de la Universidad Nacional en San Andrés y hacer al mismo tiempo convenios con la Universidad de West Indies de Jamaica. De nada sirvió”, dijo, según ha citado el diario El Tiempo.
Coletilla. A Colombia entraron en 2024 un total de 6.7 millones de extranjeros visitantes según Migración Colombia, pero a Valledupar no llegó nadie (o una cantidad minúscula e insignificante). Lo revelaremos próximamente.