Por: Luis Napoleón de Armas P.
Algunos hipotéticos descendientes de María C Loperena han convertido sus actuaciones en una polémica bizantina y pretenden que las opiniones expresadas por personas diferentes a su núcleo familiar, no tengan fundamento; esta forma simplista de escrutar la historia no es coherente con el método científico de investigación mediante el cual, toda hipótesis debe ser validada. El trabajo realizado por Pedro Castro Trespalacios, tal vez, el único expediente de quienes defienden la causa de MCL, puede hacer importantes aportes a la historia regional, pero no es la verdad revelada, como no lo es ningún libro de ese tipo, y necesita validación histórica. El historiador, como el juez, debe abstenerse ante la duda, máxime cuando esta no es razonable. Si algo no es totalmente cierto son los textos de historia, de ningún tiempo y de ningún lugar. Son meras aproximaciones que tienen el sello de quienes los escriben, de los intereses que defienden y de las fuentes consultadas. Se dice con razón, que la historia que conocemos es la de los victoriosos. Casos tan recientes como el holocausto del Palacio de Justicia, el asesinato de Galán, Pizarro y otros más, y aún no hay verdades. En la historia patria hay muchas inexactitudes, pese a ser tratada por muchas personas y entidades. Los hechos pasados, son susceptibles de interpretación, máxime cuando se han resaltado algunos y soslayado otros; el tiempo es el borrador de la historia. No hay que creer todo lo que nos cuentan porque en el mundo hay más mentiras que verdades, ni obsesionarse, en grado patológico, con una causa trivial. Es muy probable que la Loperena haya jugado un papel importante en la gesta de liberación, pero que su aporte sea heroico, es lo que se debe discutir. Una de las cosas que se citan es haber firmado y promulgado el acta de la independencia de Valledupar. Habría que analizar si este acto de suyo fue heroico o no. Otra cosa que se comenta es la donación de los 300 caballos a Bolívar. Esto podría considerarse como un acto de altruismo; pero considerando que la batalla del bajo Magdalena se hizo en canoas, habría que ver hasta qué punto esto podría ser cierto y sí en esas calendas tener tanto caballo era un negocio o un hobby. Además, el testamento de
MCL fue muy precario, teniendo tantos caballos. Este análisis es el que nuestro amigo Álvaro Castro Socarrás no quiere que hagamos y mucho menos los que él dice son “oscuros y foráneos personajes”, como si la historia solo puedan narrarla los nativos y familiares. Esta expresión desafortunada parece no ser del perfil del hombre bonachón que yo conozco y aprecio. ¿Será que se le acabaron los argumentos? Yo que he tocado ese tema, caigo en esta definición, me siento oscuro y aludido; nadie puede escoger el lugar de gravidez de su madre, pero sí le digo a mi dilecto amigo que soy tan vallenato como él; mi genealogía se interrumpió con mi generación, que va desde mi padre hasta la colonia; aquí nacieron y murieron todos mis abuelos, cosa verificable. No dependo de héroes pero claridad si tengo sobre mi pasado. Para ACS, esto se ha convertido en un asunto de vida o muerte, habiendo tantos asuntos para tratar. Pero a él y a sus familiares les tocará la carga de la prueba para demostrar dos cosas: 1) Que son descendientes de MCL, para lo cual bastan los estudios de ADN; ellos sabrán donde reposan sus restos. Aunque el genotipo de los posibles herederos, lo veo más cerca de los chimilas, que es un gran honor, que de los españoles, estos sí, foráneos. Recordemos que el 85% de los colombianos llevamos el ADN mitocondrial de nuestra madre aborigen. 2) Hacer la paleografía del acta de la independencia de Valledupar y profundizar sobre el quehacer de MCL para demostrar que, de acuerdo con el significado de heroína, sí podría serlo o no. Hasta no más, Alvaro; con tus virtudes, no necesitas un pasado heroico.
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