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Columnista - 27 enero, 2023

Carlos Mattos Barrero

En mí ya larga vida, no había visto a quien se le aplicara la ley con tanto rigor y severidad, con sevicia diría yo, que a Carlos Mattos Barrero.

En mí ya larga vida, no había visto a quien se le aplicara la ley con tanto rigor y severidad, con sevicia diría yo, que a Carlos Mattos Barrero; para la justicia estamos ante uno de los criminales más temidos de la historia, a quien hay que castigar y negarle cualquier pretensión, a veces exponiendo su vida, porque son los jueces quienes determinan, equivocándose con frecuencia, quien es un peligro para la comunidad y quien no, para otorgarle a un preso un derecho establecido por la propia ley, como es una detención domiciliaria o la suspensión de la detención, cuando se cumplen los requisitos para ello, como es una enfermedad grave, edad avanzada y buenos antecedentes.

Carlos Mattos Barrero es un hombre enfermo, que desde hace muchos años lucha contra un cáncer y ahora tiene serios problemas cardiovasculares y acaba de ser intervenido quirúrgicamente en una clínica de Barranquilla, tiene ya más de 70 años y jamás había tenido problemas judiciales y menos condenado por ningún delito y en vez de ser un hombre peligroso es un filántropo y mecenas para la comunidad, la cultura y el deporte, especialmente aquí en el Cesar donde se nota la falta de sus oportunos servicios en la Universidad Popular y el Seminario Juan Pablo II, la Casa del Abuelo y el Hogar del Niño entre otros y quizás cuantos más que yo desconozco.

Qué injusticia comete la justicia con el trato inhumano que se le ha dado a ‘Carlitos’, no le perdonan una para tratar de mostrarlo como un hombre peligroso que no merece ningún beneficio jurídico; si le dan un permiso como a cualquier detenido, con las normas de seguridad debidas y su escolta o acompañante accede a una petición de pasar por su oficina, sus enemigos, que son representantes de poderosas empresas o políticos porque en alguna oportunidad fue Senador de la República, le toman fotos y arman semejante escándalo para tratar de convertirlo en un hombre muy peligroso y así para todo: si canta es malo y si llora es peor, si echa un p… es acusado de contaminar el aire cuando todos lo hacemos y no pasa nada.

‘Carlitos’ merece un trato más humanitario por parte de la justicia y sus jueces, porque cumple con todos los requisitos legales para que se le conceda una detención domiciliaria donde pueda gozar de algunas comodidades y servicios que le hagan grata la vida, porque en forma injusta repito, lo han paseado por cárceles destinadas a los grandes delincuentes y eso sí que son un peligro para la comunidad.

Yo sé que a los jueces no les gusta que los presionen con esta clase de artículos o con manifestaciones públicas en pro de un procesado, pero ante tanta injusticia con un hombre bueno, trabajador, servicial, buen familiar, mecenas y filántropo que cometió un delito, pero que trata de demostrar su inocencia, me he visto obligado a escribir esta columna para ver si se les suaviza el corazón, aunque sé que la justicia no tiene, pero sus jueces sí y le concedan una detención domiciliaria o la suspensión de su detención por su precario estado de salud, su avanzada edad y su buen comportamiento en toda su vida en la que no ha hecho otra cosa que hacer fortuna trabajando de sol a sol y honradamente, beneficiando con un corazón grande y una mano generosa a todos los que a él acuden.

¿Podrá ser un hombre que tiene todos esos atributos, un peligro para la sociedad? Yo creo que no y usted amable lector ¿qué opina?.

************************ 

Hasta cuando los habitantes de la carrera 11 dejarán de echar la basura al boulevard para que los perros y locos la destruyan y vuelvan un reguero inmundo esa avenida, especialmente los restaurantes que en ella funcionan. Si me veo obligado e insisten daré los nombres de ellos.

Por José Manuel Aponte Martínez

Columnista
27 enero, 2023

Carlos Mattos Barrero

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

En mí ya larga vida, no había visto a quien se le aplicara la ley con tanto rigor y severidad, con sevicia diría yo, que a Carlos Mattos Barrero.


En mí ya larga vida, no había visto a quien se le aplicara la ley con tanto rigor y severidad, con sevicia diría yo, que a Carlos Mattos Barrero; para la justicia estamos ante uno de los criminales más temidos de la historia, a quien hay que castigar y negarle cualquier pretensión, a veces exponiendo su vida, porque son los jueces quienes determinan, equivocándose con frecuencia, quien es un peligro para la comunidad y quien no, para otorgarle a un preso un derecho establecido por la propia ley, como es una detención domiciliaria o la suspensión de la detención, cuando se cumplen los requisitos para ello, como es una enfermedad grave, edad avanzada y buenos antecedentes.

Carlos Mattos Barrero es un hombre enfermo, que desde hace muchos años lucha contra un cáncer y ahora tiene serios problemas cardiovasculares y acaba de ser intervenido quirúrgicamente en una clínica de Barranquilla, tiene ya más de 70 años y jamás había tenido problemas judiciales y menos condenado por ningún delito y en vez de ser un hombre peligroso es un filántropo y mecenas para la comunidad, la cultura y el deporte, especialmente aquí en el Cesar donde se nota la falta de sus oportunos servicios en la Universidad Popular y el Seminario Juan Pablo II, la Casa del Abuelo y el Hogar del Niño entre otros y quizás cuantos más que yo desconozco.

Qué injusticia comete la justicia con el trato inhumano que se le ha dado a ‘Carlitos’, no le perdonan una para tratar de mostrarlo como un hombre peligroso que no merece ningún beneficio jurídico; si le dan un permiso como a cualquier detenido, con las normas de seguridad debidas y su escolta o acompañante accede a una petición de pasar por su oficina, sus enemigos, que son representantes de poderosas empresas o políticos porque en alguna oportunidad fue Senador de la República, le toman fotos y arman semejante escándalo para tratar de convertirlo en un hombre muy peligroso y así para todo: si canta es malo y si llora es peor, si echa un p… es acusado de contaminar el aire cuando todos lo hacemos y no pasa nada.

‘Carlitos’ merece un trato más humanitario por parte de la justicia y sus jueces, porque cumple con todos los requisitos legales para que se le conceda una detención domiciliaria donde pueda gozar de algunas comodidades y servicios que le hagan grata la vida, porque en forma injusta repito, lo han paseado por cárceles destinadas a los grandes delincuentes y eso sí que son un peligro para la comunidad.

Yo sé que a los jueces no les gusta que los presionen con esta clase de artículos o con manifestaciones públicas en pro de un procesado, pero ante tanta injusticia con un hombre bueno, trabajador, servicial, buen familiar, mecenas y filántropo que cometió un delito, pero que trata de demostrar su inocencia, me he visto obligado a escribir esta columna para ver si se les suaviza el corazón, aunque sé que la justicia no tiene, pero sus jueces sí y le concedan una detención domiciliaria o la suspensión de su detención por su precario estado de salud, su avanzada edad y su buen comportamiento en toda su vida en la que no ha hecho otra cosa que hacer fortuna trabajando de sol a sol y honradamente, beneficiando con un corazón grande y una mano generosa a todos los que a él acuden.

¿Podrá ser un hombre que tiene todos esos atributos, un peligro para la sociedad? Yo creo que no y usted amable lector ¿qué opina?.

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Hasta cuando los habitantes de la carrera 11 dejarán de echar la basura al boulevard para que los perros y locos la destruyan y vuelvan un reguero inmundo esa avenida, especialmente los restaurantes que en ella funcionan. Si me veo obligado e insisten daré los nombres de ellos.

Por José Manuel Aponte Martínez