Cuatro caballos tienen en aprietos a los habitantes del barrio Álamos dos, al suroccidente de Valledupar, porque aprovechan los lotes enmontados para pastar y en su paso por el sector riegan basuras en las calles.

“Estamos viviendo una afectación, una incomodidad pero más que eso es un problema porque los caballos se vienen desde la Ciudadela 450 años, ya se conocen el camino vienen al barrio y todas las basuras las riegan y otras se las comen. Al día siguiente nos toca a nosotros los vecinos recoger porque huele horrible”, dijo Eduard Llamas, quien vive en la manzana siete.

Los vecinos también se quejan porque los caballos andan sin rumbo fijo y hacen todas las necesidades fisiológicas en la vía pública y los frentes de las casas.

Según indicó otro de los afectados, los caballos en las calles son un peligro porque en la noche casi no se ven por la falta de alumbrado público y en más de una ocasión han estado de punto de ocasionar accidentes de tránsito.

El parque del lugar donde constantemente se recrean los niños, amanece lleno de excremento de los animales y por eso algunos padres de familias prefieren no sacar a sus hijos a jugar.

Nadie sabe de quién son los animales que sin falta, después de la cinco de la tarde todos los días, cabalgan hacia Álamos.

Inngry Jácome Serrano/ EL PILÓN